La primera jornada de la Fiesta de la Primavera de Podemos que está teniendo lugar este fin de semana en València –y que la formación tiene previsto celebrar a partir de ahora de forma anual– evidenció este sábado los intentos del socio minoritario del Gobierno por marcar un perfil propio respecto al aliado mayoritario, el PSOE, de cara a lo que queda de la legislatura. Pero también su pretensión de presionar a la parte socialista del Ejecutivo para escorar más a la izquierda las políticas que se vayan a poner en marcha en los próximos meses y, sobre todo, para reconducir la relación con socios como ERC o EH Bildu, trastocada a raíz del espionaje.
La actualidad, condicionada por el regreso a España del rey emérito, permitió a Podemos situar en el centro de su acto con la militancia sus históricas reivindicaciones republicanas. Utilizando como gancho ese viaje de Juan Carlos I, el partido que dirige la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, no escatimó en reproches hacia el PSOE por su posicionamiento a favor de la permanencia de la monarquía parlamentaria. En ese camino hacia la III República, que Podemos ve inminente por los escándalos vinculados a la Casa Real, la formación de Belarra sí tiene previsto presionar dentro del Consejo de Ministros para que, al menos, se pueda impulsar el fin de la inviolabilidad del rey. “Es lo mínimo”, sostienen distintos dirigentes que, no obstante, tienen previsto redoblar su apuesta por movilizaciones en contra de la monarquía.
La de suprimir o al menos limitar la inviolabilidad del rey es una medida que ya respaldó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, poco después de la huida de Juan Carlos I a los Emiratos Árabes. Pero los socialistas han aparcado, de momento, conscientes de las dificultades de poder llevarla a la práctica al ser necesaria una mayoría reforzada del Congreso para reformar la Constitución en ese sentido. Los partidos del Gobierno y sus socios habituales necesitarían al menos al PP o a Vox para poder realizar esa modificación de la Carta Magna, pero las derechas no quieren ni hablar de un debate sobre la monarquía al considerar que supondría un “ataque” al propio Estado.
Con todo, entre las mesas de debate celebradas este sábado tuvo especial relevancia la que se preguntaba si la monarquía será “capaz de sobrevivir a la corrupción”. Una conversación que se produjo mientras, al mismo tiempo, Juan Carlos I disfrutaba de sus vacaciones en Sanxenxo sin dar ni una sola explicación acerca de sus fraudes fiscales y su supuesto enriquecimiento ilícito.
Mayoral: “Estamos viendo a mucho 'juancarlista' pasar vergüenza”
“Después de 72 horas de casi bochorno mediático y de seguimiento de la llegada del rey es el momento de decir las cosas claras. En este momento en nuestro país no hay un solo rey, sino que hay dos reyes en una situación en la que ninguno de los dos está rindiendo cuentas hacia la ciudadanía y que no está explicando la situación”, denunciaba a primera hora la secretaria de Organización de Podemos, Lilith Verstrynge. En su opinión, la visita de Juan Carlos I ha situado a la Casa Real “en una situación que es ya totalmente insostenible”, Por ello, “lo que tiene que hacer el país es pensar en la República no como un fin sino como un proceso que pasa por elegir la jefatura del Estado pero también los servicios públicos, las estructuras del Estado y los actores públicos”.
El secretario de Horizonte Republicano de Podemos, Rafa Mayoral, atacó de forma velada al PSOE por su actitud hacia la monarquía. Él habló de “encubridores, cómplices y copartícipes” que “están escandalizados porque Juan Carlos venga a hacer lo que ha hecho siempre”. “La República significa el Gobierno del pueblo para el pueblo y en eso vamos a estar nosotros. El resto no sabemos dónde va a estar pero estamos viendo a mucho 'juancarlista' pasando mucha vergüenza por haberle tapado los escándalos de una corrupción sistemática que ha sido la nota del reinado de Juan Carlos I”, ha remachado, en clara alusión a, entre otros, los socialistas, con quienes gobiernan en coalición.
“Las medidas adoptadas en el pacto de la Zarzuela entre PSOE, PP y la Casa Real no establecen ningún mecanismo para evitar que esta situación se pueda repetir”, añadía, refiriéndose al pacto para hacer público el patrimonio del rey.
Quien sí salió a criticar directamente al PSOE fue la portavoz de Podemos Isa Serra que consideró que “el PSOE comete un grave error posicionándose en la defensa de la Monarquía” en un momento en el que la ultraderecha “orquesta una ofensiva monárquica”. “Hasta en siete ocasiones el PSOE, que ha funcionado en este país como un pilar para la Monarquía, ha impedido abrir una comisión de investigación en el Congreso sobre la corrupción de esta institución”, recordó Serra. Además, criticó duramente la visita de Juan Carlos I a España este fin de semana pues “es una humillación y una ostentación de la impunidad”. La portavoz de Podemos destacó que “para que el emérito vuelva tiene que haberse ido”, lo que ha implicado “una fuga y que no ha sido juzgado” para lo que “ha tenido enormes colaboradores y cómplices”.
La defensa de una “mayoría progresista y plurinacional”
La otra mesa en la que Podemos quiso remarcar esa presión sobre su socio de Gobierno fue la que reunió al portavoz del partido en el Congreso, Pablo Echenique, con representantes de esos dos socios parlamentarios del Ejecutivo especialmente enfadados por la tibieza de la parte socialista sobre el escándalo del espionaje. Hasta València se desplazaron la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, y el histórico dirigente de ERC, Joan Tardà.
