El Tribunal Constitucional tiene cuatro nuevos miembros. Enrique Arnaldo, Concepción Espejel, Juan Ramón Sáez e Inmaculada Montalbán han tomado posesión de sus sillones en el tribunal de garantías en una jornada en la que, entre otros, se ha despedido su presidente Juan José González Rivas. El saliente ha asegurado en su discurso que los magistrados del Constitucional deben “dar ejemplo” y ha omitido sobre la marcha alusiones que su discurso escrito tenía sobre “el desafío de la independencia de Cataluña” así como las alusiones a la “virtud y la decencia” de los magistrados.
González Rivas ha cedido la presidencia de forma provisional a Santiago Martínez-Vares hasta que Pedro González-Trevijano sea elegido nuevo presidente durante el medio año que le queda de mandato por consenso de los sectores progresista y conservador. A la ceremonia en el Constitucional han acudido, entre otras autoridades, las ministras de Justicia y Defensa, Pilar Llop y Margarita Robles, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y el presidente del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes.
En su discurso, González Rivas ha ensalzado el trabajo desarrollado durante su mandato y ha asegurado que “los magistrados constitucionales deben dar ejemplo” y que los tribunales constitucionales “han de estar a la altura de unos estándares muy exigentes”. Ha omitido las alusiones que su discurso escrito recogían sobre que los magistrados “deben ser ejemplo de virtud y decencia”. Posteriormente ha añadido que “las legítimas aspiraciones profesionales y el prestigio personal del magistrado deben ponerse al servicio de la Justicia Constitucional”.
Palabras pronunciadas ante la plana mayor del Constitucional y ante los nuevos magistrados. Entre ellos, Enrique Arnaldo, cuya candidatura salió adelante en virtud del acuerdo entre PP y PSOE con los votos favorables de Unidas Podemos pero con una parte de sus diputados mostrando su disconformidad con el nombramiento. Odón Elorza, portavoz socialista en la comisión de nombramientos, llegó a calificar de “trágala” el nombramiento de Arnaldo para desbloquear la renovación del tribunal.
La alusión a la “virtud y decencia” no ha sido el único cambio que el presidente del Tribunal Constitucional ha hecho sobre su discurso escrito. Se ha referido a las sentencias relativas al procés y ha omitido también sobre la marcha la alusión que su discurso escrito hacía a que “tuvimos que responder al desafío de la independencia de Cataluña”. Sobre esto, ha señalado que en varias de sus sentencias quedaron claras “la supremacía de la Constitución y la unidad de la nación española”.