Ni los más pesimistas vaticinaban la deriva en la que ha terminado cayendo Ciudadanos. La formación que pretendía reinventarse después de más de seis meses trabajando en el proceso de “refundación”, ha terminado rota y fracturada en dos bandos en solo unas semanas. Y sus principales dirigentes se encuentran inmersos en un agrio cruce de acusaciones a pocas horas de que los escasos afiliados que le quedan al partido –unos 7.600– decidan cuál de las dos candidaturas enfrentadas va a gestionar los restos del naufragio. Las espadas entre los partidarios de Inés Arrimadas y los de Edmundo Bal, con el propio abogado de Estado a la cabeza, siguen en alto y más afiladas que nunca justo cuando se acaba la campaña interna que han protagonizado los dirigentes de ambas listas. “No vamos a permitir más mentiras, insultos ni condescendencia”, advertía a sus rivales la dirigente balear Patricia Guasp, que lidera la lista de Arrimadas.
Esta última semana ha sido particularmente intensa. El año 2022 acabó conociéndose que la candidatura 'Renace tu Partido' que encabeza el eurodiputado Adrián Vázquez y la propia Guasp, auspiciada por Arrimadas, doblaba en avales a la lista de Edmundo Bal, 'Ciudadanos de Nuevo', para las primarias cuyas votaciones se realizarán entre este miércoles y jueves. 1.367 apoyos de una frente a 679 avales de la otra. Este resultado –premonitorio para algunos– desató cierto nerviosismo entre los afines al vicesecretario general, que temen que el 'aparato' actual del partido, que controla aún la jerezana, pueda estar moviendo los hilos para decantar la balanza a su favor.
Aunque Arrimadas guarda silencio, tal y como se comprometió a hacer, sus fieles no lo han hecho. La campaña interna de las primarias se estrenó este enero con la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, acusando a Bal de buscar “pactar con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez”. “No estoy a favor de pactar con Sánchez en este momento en el que está minando nuestro Estado de Derecho, desprestigiando a jueces e instituciones. Por eso no apoyo la candidatura de Bal, sino la de Adrián y Patricia”, señaló la dirigente madrileña en una entrevista en Cuatro. Después de destacar el “acto de generosidad enorme” de Arrimadas por “dar un paso al lado y renunciar a liderar el partido”, Villacís afirmó que la candidatura que ella cierra simbólicamente junto con la líder “es liberal, sigue defendiendo lo que ha defendido siempre Ciudadanos y no hace cosas extrañas”.
Casi al unísono, Bal arrancaba su periplo por las agrupaciones del partido para convencer a la militancia de las bondades de su proyecto. Desde Valencia, adelantó que si Arrimadas continuaba teniendo “un rol visible” dentro de Ciudadanos “la refundación no tendrá credibilidad”. “No se puede refundar nada con las mismas caras que presidían lo viejo”, sentenciaba. Por ello, instó de nuevo a la líder a dar un “paso al lado” mientras la acusaba de poner “personas por delante” para “seguir mandando ella por detrás”.
Bal quiere ser también el candidato a las generales
Es más, insistía en que si continúa mandando, eso llevaría al partido “necesariamente” a precipitarse “por el barranco de la extinción”. A su entender, “no puede ser que al final, los ciudadanos, cuando enciendan la televisión, sigan viendo la cara de Inés Arrimadas”, por lo que apostaba por una refundación “de verdad” y no “meramente cosmética”.
No es la primera vez que Bal deja caer sospechas de que ha habido muchas “sombras” en el proceso de Refundación, como el hecho de haber ocultado encuestas internas a los afiliados sobre sus preferencias de modelo de partido o sobre pactos. “Nosotros prometemos que vamos a alumbrar y quitar esas sombras”, apuntó el portavoz parlamentario de Ciudadanos. “El colmo de los colmos es cuando al final de todo este proceso parece que el resultado de la refundación va a ser que los líderes van a seguir siendo los mismos”, apostillaba.
En contraposición, señalaba que su proyecto “ya ha conseguido algo muy relevante, que es despertar la ilusión de los afiliados y los militantes como primer paso para poder contagiar esa ilusión también a los votantes” en los “importantes procesos electorales” de 2023. Bal también denunció “presiones” que “muchos” de los afiliados y militantes “están recibiendo desde el aparato oficial del partido”. “Les dicen que nosotros somos una candidatura que se opone al partido”, aseguró. El abogado de Estado no dejó pasar tampoco el momento para desvelar que quiere ser también “candidato en las primarias a la Presidencia del Gobierno de España”, un dato que, según cree, “todavía no les ha quedado claro” a compañeros “de la otra candidatura”.