Podemos escenificó su alianza con esas dos formaciones políticas –también con el BNG– y su pretensión de que el “bloque de la investidura” sea el que siga permitiendo al Gobierno sacar adelante sus reformas, en un momento en el que la formación de Belarra acusa al PSOE de tratar de buscar otras alianzas en la bancada de la derecha del hemiciclo.
Echenique reivindicó la “mayoría progresista y plurinacional” que “cristalizó” en la moción de censura que llevó a Pedro Sánchez a la Moncloa. A su juicio, no obstante, “hay una cláusula de exclusión histórica” que impidió durante años que hubiera esa mayoría. El portavoz de Podemos puso en valor el “significado histórico” de la alianza entre la izquierda española y el independentismo. Los socios, por su parte, han reclamado que se aceleren leyes como la de Vivienda o la de Memoria Democrática, sobre las que existen discrepancias también entre los aliados de la coalición.
Tardà aseguró que “el bloque de la investidura es una oportunidad” y puso en valor que “por primera vez” el Estado haya reconocido la “necesidad de hablar” con Catalunya en la mesa de diálogo entre Gobierno y Generalitat. “Hemos votado leyes y Presupuestos porque sabemos que PP y PSOE se parecen mucho pero sería un insulto a la inteligencia decir que son lo mismo. Las condiciones siempre serán mejores con el PSOE y si existe una coalición con un partido de izquierdas esas condiciones mejoran”, señaló. “Nosotros nunca vamos a entregar la bandera del diálogo a nuestros adversarios”, zanjó. Finalmente, aunque remarcó que “existen las condiciones para que esta legislatura no vaya languideciendo hacia el fracaso”, sí lamentaba que lo que está ocurriendo “se parece mucho a la segunda legislatura de Zapatero”.
EH Bildu destaca los asuntos “pendientes” de la legislatura
Aizpurua, por su parte, consideró que “avanzar en todos los temas sociales” fue una de las prioridades para apoyar al Gobierno, si bien lamentó que no se haya avanzado en “el tema territorial”. “Todavía hay muchas cosas pendientes pero especialmente en el plano territorial”, lamentó, si bien consideró como “un paso” que se haya puesto en marcha el diálogo entre Gobierno y Generalitat. “Ha habido grandes avances pero falta mucho por hacer y las expectativas que se habían creado dejan mucho espacio a la desilusión. Las grandes promesas que se hicieron siguen siendo promesas”, añadía, refiriéndose a la derogación de la ley mordaza o la reforma de las pensiones. “No queremos que este bloque caiga pero hay que seguir presionando para que el PSOE se mueva”, concluía.
Además de representantes de EH Bildu o ERC en la Fiesta de la Primavera de Podemos estuvieron miembros de Compromís, como la vicepresidenta de la Generalitat Valenciana, Mónica Oltra, o de IU. Los grandes ausentes son la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que sí fue invitada pero que no viajó a València arguyendo problemas personales, y los miembros del PSOE, el partido con el que Podemos gobierna tanto en el Estado como en la Comunitat Valenciana. Los socialistas, en este caso, no fueron invitados.
La relación de Podemos con las fuerzas que componen la coalición tanto en el Estado como en la Comunitat no parece pasar su mejor momento. En su exhibición ideológica apenas participaron miembros de otras formaciones hasta bien entrado el día.
En las distintas mesas, más enfocadas a un debate retórico y cultural, se reivindicó el trabajo de Irene Montero en el Ministerio de Igualdad, que esta semana ha visto sus frutos en el Congreso, con reticencias del PSOE. La secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez Pam, aseguró que “le pese a quien le pese, en España habrá ley del 'solo sí es sí”, y celebraba la aprobación de la reforma de la ley del aborto y del dictamen de la comisión de igualdad sobre la ley de violencia sexual. “Hemos conseguido que la agenda feminista se haga realidad”, subrayaba Pam en la sesión matinal sobre sexualidad feminista.
La reivindicación del trabajo de Montero chocaba con la ausencia de Yolanda Díaz, titular del Ministerio de Trabajo. En la mesa de análisis de la relaciones tiempo y trabajo productivo, en la que se ha puesto en valor el planteamiento de acortar la jornada laboral a 4 días o 32 horas –postura pactada con Más País y Compromís en la reforma labora–, se hizo escasa mención al trabajo de este ministerio, apuntando a la subida del salario mínimo interprofesional, a la 'ley rider' y a la reforma laboral junto a medidas como los permisos menstruales.
La teología geopolítica
En aras de ensanchar ese espacio ideológico y electoral, los morados abogan por incorporar a aquellas personas “creyentes o no”, que compartan los valores de justicia que, apuntan, predica el Papa Francisco. En una de las últimas mesas de la jornada, impulsada por Héctor Illueca, vicepresidente segundo de la Generalitat Valenciana por Unidas Podemos, acompañado por un párroco y activista antidesahucios, el partido morado ha defendido que el actual Papa difunde unos valores que impugnan el sistema neoliberal y patriarcal. Para Illueca, un estudioso de su figura, el primer dirigente del Vaticano no europeo en siglos ha impulsado reformas que conviene tener en cuenta para combatir la corrupción y los abusos en la Iglesia Católica.
Sus grandes aportaciones, su “giro copernicano”, son la relación entre el crecimiento capitalista y la crisis ecológica, “pero sobre todo la idea de que no es un problema de la esfera moral, sino que se sitúa el corazón de un sistema que es incompatible con la sostenibilidad ecológica”. La segunda, subraya el dirigente, es que los pecados no son solo individuales “El pecado estructural, hay estructuras que matan. El capitalismo mata” y, por tanto, debe ser transformado de forma radical.