El PSC aspira a gobernar Catalunya gracias a los vetos cruzados de los demás
El PSC ve en las elecciones del 21D una posibilidad de recuperar la presidencia de la Generalitat. A pesar de que ninguna encuesta les otorga los números tradicionalmente necesarios para encabezar un gobierno –muy alejados del primer puesto y relegados al tercero en la mayoría de sondeos–, Miquel Iceta confía en que en Catalunya triunfe la transversalidad y él encabece un Ejecutivo de esas características. En el PSOE no ven descabellada esa opción, que en precampaña también tiene mucho de estrategia de para hacerse con el voto útil.
La posibilidad de que esta vez ninguno de los bloques –independentista (ERC, PDeCAT y CUP) y constitucionalista (Ciudadanos, PSC y PP)– obtenga mayoría es cobra fuerza en la política catalana. Los 'comunes' se sitúan en ese escenario en una posición de bisagra. De ahí que tanto ERC como Ciudadanos hayan cortejado ya a la candidatura que encabeza Xavier Domènech.
En el PSC son conscientes de esa situación y ven en ella una oportunidad. “Los 'comunes' no sumarían sus votos a PP y Ciudadanos”, reconocían hace unos meses fuentes próximas a Iceta, cuando los conservadores apelaban a la creación de un gobierno 'constitucionalista' siguiendo la lógica de que fuera Inés Arrimadas –como líder de la primera fuerza de ese bloque– quien lo encabezara. En el PSC y el PSOE consideran, en cambio, que En Comú Podem podría inclinar la balanza hacia un gobierno de esas características si lo encabezara un socialista.
“No hay dos ligas, la de los independentistas y la de los constitucionalistas –dice un alto mando de la dirección de Pedro Sánchez–. Uno no es primero de la Liga B”. Ese dirigente considera que una vez que no eres la fuerza más votada ya no tiene por qué seguirse la lógica de que sea el segundo el que intente formar gobierno. Es ahí donde ven un resquicio para que Iceta llegue a la Generalitat.
Iceta se ha pronunciado en este sentido: “El ejemplo de Borgen es bueno”, confesó en una entrevista en el Huffington Post. El candidato socialista se refirió a la serie danesa en la que la tercera fuerza logra que su candidata se convierta en primera ministra gracias a una coalición. El líder del PSC argumenta que Ciudadanos y PP no tienen proyecto para hacerse con las riendas de la Generalitat mientras que los socialistas tienen una hoja de ruta que pasa por la reforma constitucional y la votación, así, de un “acuerdo” en referéndum.
Además de la posibilidad de que, una vez que la primera fuerza no puede formar gobierno se pierda el orden preferencial de los demás para intentarlo, los socialistas esgrimen a favor de su 'vía Borgen' que el PP prefiere que gobierne el PSC a que lo haga Ciudadanos ya que es su competidor más cercano –Albert Rivera roba votos especialmente a los de Mariano Rajoy–. Fuentes socialistas sostienen que los conservadores preferirían dejar la Generalitat en manos del PSC que de Ciudadanos, a quien no querrían darle un altavoz como la Generalitat.
Sin embargo, el camino no es fácil y los socialistas tienen en la investidura fallida de Sánchez la principal prueba. Pablo Iglesias y Rivera se vetaron mutuamente en aquella ocasión y mostraron reticencias incluso a sentarse en la misma mesa.
La relación con los 'comunes' es aún más tensa a raíz del apoyo del PSOE al artículo 155 de la Constitución para la intervención de Catalunya. Esa postura distanció aún más a ambas formaciones y se vio incrementada con la decisión de Ada Colau de romper el acuerdo de gobierno en Barcelona y, por la otra parte, por el acuerdo de Iceta con los herederos de Unió.
Los socialistas también consideran que cumplen las premisas que han marcado los de En Comú Podem y que tienen puntos en común en la agenda social. Además, los de Iceta pretenden sacar rédito a una parte de esa coalición y de la órbita de la izquierda catalana que entiende que se siente más cómoda con los socialistas que con las fuerzas independentistas.