Guasp defiende la continuidad de Arrimadas en el Congreso
Al día siguiente, Patricia Guasp advertía de que la refundación del partido no tiene por qué pasar “por cambiar de líder” en el Congreso de los Diputados, tal y como pretende Bal. En consonancia con Villacís, también recordaba que Arrimadas ya había manifestado que no quiere seguir presidiendo el partido, mientras le recordaba a su antiguo fiel escudero que “para ser candidato a la presidencia del Gobierno habrá otras primarias” y que lo importante ahora es poner “el foco en las elecciones de mayo”. “Ya habrá tiempo de ver quién es el mejor para presentarse a las generales”, le lanzaba.
La dirigente balear se defendió, asimismo, de los dardos de sus rivales, que la acusan de encabezar una candidatura “oficialista”. “De los quince primeros puestos, que son la ejecutiva permanente, ninguno está en la ejecutiva actual”, observó. “Mientras Bal pide seguir con el presidencialismo, nosotros aportamos una dirección de equipo, coral”, sentenció.
A las voces contra Bal se unió Carlos Carrizosa. El líder de Ciudadanos en Catalunya también afirmó que la nueva etapa del partido no tiene que pasar por “sacrificar” a Arrimadas. “Una líder que ha ganado unas elecciones autonómicas en España, y que es una líder muy bien valorada entre nuestros votantes, no tiene por qué ser sacrificada en el altar de una supuesta renovación”, defendió en una entrevista con Europa Press. Además, recordó que el propio portavoz parlamentario del partido, que es miembro de la ejecutiva actual, ha sido “corresponsable de toda la gestión”, por lo que no puede proclamarse ahora un adalid de la “renovación”. “La renovación son Vázquez y Guasp”, sostuvo Carrizosa.
Aunque desde ambas partes se asegura que no impulsan candidaturas “de enfrentamiento”, que “no se oponen a nadie” y que pretenden “integrar a todas las personas valiosas” de la otra candidatura cuando se dilucide quién gana la batalla, las posibilidades de ese final 'feliz' son mínimas y bastante remotas, por no decir nulas. Así lo reconocen en privado ambas partes, aunque de puertas afuera digan lo contrario. “A partir del día 16 de enero vamos a caminar todos juntos para garantizar el futuro de esta opción liberal, nos vamos a sentar para tirar de este carro, para hacer de Ciudadanos ese partido liberal otra vez atractivo a la ciudadanía, que responda a esos principios que constituyeron en 2006 el nacimiento de Ciudadanos”, dijo el otro día Bal, que al mismo tiempo apelaba a la “cortesía, elegancia, educación y no entrar en lo personal”. “Nosotros hemos respetado a rajatabla esta regla”, declaraba, ante la perplejidad de sus oponentes.
Las diferencias de modelo de partido son claras, tanto en lo que atañe al nuevo modelo bicéfalo en el que las partes orgánica y política quedarán separadas, como a la estrategia futura de pactos con otros partidos si Ciudadanos logra sacar representación tras las próximas citas electorales. Para Bal es necesario que la formación “ensanche su espacio ideológico” y que en el proyecto “quepa tanto el centroderecha como el centroizquierda”. “También los que nos definimos como del centro puro, que es lo que somos muchos de los que militamos en Ciudadanos”, según señaló durante la campaña interna.
Los de Arrimadas, en cambio, prefieren al PP y pactarían en último lugar con el PSOE, pero solo si hubiera un líder diferente a Pedro Sánchez. En este entorno verían con buenos ojos un acercamiento a los barones socialistas críticos con Sánchez, sobre todo si alguno de ellos diera un paso al frente para sustituirle.
La OPA del PP de Feijóo
Entre tanto, en el PP han lanzado una nueva OPA a Ciudadanos. Así lo ha reconocido este lunes en la COPE Alberto Núñez Feijóo, aunque ha señalado que quiere ser “muy respetuoso” con el proceso interno en el que están inmersos los de Arrimadas. Pero en Génova están a la espera de ver quién gana la contienda para lanzar una propuesta en firme de integración. El expresidente de la Xunta ya rechazó formar una coalición con Ciudadanos en las últimas elecciones autonómicas de Galicia, algo que sí aceptó Pablo Casado en Euskadi, pero está dispuesto a invitar a unirse a sus filas a aquellos o a aquellas dirigentes de Ciudadanos “con la mayor cualificación profesional posible y con la mayor experiencia posible”, en alusión velada a Villacís.
Los conservadores sueñan con atraer los votos de todo el centro derecha e incluso arañar buena parte de los votantes de la ultraderecha de Vox con el fin de lograr una “amplia mayoría”, suficiente para evitar que Sánchez pueda seguir gobernando con Unidas Podemos y el apoyo parlamentario de ERC o Bildu. Y, de paso, no tener que depender de los de Abascal, pese a gobernar con ellos en Castilla y León.
La respuesta de Bal llegó poco después. “Esto nunca debería ser una opción”, señaló en un mensaje publicado en su cuenta de la red social Twitter