Como siempre. Los dos grandes partidos vuelven a repartirse los cargos en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), los nacionalistas tienen su cuota particular y, en esta ocasión, se ha incluido a un representante de Izquierda Unida. Todo, de forma simbólica, porque la mayoría absoluta estará en manos del Partido Popular.
El reparto ha sido similar a otras ocasiones. De los ochos vocales que se han pactado este martes, tres serán del PP, dos del PSOE, y uno para CiU, PNV e IU. Cuando se decidan los doce vocales restantes, el reparto final será de diez vocales para el PP, siete para el PSOE, uno para CiU, otro para el PNV y otro para IU. Luego, habrá que designar al presidente, que tiene voto de calidad, y que será afín al Partido Popular, que siempre será mayoritario en el máximo órgano de los jueces.
El acuerdo estaba cantado, y el PSOE apenas ha opuesto resistencia, en contra de lo que hizo el Partido Popular en los ochos años en los que estuvo José Luis Rodríguez Zapatero al frente del Gobierno.
Es cierto, que el PSOE tenía pocas bazas que poder jugar, pero no hay pocas voces internas entre los diputados socialistas que recuerdan que el PP no tuvo la misma actitud cuando estaba en la oposición, y que “el sentido de Estado de Rubalcaba, a veces, es excesivo”, afirmó un parlamentario.
Sin embargo, el pragmatismo de Rubalcaba le ha hecho ir a un acuerdo habitual en la democracia española, buscando un reparto de cargos y de fuerzas internas, como se ha hecho siempre, que garantiza a los dos grandes partidos una gran presencia y control en el CGPJ, con una participación de las minorías.
Eso sí, el PSOE dice que su último pulso fue porque entrara un miembro designado por Izquierda Unida en busca de un acuerdo parlamentario mayor, y que el PP se oponía. El Gobierno lo niega.
Pero tanto PP como PSOE estaban empeñados en escenificar que hay un amplio acuerdo, con más de seis grupos políticos: los cinco que tendrán miembros en el Poder Judicial, más Unión del Pueblo Navarro (UPN), ya que el actual jefe del Tribunal Superior de Justicia de esta comunidad ha sido designado como miembro del Consejo. Aunque, en el fondo, todo queda igual.
El portavoz del Grupo Parlamentario Popular, Alfonso Alonso, se ha presentado ante los periodistas con unas sonrisa de oreja a oreja por el acuerdo conseguido, y ha anunciado que los plazos se van a acelerar lo más posible. Es más que probable que el viernes se conozcan todos los nombres, y el martes próximo empiece la tramitación de los nuevos nombramientos.
En la noche del jueves, la única discrepancia que había entre los dos grandes partidos era cómo escenificar el acuerdo. Si ir juntos o no al registro del Congreso, o anunciarlo por separado. El PSOE, consciente de que hay cierto malestar interno, no tenía muchas ganas de una foto conjunta, y decidió una comparecencia por separado.
Los nuevos vocales del CGPJ serán: Nuria Díaz, Alvaro Cuesta, María Concepción Sáez Rodríguez, Enrique Lucas, Vicente Guilarte, María Ángeles Carmona, Pilar Sepúlveda y Mercé Pigem. Los candidatos suplentes son: María Pilar Jiménez Bados, Silvia Barona y Luis Martín Contreras.
Pero, más allá de los nombres, lo cierto es que, una vez más, todo está cerrado para volver a pactar el control político del máximo órgano de los jueces entre los dos grandes partidos, para dirigirlo quien ahora obstenta la mayoría parlamentaria. Así, lleva ocurriendo más de treinta años.