El PSOE ha conseguido pactar una fecha para el 39º Congreso que decidirá el futuro político de Pedro Sánchez. Será el 8 de mayo cuando los militantes socialistas voten al secretario general y el 21 y el 22 de ese mes se celebrará el Congreso del que saldrá la nueva Ejecutiva. La decisión la ha acordado la Comisión Ejecutiva Federal en una reunión mantenida a primera hora de esta mañana y tendrá que ser ratificada por el Comité Federal que se celebra este sábado.
Esa fecha supone un cambio respecto a la que había propuesto inicialmente la dirección de Pedro Sánchez, que quería dejar la celebración del cónclave para mediados de junio. Sin embargo, esa propuesta se encontró con el rechazo de varias federaciones, entre ellas Andalucía, Comunidad Valenciana y Aragón, que querían que el proceso se lanzara entre abril y mayo.
En el fondo de la discusión está la pugna por el poder interno del partido ante la posibilidad de que se repitan las elecciones, un escenario que dan por hecho muchos dirigentes territoriales. Las federaciones más críticas querían acelerar el proceso para que, en el caso de que se repitan los comicios, el PSOE se presentara con un “proyecto renovado”, según fuentes consultadas por eldiario.es presentes en la reunión que se celebró anoche en la sede de Ferraz. Es decir, sin Pedro Sánchez.
Sin embargo, la dirección del PSOE era partidaria de aplazar el Congreso a después de los comicios y que el candidato se elija por primarias sin que todo coincidiera con un posible proceso electoral. De hecho, el secretario de organización César Luena era partidario de establecer un calendario y modificarlo en el caso de que se solapara con el electoral. En las federaciones más críticas consideraban que esa maniobra facilitaba que Sánchez se “perpetuara” al frente del partido.
La nueva fecha, en mayo, ha sido consensuada y permite que este sábado se evite una fractura interna en una votación sobre la convocatoria del Congreso. Pero la validez del calendario dependerá de los plazos que se vayan estableciendo para la formación de un Gobierno y que depende, en gran medida, del encargo que realice este martes el rey y de la fecha que el presidente del Congreso, el socialista Patxi López, establezca para la primera votación.
El tiempo empieza a correr a partir de ese momento y la Constitución fija dos meses para que el Parlamento designe un presidente. Si pasado ese tiempo no hay un acuerdo, se disuelven las Cortes y las elecciones se convocan 54 días después. Por tanto, si las elecciones se van a junio, es posible que la fecha fijada por el PSOE les permita acudir a los comicios con la dirección renovada o con Sánchez ratificado en el Congreso. Sin embargo, si las elecciones fueran antes -en mayo- el candidato se elegiría por primarias y Ferraz plantearía atrasar el cónclave.
Otro escenario es que Sánchez, si el rey le encarga formar Gobierno, logre un pacto y entonces se presente a revalidar su cargo previsiblemente sin rival. En el caso de que se quede en la oposición, porque sea el PP el que consiga mantenerse en el poder, la fecha también sería válida y probablemente a la batalla socialista se presentaría otro candidato. Las miradas se fijan en Susana Díaz.