La reciente sintonía entre el Partido Popular y Vox –formaciones que mantienen una lucha encarnizada por el voto de la derecha–, manifestada en las últimas horas por el líder de los populares, Pablo Casado, tiene nombre propio: Silvia García Baglietto. Ella figura tanto en la candidatura del PP por Gipuzkoa para las próximas elecciones generales, en calidad de independiente, como en la lista de Vox para las elecciones municipales en la localidad guipuzcoana de Irún.
Tal y como consta en el Boletín Oficial del Estado, García Baglietto, antigua militante del PP en Zarautz, es la número cinco de la candidatura de los populares al Congreso de los Diputados por Gipuzkoa. La lista la encabeza Íñigo Arcauz, afín a la dirección nacional de Pablo Casado y crítico con la ejecutiva provincial que lidera el portavoz de los populares en el Parlamento vasco y candidato a la Alcaldía de San Sebastián, Borja Sémper.
La aspirante es, además, una de las integrantes de la candidatura de Vox en Irún para las elecciones municipales del 26 de mayo. El Boletín Oficial de Gipuzkoa recoge que en esa lista García Baglietto figura como tercera suplente de la candidatura que lidera Alejandro Muñoz Pérez.
Este diario se ha puesto en contacto con el PP de Gipuzkoa para tratar de averiguar si esta doble condición de la candidata había sido avalada por el partido. Fuentes de los populares guipuzcoanos han reconocido que desconocían la inclusión de García Baglietto en la lista de Vox, aunque han explicado que la candidata “no tiene nada que ver” con la dirección provincial dado que es una persona de confianza de Arcauz, el cabeza de lista escogido por Casado.
Fuentes cercanas al candidato popular han explicado por su parte a eldiario.es que Arcauz contó con García Baglietto en su lista por tratarse de “una empresaria de Zarautz que sabía euskera”, pero que desconocía por completo su fichaje por Vox para la lista en Irún. “No sabía nada”, insisten desde el entorno del número uno por Gipuzkoa al Congreso.
Este viernes el líder del PP, Pablo Casado, abría por primera vez la posibilidad de gobernar con la extrema derecha, yendo más allá de la vía andaluza que supuso la conformación de un Ejecutivo de populares y Ciudadanos con apoyos puntuales del partido de Santiago Abascal. “Vox o Ciudadanos, tengan diez escaños o tengan 40, van a tener la influencia que ellos quieran tener para entrar en el Gobierno o para decidir la investidura o la legislatura”, ha asegurado Casado en una entrevista en esradio.
Sus declaraciones se producen en plena batalla entre las tres derechas (PP, Ciudadanos y Vox) por cada voto del electorado más conservador y a solo dos días de que los españoles vayan a las urnas.