La fractura de la derecha en tres partidos ha abierto un escenario inédito para el Partido Popular que afronta la precampaña de las generales temeroso de que el sistema d'Hondt de reparto de escaños le pase factura por primera vez en la España interior y contribuya a un descalabro electoral que algunas encuestas cifran en hasta 50 escaños.
El partido de Pablo Casado maneja estudios demoscópicos y está especialmente preocupado por las circunscripciones en las que se elegirán menos de cinco representantes. El secretario general del PP, Teodoro García Egea, daba este jueves directamente por perdidas 20 provincias –incluidas las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla– si finalmente el voto de centro-derecha no se concentra en su partido –hasta ahora el PP aglutinaba todo el voto de ese espectro ideológico–, y se divide también entre Ciudadanos y Vox, partidos a los que culpa de su posible fracaso por no haber querido retirar sus candidaturas.
García Egea, entrevistado por La Sexta, argumentaba su teoría en que el hecho de que los partidos de Albert Rivera y Santiago Abascal hayan decidido presentarse en las provincias más pequeñas o en el Senado “da escaños al PSOE”.
Como ejemplo, el número dos del PP ha puesto la provincia de Guadalajara, donde están en liza tres escaños. “Ahora mismo tiene dos escaños el PP y uno del PSOE. Con las encuestas actuales de fragmentación de voto Ciudadanos va a sacar una serie de votos, Vox va a sacar una serie de votos y lo que va a hacer es que pasemos a una situación en la que el PSOE tiene dos escaños y el PP uno”. Su conclusión, por tanto, es que “votar a opciones distintas al PP genera que el PSOE gane un escaño. Así en 20 provincias”.
La España más despoblada
Las circunscripciones a las que se refiere García Egea se corresponden con la España más despoblada y rural y son, además de Ceuta y Melilla –donde solo se juega un escaño–, Cuenca, Guadalajara, Segovia, Zamora, Palencia, Ávila, Teruel y Huesca (todas ellas reparten tres escaños), y La Rioja, Álava, Lugo, Ourense, Cáceres, Lleida, Albacete, Salamanca, León y Burgos (donde se juegan cuatro).
Los temores del PP expresados en público nada menos que por su secretario general buscan ejercer de revulsivo para que los votantes tradicionales del PP se queden en casa y frenar así la sangría hacia los partidos de Albert Rivera y Santiago Abascal.
Una vez finalizado el plazo de presentación de candidaturas, el pasado lunes, y extinguidas por tanto las opciones de presentar listas conjuntas con Ciudadanos o Vox, dirigentes populares creen que lo que deberían hacer ambos partidos es dar marcha atrás en esas provincias más pequeñas –las listas se pueden retirar en cualquier momento antes de los comicios– o manifestar su apoyo al PP y hacer campaña conjunta con el partido de Casado.
Ni Ciudadanos ni Vox están por esas y de momento no solo mantienen su intención de concurrir a los comicios en todas las circunscripciones, sino que los reproches entre estas formaciones se han agravado durante las últimas horas.
El líder del PP ha explicado, sin embargo, que una vez presentadas las listas por separado su apelación es a los votantes: que escojan la papeleta del PP “si no se quiere que gobierne Sánchez”.
Tras presentar oficialmente a toda la lista del PP por Madrid en un acto en la Puerta de Alcalá de la capital, Casado volvía a insistir este jueves en que hubiera sido mejor la presentación de listas conjuntas con Ciudadanos y Vox al menos en las provincias pequeñas para aglutinar el voto de centro derecha, como se ha conseguido en Navarra.
“Listo para ganar, y luego ya se verá”
Casado explicaba, en el mismo acto, que el ofrecimiento realizado el miércoles al presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, considerando que éste podría ser un “excelente ministro de Asuntos Exteriores” no iba en serio. “No estamos para ofrecer cargos y menos antes de que se forme gobierno”, decía el líder del PP. No obstante, a renglón seguido el candidato popular aseguraba que Rivera “sería mucho mejor ministro que Borrell o mucho mejor vicepresidente que Carmen Calvo”.
Subrayando que el partido “está listo para ganar, sale a gobernar y luego ya se verá con quien pacta tras las elecciones”, Casado ha ensalzado las candidaturas del PP, que aúnan, según él, “renovación y experiencia”, e incorporan “líderes de la sociedad civil, expertos del mundo del derecho, la comunicación, la cultura, la universidad y el mundo rural”.
En cualquier caso, el líder de los populares advertía de que “si se fragmenta el voto de centro derecha Sánchez va a seguir gobernando. ”Lo único que le importa es que no vayamos unidos para que el PSOE saque más votos“, apostillaba en referencia al líder socialista.
Polémica sobre el aborto del fichaje de Casado
El presidente popular realizaba estas declaraciones en un evento en el que se le pudo ver junto al número dos de su lista por Madrid, Adolfo Suárez Illana, uno de sus fichajes estrella que este jueves se convertía en el protagonista del día por un nuevo traspiés con sus abracadabrantes declaraciones sobre el aborto.
“Los neandertales también lo usaban: esperaban a que nacieran y les cortaban la cabeza”, aseguraba el hijo del expresidente Suárez en una entrevista en Onda Cero en la que también señalaba que “hay que ayudar a las mujeres que tienen que decidir entre ser madres de un niño vivo o un niño muerto”. El fichaje de Casado no se ha parado ahí y ha añadido que en Nueva York hay leyes que permiten “el aborto después del nacimiento” (sic). Una afirmación que pasadas las horas tuvo que rectificar después de hablar con “abogados de Nueva York”.
La polémica llega después de las múltiples controversias protagonizadas por el PP entorno a la interrupción voluntaria del embarazo –Casado llegó a decir que “es bueno que las mujeres embarazadas sepan lo que llevan dentro: una vida autónoma”–, forzaba a la dirección de los populares a pronunciarse, zanjando que los populares no tienen previsto presentar ninguna nueva ley del aborto si llegan al Gobierno al menos hasta que el Tribunal Constitucional dirima acerca del recurso presentado por el partido a la ley de supuestos aprobada en 2010.
“No vamos a hacer propuestas sobre el aborto mientras este asunto esté pendiente del Tribunal Constitucional. Sí proponemos una ley de maternidad para que todas las mujeres que libremente decidan ser madres lo puedan hacer con todas las ayudas laborales, económicas y fiscales”, concluía en un tuit el vicesecretario de Organización del PP, Javier Maroto.