“Las prisas, las exageraciones y la caricaturización grotesca del adversario no son propias de alguien con talla de estadista si realmente aspira a convertirse en presidente”. Se trataba de una intervención en el Congreso para responder al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una comparecencia extraordinaria por la gestión de la DANA. Pero el portavoz del PNV, Aitor Esteban, quiso aprovechar unos minutos para dirigirse a Alberto Núñez Feijóo, el líder de la oposición, que apenas unos días antes había apelado a los socios de la investidura a acompañarle en una moción de censura.
Esteban había subido a la tribuna enfadado por el clima político en el que se celebraba el debate. “Llega un momento en que el ruido hace incomprensible el debate e impide una verdadera reflexión sobre los temas que se abordan”, dijo. Y aunque dirigió algunas críticas a Sánchez y le pidió que actúe con “transparencia” acerca de los casos que “rodean a su formación”, no tardó en criticar a Feijóo por reclamar una moción de censura a raíz de las declaraciones del empresario Víctor de Aldama contra el presidente.
“No espera usted ni siquiera un día para dar por válidas las acusaciones de un delincuente confeso para lanzar un anuncio inconcreto de moción de censura y además, apelando a terceros declaraciones de una persona detenida por el fraude de hidrocarburos que necesita algo para eludir la prohibición, la prisión provisional y metido en un sinnúmero de negocios turbios. Un sujeto con más conchas que un galápago”, comenzó.
También le criticó por haber “puesto en peligro la alianza europea” durante la negociación de la nueva Comisión Europea al tratar de boicotear el nombramiento de Teresa Ribera como comisaria, “empujando al Partido Popular Europeo hacia la ultraderecha en medio de una crisis geoestratégica mundial”.
Esas críticas a Feijóo en una comparecencia en la que el foco del debate estaba centrado en Sánchez son relevantes toda vez que el líder de la oposición hacía apenas unos días que había tratado de socavar la confianza del Gobierno pidiendo a sus socios parlamentarios que le acompañasen en una moción de censura. “Yo no tengo los votos para cambiar el Gobierno, pero si alguno de los socios quiere acabar con esto que sepa que estoy a disposición para abrir una nueva etapa”, había dicho Feijóo en una comparecencia en el Congreso.
En una comparecencia sin preguntas acusó a Sánchez de haber “incurrido” en “corrupción política, económica y moral”, después de que Aldama testificara ante el juez entregas de dinero a José Luis Ábalos, Koldo Izaguirre o el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán.
La llamada a los socios que hizo Feijóo tenía un destinatario claro. El mismo que hace seis años apoyó una moción de censura, en aquel caso para tumbar al Gobierno de Mariano Rajoy. Justo después, además, de haberle dado sus votos para unos Presupuestos Generales del Estado que parecían sellar la continuidad de la legislatura. La diferencia es que en aquel momento la corrupción no la había denunciado un “delincuente confeso”, como lo calificó el miércoles Esteban, sino que la había confirmado la Audiencia Nacional, que condenó al PP como partícipe a título lucrativo del caso Gürtel.
Quizás por eso, el portavoz jeltzale acusó a Feijóo de tener prisa. “Lo único que demuestra es precipitación y falta de equilibrio a la hora de sopesar debidamente según qué cuestiones. Valores o políticas podrían estar en riesgo. Como si el llegar al poder lo justificara todo. No corra. Ya ve lo que le pasó a Albert Rivera ni intente conquistar el cielo al asalto. Ya sabe qué le ocurrió a Pablo Iglesias. Tampoco sería malo que hiciera un acto de contrición con la gestión valenciana, si aún le interesa llegar a ser un día presidente del Gobierno. Ya sé que usted y yo nos parecemos poco, pero yo lo haría así”, cerró.
El líder del PP le respondió que él no tenía prisa e intentó ser conciliador. “Yo no tengo prisa, pregunte a usted a sus compañeros de Junts. No voy a llegar de cualquier manera”, le dijo. “Es verdad que no nos conocemos mucho, pero se puede solucionar”, añadió.
