Instituciones Penitenciarias ha comenzado a repartir entre las distintas cárceles 40.000 mascarillas remitidas por el Ministerio de Sanidad, en tanto que la Unidad Militar de Emergencias (UME) está desinfectando los centros que así lo solicitan.
Así lo ha informado esta noche la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, en un comunicado donde explica que cinco cárceles están fabricando mascarillas.
También recuerda que una mujer de 78 años ha sido la primera presa víctima del coronavirus. Estaba ingresada en la cárcel de Estremera (Madrid), fue evacuada al hospital de Arganda del Rey el pasado sábado y hoy han comunicado su fallecimiento.
Según Prisiones, las 40.000 mascarillas se están repartiendo desde hoy en función de los trabajadores de cada centro penitenciario y en las zonas con mayor incidencia del COVID-19.
De este modo, se está dando prioridad a los empleados en zonas cerradas donde haya más de una persona y no se pueda mantener la distancia mínima de 2 metros de seguridad, como cocinas, enfermería o cabinas.
Mientras, la UME ha comenzado a desinfectar cárceles y ya lo ha hecho en 13 centros, entre ellos el de Estremera, donde estaba recluida la presa de 78 años fallecida.
La interna tuvo una crisis respiratoria y el personal médico de la cárcel decidió trasladarla al hospital, donde falleció. Hoy se ha conocido que dio positivo a test del coronavirus.
Otros dos reclusos de esa cárcel también han dado positivo, al igual que otro de la prisión de Zaballa, en Álava, pero ya ha sido dado de alta.
Asimismo, 40 trabajadores han dado positivo y uno de ellos se encuentra en la UCI, en concreto, el jefe de Servicios de la cárcel de Teruel.
Por otro lado, las cárceles dependientes de la administración central van a comenzar a fabricar mascarillas en los talleres para le abastecimiento de estos centros, pero dada la urgencia, no serán homologadas y seguirán el modelo de mascarilla quirúrgica.
Su uso será individual y reutilizable tras un lavado a alta temperatura.
Mas de 500 metros de tela han sido enviados a las cárceles de Alcalá Meco, Sevilla I, Córdoba, Huelva y Topas, donde las fabricarán 50 internos hasta ahora empleados de talleres textiles y ocupacionales.