A pesar de lo reticente que es Mariano Rajoy a conceder entrevistas y someterse a ruedas de prensa sin límite de preguntas, los miembros del Ejecutivo y del partido han recibido la consigna de ocupar todo el espacio posible en los medios de comunicación. En el Gobierno cunde la preocupación porque la situación económica mejora, pero los ciudadanos no parecen creérselo a juzgar por los resultados del CIS. Este martes, en el Comité Ejecutivo Nacional, el presidente ordenó a los suyos que se esforzaran en vender los logros del Gobierno en todo tipo de actos públicos, pero sobre todo, en los programas de televisión.
La petición de Rajoy para que los conservadores multipliquen su presencia pública se tradujo en la orden de “hablar más y ocupar todos los espacios”. Llega en un momento en que los líderes de Podemos han optado por la estrategia contraria. La nueva formación ha dado marcha atrás en las últimas semanas en su apuesta por la sobreexposición de sus fundadores en tertulias y programas de televisión.
Las habilidades de Alonso
Hasta ahora, Rajoy ha procurado rodearse de ministros con un perfil más técnico que político, una cualidad que sólo esgrimían Alberto Ruiz-Gallardón y, en menor medida, los dos ministros más amigos de Rajoy, José Manuel García-Margallo y Jorge Fernández Díaz. El fichaje de Alfonso Alonso ha sido interpretado como un intento de reforzar este flanco en el último año de legislatura.
Sin conocimientos de Sanidad, el Gobierno se ha apresurado a destacar su perfil como un político “muy vinculado a la defensa de los servicios sociales”, aunque sus verdaderas bazas son su capacidad para comunicar bien y no esconderse. El mismo Rajoy le ha reconocido que su confianza en él podía haberle colocado en cualquier otro Ministerio.
Dos días después de la reunión de la cúpula, el PP anunciaba la presencia de Cospedal este sábado en 'La Sexta Noche' aunque lo desvincula de la petición de Rajoy. Fuentes del PP explican que la petición de que la secretaria general acudiera al programa se hizo antes del verano y que se cerró una fecha hace ya meses que luego no pudo cumplirse por problemas de agenda.
Aun así, Cospedal reconoce que la situación obedece a un “momento especial” en que los conservadores están obligados a tomar la iniciativa en esta materia. Junto a la recuperación económica, el mensaje clave que es necesario colocar es que la lucha contra la corrupción en las propias filas va en serio. La causa no es otra que la proximidad de las elecciones municipales y regionales y el miedo, sobre todo entre los barones autonómicos, a que casos como Gürtel, los papeles de Bárcenas y la Operación Púnica les pasen factura.
Tertulianos multiusos
En el PP niegan que estén buscando entre sus diputados y cargos del partido caras nuevas que vendan mejor el producto y mantienen que esa apuesta no es una novedad, aunque vayan a redoblarse los esfuerzos. Sus responsables de comunicación insisten en que siempre han enviado gente a todo tipo de programas, dependiendo de la especialidad de cada uno. “Como partido estamos saliendo en todos los programas porque se está yendo a todo, otra cosa es que muchos vayan para hablar de un asunto concreto del que son especialistas”, aclara su portavoz, que admite la dificultad de encontrar nuevas voces “que sepan hablar de todo”.
Así, los más habituales hasta ahora han sido Rafael Hernando, Dolors Montserrat, Agustín Conde, Macarena Montesinos, Iñaki Oyarzábal y Arenales Serrano, entre otros. También las caras más jóvenes, como es el caso de Borja Sémper o Pablo Casado, que a pesar de no tener una larga experiencia sí son capaces de salir airosos en debates frente a otros invitados. Encontrar entre las propias filas quienes aunen soltura, capacidad de comunicación y peso político suficientes, se ha revelado como una misión complicada hasta ahora.