Ante una bandera española colocada en el escenario de la sede nacional del PP –un emblema que no suele verse habitualmente en la sala de prensa de Génova 13– y junto a una televisión de plasma que proyectaba su propia foto y su nombre escrito en letras grandes –acompañadas de un minúsculo logo de la formación conservadora–, el líder del Partido Popular, Pablo Casado, perfiló este viernes la que será su campaña de aquí al 28 de abril. Compareció unos minutos después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciara el adelanto electoral en la Moncloa.
La estrategia de Casado, por lo visto en su comparecencia de este viernes, será personalista –pese a que él sostiene que todo es fruto de un trabajo “en equipo”–, con una nueva agenda maratoniana que le llevará a recorrer todo el país en apenas dos meses. Su gira estará cargada de símbolos patrióticos con el objetivo de atraer al electorado más de derechas –el líder del PP quiere recuperar a los votantes que huyeron a Ciudadanos y Vox–.
En los próximos meses el presidente conservador buscará además lanzar un mensaje muy claro a los ciudadanos: o respaldan al PP o España se convertirá en un caos gobernado por fuerzas que quieren “destruir” el país y que son la “muleta de repúblicas bolivarianas”.
“El 28 de abril se elige Frente Popular o Partido Popular”, explicaba gráficamente el presidente de los populares, que lanzaba ese mensaje tremendista sobre sus oponentes políticos haciendo mención a la alianza de los partidos de izquierda y republicanos que ganó las elecciones en febrero de 1936, justo antes del inicio de la Guerra Civil originidada por el Golpe de Estado perpetrado por militares insurrectos el 18 de julio de ese año.
“Hemos tumbado a Sánchez”
El 28 de abril se tendrá que dilucidar, a juicio de Casado, entre “un modelo que negocia con [el president de la Generalitat catalana, Quim] Torra o un partido que lidere la aplicación del artículo 155 en Catalunya”. “Se decide si España va a seguir siendo rehén de los partidos que quieren destruirla o un liderazgo del PP para parar el desafío independentista”, advertía el candidato popular.
Durante su comparecencia en la sede nacional del PP Casado ha vuelto a utilizar varios argumentos falsos. Entre otras cosas, defendió que el adelanto electoral comunicado a primera hora de la mañana del viernes es mérito suyo: “El PP ha conseguido como oposición que Sánchez tire la toalla (...) hemos tumbado a Sánchez”.
Casado ha venido reclamando elecciones anticipadas prácticamente desde que fue elegido líder del PP el pasado julio. En cuanto empezó a leer en los medios que Sánchez planeaba disolver Las Cortes defendió que la mejor fecha sería el 26 de mayo junto a las autonómicas, municipales y europeas. Este viernes dio a entender que si hay generales el 28 de abril es gracias a él.
“¿Por qué no han salido los Presupuestos? Porque les hemos pillado negociando con Torra”, defendió Casado. El PP siempre se ha opuesto a las cuentas presentadas por el Gobierno que con la aritmética de la moción de censura que hizo a Sánchez presidente en mayo de 2018 podrían haber salido adelante incluso con el voto en contra de PP y Ciudadanos.
Lo cierto es, por tanto, que fue la posición de los partidos independentistas respaldando las enmiendas a la totalidad la que tumbó las cuentas en el Congreso. La responsabilidad no fue de los populares, como asegura Casado y tampoco es que nadie haya pillado al Gobierno negociando con los partidos secesionistas porque ambas partes han informado de las participaciones.
Otra de las falsedades defendidas por Casado es que fue la manifestación del domingo en la Plaza de Colón de Madrid –convocada por PP y Ciudadanos, a la que se sumaron Vox y fuerzas ultraderechistas y neonazis y que logró un apoyo ciudadano menor del esperado pese a reunir a miles de personas– la que precipitó el fin de la negociación del Gobierno con la Generalitat y los partidos independentistas.
Realmente fue la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, la que el viernes 8, dos días antes de esa concentración, anunció que el diálogo con los independentistas se había roto por su negativa a aceptar las reglas para las conversaciones que planteaba el Ejecutivo.
Tampoco es cierto que al líder del PP le diera “igual” la fecha de las generales como sostenía en su comparecencia de este viernes. Cuando comenzaron los rumores de que el Ejecutivo podía convocar elecciones en el mes de abril, Casado pidió a Sánchez que llevase la fecha de los comicios a mayo y las hiciese coincidir con las autonómicas, municipales y europeas del día 26 de ese mes, en el conocido como súper-domingo electoral.
Como reconocían dirigentes populares en las últimas horas el líder del PP, que no esperaba las elecciones hasta otoño o incluso 2020, necesitaba más tiempo que los dos meses que quedan hasta las los comicios generales para poder escenificar su viaje al centro y atraer así a votantes descontentos del PSOE abriendo el abanico de su electorado para garantizarse una victoria en las urnas.
Las alianzas con Ciudadanos y Vox
El lunes Casado tiene previsto explicar su estrategia electoral a los principales cargos del partido integrados en la Junta Directiva Nacional de los populares –máximo órgano de la formación entre congresos– que se celebrará en Génova al mediodía.
De momento, el líder del PP ya ha adelantado que algunas de las principales propuestas que llevará a la campaña serán la aplicación inmediata del artículo 155 de la Constitución para intervenir la autonomía de Catalunya en cuanto llegue a la Moncloa y sea cual sea entonces la situación en la comunidad, la aprobación de la prisión permanente revisable o la supresión y bajada masiva de impuestos.
La dirección del PP insiste en que el partido está “preparado para volver al Gobierno” y tiene “muy clara” la agenda de “libertad”, “igualdad de oportunidades” y “seguridad” que propondrá a los españoles en los próximos meses. “Creo que no hay que hacer experimentos”, señalaba este viernes Casado al ser preguntado por si estaría dispuesto a reeditar el pacto con Ciudadanos y Vox que hizo a Juan Manuel Moreno Bonilla presidente de Andalucía tras 36 años de hegemonía socialista.
El líder del PP confía, de momento, en lograr una mayoría suficiente como para no necesitar a esos socios, pese a que todas las encuestas publicadas vaticinan una fuerte caída de los votos de los populares y confirman la fragmentación de la derecha. “Sabemos cómo se gobierna y tenemos el plan para hacerlo”, concluía Casado.