El primer gran encuentro ciudadano de Podemos celebrado este sábado en Madrid ha reunido a varios centenares de personas de toda España y ha permitido visualizar las dos almas que conviven en el partido: una que aboga por un sistema de delegación que tenga en los círculos su matriz y otra que hace del asamblearismo y el voto por Internet la bandera del movimiento.
El debate no es nuevo y surgió en otro movimiento que algunos han visto como el origen de Podemos: el 15M. Las diferencias que surgieron entonces en las plazas se reproducen ahora con un elemento nuevo: la necesidad de poner en marcha una organización que sea capaz de llegar a las elecciones municipales y autonómicas de mayo del año que viene a pleno rendimiento.
Las diferentes asambleas y talleres que se han desarrollado durante el día en la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid han pivotado sobre estas dos posturas. Y han copado definitivamente la reunión que tenía como objetivo establecer las bases de la asamblea fundacional que Podemos celebrará el próximo otoño, cuya estructura ha quedado en el aire ante la falta de consenso.
Durante las cerca de tres horas que ha durado esta última asamblea, en la que han participado unas 500 personas, varios círculos han mostrado su inclinación por establecer un sistema de representación o delegación que permita trasladar al cónclave de otoño los resultados de los debates que se produzcan en los círculos. Con diferentes matices, agrupaciones como la de Murcia, Alicante, Zaragoza, Guadalajara, Navarra, así como intervenciones a título personal, han defendido esta postura, que aboga por que las propuestas y decisiones tomadas en los círculos sean defendidas en la asamblea fundacional por los portavoces que ellos elijan.
“Tenemos claro el objetivo, ir contra la casta, pero no el modelo. Desde el grupo promotor se avanza en un sentido que no recoge todas las sensibilidades”, ha asegurado un representante del círculo del Campo de Gibraltar en una intervención que resume el sentir de buena parte de los asistentes, que han apoyado sus palabras con el gesto de agitar las manos que tan famoso se hizo hace ahora tres años.
“Malas prácticas de vieja política”
Enfrente, otro nutrido grupo rechaza de plano imponer un sistema de delegados. El círculo de Cultura, que resume distintas intervenciones en este sentido, ha asegurado que “el sistema de delegados es muy excluyente” y ha recordado “el historial de malas prácticas de vieja política” que dicho sistema implica. “La ciudadanía no es consultiva; su voz es vinculante”, ha zanjado el representante de esta agrupación.
La postura defendida por este sector ha recibido también muchas muestras de apoyo, por lo que la asamblea se ha cerrado sin un consenso. Así, de la asamblea de hoy no ha salido ni cómo será el cónclave de otoño, ni los temas que tratará, ni dónde se desarrollará. El debate se trasladará a los círculos, que tienen el cometido de crear nuevas fórmulas que permitan aunar ambas tendencias. En los próximos meses se las enviarán al equipo encargado de organizar el proceso y que estará encabezado por Pablo Iglesias y Luis Alegre, tras imponerse su lista en la votación abierta celebrada a tal efecto.
Sobre el proceso de votación para elegir a este equipo han surgido también voces discordantes. Pese a que todos han aplaudido la ingente labor que ha desarrollado en los últimos meses el equipo promotor de Podemos, muchas voces han lamentado el poco tiempo que los círculos han tenido para organizarse e implicarse en el proceso, más allá de votar por Internet a una de las dos opciones que se presentaron a tiempo.
El debate, que ha sobrepasado el tiempo establecido, se ha ido enconando según se acercaba su final. Muchos de los asistentes han mostrado su frustración por no haber podido participar o por haberse cerrado la reunión sin haber alcanzado una propuesta de consenso. Y algunos se han lanzado a la carretera de vuelta a su casa con evidentes gestos de contrariedad.
A falta de consensos, para lo que sí ha servido el encuentro de este sábado es para que cientos de personas de toda España que comparten el proyecto de Podemos tuvieran la oportunidad de conocerse en persona, de desvirtualizarse. “Pese a las diferencias, existen consensos sociales y debemos convertirlos en poder político, en lugar de enredarnos en pequeñas cuestiones internas. No les podemos defraudar. Hemos demostrado y vamos a seguir demostrando que sí se puede”, ha zanjado Luis Alegre en la última arenga de la tarde.