Aunque Mariano Rajoy da por seguro que las elecciones generales volverán a celebrarse seis meses después de las del 20 de diciembre, la situación interna del PP dista mucho de ser optimista. El principal temor es la factura que puede pasar la corrupción en general y la de las comunidades de Madrid y Valencia en particular. Las mordidas y la grabación de Alfonso Rus contando billetes, su posterior detención, los nuevos detalles del Ritaleaks, la Operación Taula y la dimisión de Esperanza Aguirre pocos días antes de que se levantara el secreto del sumario de la Púnica son las causas.
Un micrófono grababa este jueves al presidente del Gobierno en funciones mientras daba por hecho ante David Cameron que se repetirán porque Pedro Sánchez no logrará su propósito de salvar la investidura. “Creo que no va a salir. Lo más probable es que tengamos nuevas elecciones el 26 de junio ... lo más probable”, comentó al primer ministro británico en una pausa del Consejo Europeo. La respuesta de Cameron deja clara la opinión del británico sobre la estrategia de Rajoy al escoger fechas: “Entonces, tuviste elecciones en navidad y ahora en verano. ”¡Lo has intentado todo!“.
El plan de Moncloa pasa por evitar que a Rajoy le ocurra lo que creen que pueda pasarle a Sánchez el próximo 5 de marzo, es decir, que no salve el trámite. La vicepresidenta dejaba el viernes abierta la posibilidad de que Rajoy podría presentarse caso de recibir el encargo del rey, pero sin ser concluyente. “La opción de Rajoy no es que haya elecciones generales. Es formar un Gobierno de amplia mayoría parlamentaria, sea de coalición o como sea”.
Soraya Sáenz de Santamaría aprovechaba la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros para expresar su escepticismo sobre las posibilidades de Sánchez. “Con Ciudadanos, 130 escaños, y con Podemos las cosas están como están, no hay acuerdo ni para sentarse”, dejaba caer. No quiso aclarar si su jefe pedirá a Felipe VI que le encomiende el encargo después de haber declinado en una primera ocasión y de no haberlo recibido la segunda vez que se vio con el rey: “Siempre ha sido coherente en no concurrir al no tener los apoyos. Después del 3 de marzo se abre un periodo de dos meses en el que se pueden presentar candidatos.
“A saber la factura que nos puede pasar”
Pero dentro del partido son muchos los que no ven tan claros los beneficios de una repetición electoral y ni mucho menos se atreven a asegurar, como hace Rajoy, que la corrupción interna “no merma en absoluto” sus posibilidades de gobernar. “No llegamos en la mejor forma a otras elecciones con gestoras en nuestras dos principales comunidades. A saber la factura que nos puede pasar eso”, expresaba un miembro del grupo parlamentario después de la reciente dimisión de Esperanza Aguirre. Este diputado, que no se mostraba pesimista en los días posteriores al 20D a pesar de la fragmentación de los resultados juzga ahora la situación muy diferente por la actitud de Rajoy y de su cúpula respecto a Rita Barberá.
Según se ha ido estrechando el cerco a la exalcaldesa de Valencia, en el PP se la da por amortizada y preocupa el efecto de su aforamiento por su condición de senadora miembro además de la Diputación Permanente del Senado: “Es inaudito que ella se plante y que demos la imagen de protegerla después de todo lo que se ha sabido”. Las amenazas de Barberá a su partido por las presiones para que dé la cara y ofrezca explicaciones han complicado aún más la situación.
“Cuidado con lo que decís. Recordad por qué estáis ahí”, ha presionado por SMS la senadora a Isabel Bonig, responsable actual del PP en la Comunitat Valenciana. Ante la destitución de toda su cúpula, el PP valenciano se enfrenta a partir de este viernes a la constitución de la gestora y el permiso para celebrar un congreso regional para tratar de regenerarse.
El recado de Aguirre a Rajoy
La nueva dimisión de Esperanza Aguirre, esta vez como presidenta del PP madrileño pero no como portavoz municipal, ha añadido más temor. Aunque la dirección negó por todos los medios que sus declaraciones sobre la asunción de su responsabilidad política y “los tiempos de generosidad” fueran un mensaje contra Rajoy, el caso es que su retirada a raíz de la investigación de Púnica deja en mal lugar al propio Rajoy por su actitud en el caso Bárcenas y la corrupción generalizada . Que ocultara a la dirección nacional el hecho de que Ignacio González le había presentado la dimisión hace un mes como secretario general contribuyó a dejar a la cúpula del PP nacional en una posición delicada.
Aun así, la decisión de que la gestora dependa de Cristina Cifuentes ha tranquilizado los ánimos. El PP celebrará este lunes un Comité Ejecutivo Nacional, donde se procederá a decidir quiénes serán las personas que completarán la estructura de la gestora, más allá de Juan Carlos Vera, que será el secretario general.