Este cruce entre ambos dirigentes, que forman parte de fuerzas políticas que se han entendido en el pasado en numerosas ocasiones, no es el primero que protagonizan en esta legislatura, que comenzó marcada precisamente por la oposición de los jeltzales a un gobierno de PP por su dependencia de Vox. “Hay una ballena en la piscina. Los 33 votos de Vox son imprescindibles. Además esos 33 votos seguirían siendo imprescindibles durante la legislatura. La ballena tiene un tamaño imposible de esconder”, le dijo en el debate durante su investidura frustrada. “Alberto, tu tractor tiene gripado el motor por usar aceite Vox”, bromeó unos meses después. Esteban también ha tenido fuertes encontronazos con el portavoz del PP, Miguel Tellado, al que un día incluso llamó “torpe”.
Pero la distancia entre ambas formaciones no es solo de palabra. Precisamente el día que Feijóo hacía esa apelación a los socios, el Gobierno conseguía sacar adelante con el bloque de investidura la reforma fiscal que enfilaba los Presupuestos Generales del Estado, con el voto del PNV incluido. Y esta semana el Ejecutivo se comprometió a realizar los traspasos de competencias que tenía pendientes con Euskadi.
Lo hizo en una reunión en la Moncloa entre Sánchez y el lehendakari, Imanol Pradales, en el marco de la Comisión Bilateral de Cooperación Administración del Estado-Comunidad Autónoma del País Vasco y como parte de los acuerdos de investidura que firmaron PSOE y PNV. “Una valoración positiva, satisfactoria”, dijo Esteban al día siguiente en declaraciones en los pasillos del Congreso en las que valoró que se haya transferido la competencia del litoral o las conversaciones que ambos presidentes que ambos mantuvieron alrededor de la creación de una “macroregión atlántica europea”, así como del impulso de instrumentos para la inserción laboral de los migrantes. “Una reunión muy positiva y que va dando cumplimiento al acuerdo de investidura que firmamos el PNV y el presidente del Gobierno”, resumió.
Los socios de Sánchez le respaldan ante las causas contra su familia
El portavoz jeltzale también opinó sobre la causa que afecta al hermano de Sánchez, imputado por un supuesto trato de favor en su contratación en puestos de “alta dirección” en la Diputación de Badajoz. “Bastantes de los datos que presentaban no parecen que eran correctos, por ejemplo en cuanto al patrimonio de la persona”, dijo después de que la Guardia Civil descartara que su patrimonio fuera de 1,4 millones de euros como denunciaba el psuedosindicato Manos Limpias. “No parece que para la creación de la plaza haya nada sospechoso. Esto tendrá que seguir. El juzgado tendrá que hacer las diligencias que sean convenientes como creo que hasta ahora se ha hecho”, añadió después.
Otros socios del Gobierno salieron estos días también a defender al Gobierno en una causa a la que no ven futuro. Entre ellos Sumar. La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, dijo que los “juicios paralelos” no son bienvenidos en democracia. En una entrevista este viernes en Radio Nacional afirmó que la política “es algo demasiado importante como para convertir un ‘modus operandi’ de destrucción de un Gobierno en la judicialización de todo”.
“Hace tiempo que rondan las ganas de imputar al entorno más próximo del presidente”, dijo por su parte el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, que cree que “no hay absolutamente nada” en la causa que afecta al hermano de Sánchez, un caso más dijo en los pasillos del Congreso, dentro de una “ofensiva judicial” contra el Gobierno.
Incluso Junts defendió esta semana que la causa forma parte de una persecución, aunque reprochó al PSOE que colaboren en el pasado en maniobras similares contra los líderes independentistas catalanes. “No es una sorpresa para nosotros”, dijo la portavoz del partido en el Congreso, Míriam Nogueras. “De hecho, es un 'modus operandi' en el que el PSOE también ha participado, por ejemplo, persiguiendo a los independentistas”, añadió para preguntarse si el “lawfare” seguirá importando cuando deje de afectar al PSOE.