“Es el Gobierno más lento y con la peor política económica de Europa”. “Lleva demasiado tiempo en el ámbito autonómico, parece que no tiene conocimientos suficientes para atender a los principales desafíos de nuestro país”. “Lo primero es cumplir lo comprometido”. “Esperamos mucho más que una crítica ácida y fácil, esperamos un partido que esté a la altura y atienda al sentido de Estado”. Estas frases pronunciadas este martes son una muestra del cruce de acusaciones entre el PSOE y el PP a unas horas de que Pedro Sánchez reciba por primera vez en la Moncloa al recién elegido líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo.
El presidente del Gobierno y el líder del PP se reunirán el jueves en el Palacio de la Moncloa en una hora todavía por determinar. Será el primer encuentro en la sede del Gobierno entre Sánchez y el jefe de la oposición desde septiembre de 2020. Y también la primera entre ambos desde que Feijóo fuera encumbrado este fin de semana en el XX Congreso Nacional del PP con la promesa de iniciar un nuevo tiempo, de abrir una etapa de “política para adultos” y “pactos de Estado”.
El Gobierno, y especialmente el PSOE, estaban a la expectativa de los cambios en el PP para ver si se abre una nueva etapa en la que poder llegar a entendimientos tras dos años de oposición que Pedro Sánchez llegó a calificar como “la más furibunda de Europa” por el rechazo a todo en medio de una pandemia. En Moncloa confían en que la nueva etapa que ahora se abre permita alcanzar “consensos básicos” con el principal partido de la oposición. Las expectativas están especialmente situadas en la renovación del Consejo General del Poder Judicial, que lleva bloqueado más de tres años.
Pero son unas perspectivas que, a tenor de las primeras declaraciones de unos y otros, no parece sencillo que puedan respetar. El primero en abrir fuego fue Feijóo. Ya en su discurso ante los miles de compromisarios que, como una sola persona, lo designaron como quinto presidente del PP desde la refundación de finales del siglo XX, mostró sus reticencias ante las políticas del Gobierno de coalición.
“España merece más que un Gobierno dividido y nosotros hemos demostrado que estamos unidos”, dijo, después de haber forzado la dimisión de su predecesor en un órgano al margen de los estatutos e integrado únicamente por los barones autonómicos del partido. “España merece más que un Gobierno que rompa sus consensos básicos. España merece más que un Gobierno triunfalista que si algo le sale mal es por culpa de los demás”, añadió.
Feijóo tendió su mano al Ejecutivo de PSOE y Unidas Podemos, pero solo si este modificaba todas sus políticas y asumía las del PP. “Para rectificar lo que se hace mal, garantizamos nuestro apoyo al Gobierno. Para dejar de ocultar los problemas que hay y los que vendrán, garantizamos nuestro apoyo al Gobierno. Para agilizar las medidas que los españoles necesitan, garantizamos nuestro apoyo al Gobierno. Para cesar a los ministros que hacen oposición desde el Gobierno, garantizamos nuestro apoyo al Gobierno. Para bajar impuestos a la energía, garantizamos nuestro apoyo al Gobierno. Para proteger nuestros servicios públicos con una economía que crezca de forma sana, garantizamos nuestro apoyo al Gobierno. Para no depender de los que quieren fracturar y dividir nuestro país, garantizamos nuestro apoyo al Gobierno”.
Todo esto ocurrió antes de que Pedro Sánchez remitiera un SMS a Feijóo para felicitarle por su elección y convocarle en Moncloa. Sus equipos cerraron los detalles, como que la cita será el jueves, aunque aún no se sabe a qué hora acudirá el presidente del PP a la residencia del presidente. Un día antes, el miércoles, visitará el Palacio de la Zarzuela para reunirse con el jefe del Estado.
El Gobierno: “La oposición de Estado no se predica, se practica”
Feijóo, que ha reclamado “100 días” de gracia tras ser aupado al frente de su partido, reunió a su nueva dirección el lunes. Y el martes ofreció una entrevista en Onda Cero en la que arremetió contra Sánchez e hizo una enmienda a la totalidad de sus políticas. Sobre el Real Decreto Ley para paliar las consecuencias de la crisis económica, Feijóo dijo que no puede “aprobar un real decreto que dice que es por la crisis de Ucrania”, sin desvelar el voto de su partido cuando se convalide en el Congreso ni las exigencias que podría poner para apoyarlo.
Eso sí, lo tildó de “parche”, acusó de “soberbio” a Sánchez y señaló que el Ejecutivo está “desconectado de la realidad”. “Un parche de 16.000 millones no es mal parche”, le respondió con un poco de sorna la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez. “La oposición de Estado no se predica, se practica y es lo que espera el Gobierno de esta reunión”, agregó la socialista en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
“Parece razonable pedirle al PP que cumpla con sus obligaciones constitucionales”, añadió Rodríguez, quien se refirió al apoyo a medidas como el plan de choque de respuesta a la guerra en Ucrania, pero también a bajar el nivel de “confrontación y crispación” o a la renovación del Poder Judicial.
