Las negociaciones emprendidas en los últimos días por la portavoz socialista, Adriana Lastra, y el diputado Gabriel Rufián están despejando el camino para desencallar el nombramiento de Miquel Iceta como nuevo presidente del Senado. Esquerra Republicana de Catalunya será muy dura con la propuesta de Iceta durante el debate previsto para el próximo jueves, pero finalmente no participarán en la votación, facilitando las opciones del político socialista de convertirse en senador por designación autonómica, primer paso antes de afrontar la presidencia de la Cámara Alta.
La abstención de ERC en ese debate no es suficiente para garantizar el nombramiento de Iceta como senador pero facilita mucho sus posibilidades de éxito. “Ahora no toca un Vietnam con el PSOE por esto. Nos tendremos que entender con ellos”, aseguran a eldiario.es fuentes de la dirección de la formación republicana. En Esquerra reconocen que el perfil de Iceta “provoca muchas fobias” entre su electorado por lo que darle luz verde a su designación “tendrá coste”.
En ERC sentó mal enterarse por una filtración de Moncloa de la propuesta del líder del PSC, que requería de la participación del resto de formaciones catalanas para salir adelante. Los independentistas amenazaron con bloquear su designación, aunque finalmente el Parlament la abordará este jueves.
Fuentes socialistas apuntan a que la designación como senador está encarrilada. No obstante, ERC y PSOE no quieren vincular esta negociación a ninguna otra. “Esta no es una cuestión con la que se pueda mercadear”, expresó la número dos de Pedro Sánchez en el PSOE. Los socialistas afirman que el Parlament tiene que dar luz verde a la designación de Iceta como senador porque sostienen que se trata de una cuestión de “cortesía parlamentaria”. En la Cámara Alta el PSOE tiene mayoría absoluta para elegir al presidente por lo que ahí no hará falta ninguna negociación.
En sus conversaciones, Lastra y Rufián han hablado de la cuestión de Iceta y han abordado algunos asuntos de logística relacionados con el Congreso, como el reparto de despachos para adecuar la nueva dimensión de este grupo en las oficinas del Congreso. Lo mismo ha sucedido con el PNV.
El PSOE aspira a tener la presidencia del Congreso –el viernes la dirección de Pedro Sánchez aprobará las propuestas definitivas para la Mesa–. Entre los nombres que suenan en las filas socialistas para ocupar ese puesto está el de la ministra de Defensa, Margarita Robles, o el de la vicepresidenta, Carmen Calvo.
Lastra también está llevando a cabo negociaciones discretas con Unidas Podemos sobre el reparto de la Mesa, tal y como acordaron Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en su última reunión en Moncloa. De acuerdo a esas conversaciones, el órgano que dirige la actividad de la Cámara Baja previsiblemente contará con tres puestos para el PSOE; dos, para Unidas Podemos; dos, para el PP; y dos, para Ciudadanos. Así el bloque de izquierdas tendrá mayoría en el órgano que pilota la actividad parlamentaria. Los socialistas no pretenden ceder ningún puesto a otras formaciones. Con ese reparto, Vox también estará fuera salvo que otro partido le preste votos.
Por su parte, ERC no ha pedido formar parte de la Mesa del Congreso, aunque está dispuesta a aceptar otro tipo de representación institucional. Algo parecido sucede con el Partido Nacionalista Vasco, donde miran al Senado como el lugar en el que sus formaciones podrían tener representación en la Mesa. “Si entra el PNV, nosotros también”, aseguran en ERC.
Según fuentes de las dos formaciones nacionalistas, un acuerdo que incluya presidencias de comisión y la entrada en la Mesa del Senado sería vista con buenos ojos. De acuerdo a la composición de la Cámara Alta, al PSOE le tocarían cuatro de los siete puestos y al PP, tres. Los socialistas no ven descabellado ceder sus votos a una tercera formación para un puesto de los que les corresponde, como en 2016 el PP hizo con el PNV. “La negociación no está cerrada”, aseguran desde el PSOE.