Iba a ser el gran escaparate electoral antes de la elecciones generales previstas para diciembre. Moncloa había diseñado la presidencia rotatoria de la UE con un importante calendario de reuniones informales por todo el país a lo largo del próximo semestre. La decisión de Pedro Sánchez de adelantar las elecciones generales al 23 de julio hace saltar los planes por los aires, aunque en Moncloa intentan restar importancia a la afectación que los comicios tendrán en la agenda y, especialmente, en los expedientes que tienen que cerrarse antes de que acabe el año, como la reforma del mercado eléctrico o las reglas fiscales.
El propio Sánchez mencionó la presidencia de la UE en su breve declaración sin preguntas en Moncloa. Aseguró que se trata de una “responsabilidad muy importante” que “aconseja una clarificación de la voluntad de los españoles sobre las políticas y sobre las fuerzas políticas que deben liderar esta fase”. No obstante, los comicios coincidirían con el arranque de la presidencia, cuyos primeros pasos tendrían lugar en plena campaña y buena parte de su desarrollo se celebraría, como mínimo, con el gobierno en funciones mientras se intenta conformar el que derive de las urnas con las consiguientes complicaciones para los expedientes que están en marcha. En el caso de Suecia, que tiene ahora el control, el cambio del Ejecutivo se produjo unas semanas antes de asumir la presidencia y ha aparcado algunos temas, como el pacto migratorio, que era una prioridad para el anterior Ejecutivo.
La gran cita europea tiene una primera parada en Madrid, donde el Colegio de Comisarios presidido por Ursula von der Leyen celebra al inicio de la presidencia rotatoria un encuentro con el Gobierno del país que la asume. En el caso español, está prevista para la primera semana de julio. España estará ya a las puertas de la campaña electoral oficial. Sánchez tiene previsto, además, comparecer en el Parlamento Europeo el 13 de julio y previamente participar en la cumbre de la OTAN en Lituania. Además de su exposición en el Pleno de la Eurocámara, los ministros tienen también que pasar por las correspondientes comisiones para exponer los planes de la presidencia. En este caso, lo tendrían que hacer en plena campaña. Fuentes europeas admiten que nunca se ha dado una situación similar y que sería la Eurocámara la que tendría que decidir una anulación de esas comparecencias o posponerlas, pero en todo caso es pronto para pronunciarse al respecto.
La otra fecha marcada en rojo en el calendario es la cumbre de la UE y los países de Latinoamérica y el Caribe (CELAC), que se celebrará apenas cinco días antes de que Sánchez se examine en las urnas. Ese es uno de los principales actos preparados por la presidencia española para afianzar los lazos con ese continente, que es una de las tareas en las que se está esforzando a fondo Bruselas. De hecho, la intención es que haya incluso avances para Mercosur, el gran acuerdo comercial que se resiste desde hace décadas.
El parón del mes de agosto en la capital comunitaria coincidirá con la constitución de las nuevas Cortes Generales en España. Lo normal es que sea entonces cuando comiencen las negociaciones para la formación de gobierno, pero la agenda europea no esperará a que haya un posible acuerdo sino que los procedimientos seguirán con los ministros en funciones.
Sin ir más lejos, la última semana de agosto hay prevista una reunión de ministros de Exteriores en Toledo en la que José Manuel Albares pretendía hacer una propuesta para eliminar la unanimidad de la toma de decisiones de los 27 en materia de política exterior siguiendo la estela de los diez países, entre ellos España y Alemania, que están empujando en esa dirección para evitar chantajes como los que sistemáticamente hace Hungría. Para esa fecha es improbable que haya un nuevo gobierno.
El Gobierno manda un mensaje de tranquilidad ante la inquietud en la UE
A lo largo del otoño hay previstos encuentros del mismo tipo con otras carteras, como Economía, Energía o Interior, entre otras. “La presidencia se va a mantener como tal y con todas sus actividades”, ha afirmado el ministro de Agricultura, Luis Planas, a su llegada a Bruselas este martes. La gran incógnita sobre esos consejos informales es si acudirán los actuales miembros del gabinete, aunque con sus atribuciones mermadas o si ya lo harán los nuevos tras la constitución de un nuevo Ejecutivo, algo muy inusual, aunque ocurrió en 1995 cuando François Mitterrand cedió el testigo a Jacques Chirac cuando aún quedaban dos meses de presidencia francesa y justo un año después la situación se repitió en Italia.