Sin embargo, Feijóo no ha mostrado prisa por llevarlo a cabo. De hecho, recuperó las tres condiciones que el PP de Casado ya puso sobre la mesa para negarse a renovar el órgano. Dijo que no lo considera una prioridad. “Creo que lo más urgente es la situación económica o la posición del Sáhara”, apuntó, pese a que su partido eliminó de su programa electoral la defensa del referéndum de autodeterminación en la antigua colonia española.
Tras Feijóo llegó el turno de su número dos en el PP: Cuca Gamarra. La secretaria general, y de momento portavoz parlamentaria, reclamó explicaciones al Gobierno por pactar con Holanda una posición común que relaje las normas fiscales en Europa. Y acusó al presidente de incumplir el contenido de la declaración de La Palma porque, en su opinión, el documento “planteaba bajadas de impuestos”. “Cumplir lo que se acuerda es el camino para avanzar en la confianza”, zanjó.
El textual de la Declaración de La Palma asegura: “Las medidas que se incorporarán al plan desarrollarán e intensificarán las ya anunciadas hasta ahora, como son las rebajas fiscales para amortiguar el impacto de los precios de la energía en los recibos que pagan familias y empresas y otras que se puedan plantear”.
La respuesta llegó de forma casi inmediata por parte del portavoz socialista, Héctor Gómez, quien, visiblemente molesto, dijo que Feijóo “parece que no tiene conocimientos suficientes para atender a los principales desafíos de nuestro país”. “Da continuidad a la deriva de confrontación de Pablo Casado”, dijo ante los periodistas en el Congreso. “Es un mal comienzo” para las relaciones Gobierno-oposición, señaló. “Que estudie bien, en profundidad, la realidad del contexto europeo y de nuestro país”, añadió. “Lo único que le pedimos es que esté a la altura de las circunstancias. Que tenga sentido de Estado. Que arrime el hombro”, concluyó.
La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, también lanzó un dardo al PP al asegurar que solo ha oído como propuesta “una rebaja de impuestos”. “No es lo que el país necesita en este momento, ni lo que están haciendo los países de nuestro entorno, ni con las recomendaciones de los organismos internacionales”, resumió. “Dicho esto, confío en que el cambio de liderazgo nos permita tener una interlocución en el ámbito de la política económica y una colaboración como la que existe en otros países”, remató.
Y es que los socialistas son conscientes de que Feijóo es electoralmente un rival más difícil que Casado, por eso no le van a pasar una en su intención de presentarse como un perfil moderado que consideran que no cumple. Así, no dudan en situarle ante el espejo de la realidad que ahora tiene como líder del PP: un intento de recuperar el centro mientras van a gobernar Castilla y León con Vox.
“Quizás y para referirnos a pactos con la extrema derecha, no hay que escuchar la opinión de este Gobierno y le baste a Feijóo con escuchar la opinión del Partido Popular Europeo con respecto a estos pactos”, afirmó la portavoz del Gobierno: “Lo importante en ese avance, en esa recuperación de consensos básicos, es que los partidos democráticos en España nos comprometamos a combatir los riesgos de la extrema derecha en un contexto de ataque a los principios básicos y democráticos de la Unión Europea”.
Ya el miércoles, en la sesión de control en el congreso, Sánchez y Gamarra continuaron con el cruce de reproches. “El Gobierno está actuando, dialogando. Nos gustaría saber si van a apoyar el real decreto ley o van a estorbar con la ultraderecha, como hicieron en estos años de pandemia”, le ha respondido el presidente a la portavoz del PP.
La también secretaria general del PP ha recordado el dato anticipado de crecimiento económico de España ofrecido el martes por el Banco de España. “Vamos a crecer un 4,5%, un punto por debajo de lo previsto. La inflación estimada será del 10%, lo que dibuja un escenario difícil, que usted ignora y obvia. Las familias han perdido 17.000 millones de poder adquisitivo, cuatro de cada cinco empresas complicaciones. La deuda se ha disparado por encima del 120% y tenemos el segundo peor déficit del euro”.
“No sé si estuvo ayer en este Hemiciclo, no se si se ha enterado de que hay una guerra”, le ha espetado Sánchez en referencia a la intervención del presidente Volodomir Zelenski. “No sé si ha visto las imágenes de Bucha o que llevamos mascarilla. Sufrimos las consecuencias de la guerra y de la pandemia”, ha añadido.
Gamarra ha defendido que el Gobierno “siempre encuentra culpables y no busca soluciones” porque vive en “una realidad paralela”. “Se empeña en confrontar con todos los sectores con medidas ineficaces que son parches. Escuche más”, ha añadido, para zanjar: “Hay otra manera de gobernar. Más bajar los impuestos y menos comités de expertos. Este jueves [en la reunión con Feijóo] copie las medidas del PP y rectifique las que nos llevan a la ruina”. Sánchez, por su parte, le ha recriminado al PP esa “otra manera de gobernar”, que consiste, ha dicho, en “bajar los impuestos en la oposición y subirlos en el Gobierno” para luego “cerrar uno de cada 10 colegios en Galicia”, donde aún gobierna Feijóo, “y expulsar a 8.000 sanitarios en Andalucía”.
El jueves será precisamente cuando se constate si el relevo al frente del PP abre un nuevo tiempo en las relaciones con el Gobierno de coalición o si la oposición mantiene la actitud de no a todo que caracterizó el mandato de Casado.