Planas ha apuntado que se ha roto “el tabú” de que no se puedan celebrar comicios generales coincidiendo con la presidencia de la UE, que va por turnos. Después de España le toca a Bélgica, que también tiene elecciones legislativas en la etapa final. El ministro ha puesto el ejemplo de Emmanuel Macron, que se enfrentó a las urnas cuando Francia estaba al frente del Consejo de la UE. También ocurrió en Croacia en 2020, donde también se hizo con la victoria el partido gobernante. En ambos casos los comicios fueron al final del mandato, que era la pretensión inicial de Sánchez, que había planificado en octubre una gran cumbre en Granada con todos los líderes europeos que le servirían como recordatorio de su perfil internacional, una de las imágenes que más ha explotado desde que llegó a Moncloa en 2018. Ese plan queda ahora en el aire.
Lo que sostienen en Moncloa es que las elecciones no van a interferir en la presidencia de la UE y ese es el mensaje con el que quiere quedarse la Comisión Europea. “La presidencia española sigue su curso. Arranca en tiempo y forma y se hará lo posible para que las citas tengan lugar. Después del 23 de julio veremos qué pasa, pero el Gobierno sigue con facultades plenas”, señalan fuentes gubernamentales sobre la posibilidad de que el actual gabinete asuma las citas sectoriales.
No obstante, fuentes del Ejecutivo admiten que les han trasladado cierta inquietud desde la Comisión Europea y el Consejo y que se ha enviado un mensaje de “normalidad institucional de la UE” a través del secretario de Estado Pascual Navarro. “Les tranquilizamos”, ha dicho Planas sobre la preocupación que pueda existir en las instituciones europeas al tratarse del semestre clave para acabar algunos expedientes antes de los comicios europeos en los que las decisiones de los 27 quedarán en stand by: “Las responsabilidades de España se asumen plenamente, tenemos la experiencia y tenemos la voluntad. España es no sólo un país europeo sino europeísta, absolutamente convencido del papel que representa en la UE y que va a seguir representando”. “Vamos a asegurar nuestras responsabilidades institucionales y políticas”, ha sentenciado Planas.
En el balance de daños, en Moncloa reconocen que no es el escenario ideal, pero sí el mejor dada la hecatombe del 28M. “Lo que no sería sostenible son seis meses de presidencia con un PP diciendo que somos un gobierno ilegítimo”, señala un alto mando socialista. PP y PSOE tenían ya movilizados a sus socios europeos para la campaña de las generales. Los conservadores tienen previsto un gran acto en Málaga en junio mientras que el de los socialistas iba a ser en otoño.
“En la presidencia dejas de ser el defensor de los intereses nacionales”
Lo que rechazan en el Ejecutivo es que las negociaciones a nivel técnico se vayan a ver afectadas por estar en funciones o en el hipotético caso de que en ese semestre el PP lograra el Gobierno. “En la presidencia dejas de ser el defensor de los intereses nacionales y quedas un poco coartado porque intentas alcanzar consensos”, señalan esas mismas fuentes, que sostienen que ya han dejado claras las posiciones de España en debates como la reforma del mercado eléctrico, las nuevas reglas fiscales o el pacto migratorio.
Además, el Gobierno ha desplegado ya la red de funcionarios que se encargará de llevar a cabo las negociaciones a nivel técnico. “La UE no va a decir nada a España, es profesional, ha hecho un trabajo previo muy sólido para que no afecte al crear una estructura que distingue la acción del gobierno de la de la presidencia”, señalan en Moncloa. “Trabajaremos con las autoridades españolas para garantizar que esto es así”, ha dicho el portavoz de la Comisión Europea, Eric Mamer, en una rueda de prensa este martes en la que ha aferrado a la promesa del Gobierno de Sánchez de que jugará su “rol” como presidencia de turno.