La aprobación definitiva en el Senado de la eliminación del voto rogado el 21 de septiembre, once años después de su puesta en marcha, reabre un importante nicho de votantes a las puertas de un nuevo ciclo electoral. Con la precampaña ya activada, PSOE y PP se lanzan a por los 2,27 millones de españoles que están residiendo en el extranjero y que en los próximos comicios autonómicos y estatales, apenas tendrán trabas para ejercer su derecho al sufragio. Aunque desperdigados por el mundo, suman en conjunto más habitantes de los que tienen algunas comunidades autónomas y, en un panorama tan fragmentado como el actual, cada papeleta cuenta para decantar mayorías.
Ambos partidos son casi los únicos que pueden pelear por el voto de residentes en el extranjero, ya que cuentan con una red exterior importante, heredada de los años previos a la reforma que introdujo el voto rogado, y que habían dejado languidecer en los últimos años, precisamente por el descenso de la incidencia de los votantes exiliados al incluir las trabas del voto rogado. En las elecciones generales de 2008, las últimas sin ese sistema, votó el 31,88% de los expatriados. En las siguientes convocatorias a las Cortes Generales (2011-2019) la participación se desplomó y osciló entre el 4,73% y el 6,8%. Ahora, trabajan para reactivar sus nodos en las colonias de ciudadanos españoles.
En el PSOE preparan desde hace tiempo un refuerzo del partido fuera de las fronteras de España, aunque la pandemia dilató algo los planes. “Algunas agrupaciones estaban un poco olvidadas. Estamos trabajando en la actualización de la red en el exterior: cambiar equipos, refuerzo de agrupaciones…”, expresa la secretaria de PSOE Exterior, Pilar Cancela.
En total, los socialistas tienen 17 agrupaciones en el exterior y 2.630 militantes, que son más de los afiliados de algunas federaciones como La Rioja. El partido de Sánchez cuenta con una importante representación en Latinoamérica (Buenos Aires, Caracas, Chile, Uruguay, Panamá, República Dominicana y Colombia, además de lazos en Cuba, donde la ley no permite tener una estructura como tal) y Europa (París, Bruselas o Londres) y pretende recuperar la presencia en Suiza y Alemania.
“Antes del voto rogado teníamos mucha potencia en el exterior. Éramos la primera fuerza. El voto rogado nos hizo políticamente mucho daño. La ciudadanía, al ver mermado su derecho, castigó al partido que estaba gobernando, aunque la reforma la pactamos PSOE y PP. Hubo un bajón en la actividad política en el exterior y aparecieron nuevos partidos que captaron votos de izquierdas. Con la vuelta al Gobierno, la reforma del voto y la ley de memoria que reconoce la nacionalidad de los nietos de los exiliados de la guerra, podemos retomar con más fuerza. Nos hace recuperar el punch”, explica Cancela sobre la estrategia que Ferraz llevará a cabo fuera de España para captar voto.
Además de la visita de miembros de la Ejecutiva y de un equipo encargado de esa campaña en Ferraz, Cancela da por hecho que Pedro Sánchez se empleará en primera persona y que visitará a los afiliados en el exterior cuando haga viajes al extranjero. El líder del PSOE pretende presidir la Internacional Socialista a partir del mes de noviembre, lo que se puede convertir en un importante escaparate que se sumará a la presidencia rotatoria de la UE en el último semestre de 2023.
Feijóo lo fía al responsable de Emigración de la Xunta
También Alberto Núñez Feijóo pretende arremangarse en el exterior, a pesar de que no está clara la incidencia que tendrá el nuevo sistema en los resultados. Por ahora tiene prevista una gira por Latinoamérica para este otoño en la que podrá hacer campaña tanto para las autonómicas de mayo como para su propia cita con las urnas a finales de 2023.
El líder de la oposición no quiere sorpresas. Por eso ha elegido a alguien de su máxima confianza para la Secretaría del PP en el Exterior: el que fuera su secretario xeral de Emigración de la Xunta desde 2012, aún en el cargo, Antonio Rodríguez Miranda. Fue, además, el coordinador de Acción Exterior del PP gallego desde 2013 hasta que siguió a su jefe a Madrid.
Es decir, Feijóo situó el control de los gallegos residentes en el extranjero tanto en su Gobierno como en su partido a la misma persona. Rodríguez Miranda seguirá ejerciendo una doble función: para el presidente gallego, Alfonso Rueda, con sueldo público y, en principio, visión institucional, y para su jefe en Génova y el que le diera su gran oportunidad política hace más de una década.
El dirigente compatibiliza ambas agendas exteriores y ya prepara la primera gira por Argentina y Uruguay de Rueda para este mes de octubre. Después llegará el turno de Feijóo.
Para completar el cuadro, Rodríguez Miranda tiene por encima a otro viejo conocido de Feijóo: quien fuera su secretario general en el PP gallego y hoy vicesecretario de Organización Territorial, Miguel Tellado. Dos personas de su máxima confianza para preparar el aterrizaje del líder en el reabierto mercado del voto exterior.
elDiario.es ha intentado, sin éxito, recabar la opinión de Rodríguez Miranda sobre su papel para recuperar la participación en las elecciones y cómo compatibiliza sus responsabilidades públicas (por las que cobra 61.493,74 euros al año) y la de partido. En sus redes sociales ha saludado la reforma, aprobada por unanimidad. “Hay pocas satisfacciones tan grandes como recuperar el ejercicio real de un derecho. A partir de hoy (por ayer) todos los gallegos en el exterior vuelven a tener la oportunidad de ejercer el derecho a voto con un sistema ágil, seguro y transparente”, dejó escrito en su cuenta de Facebook.
Según su página web, el PP cuenta con “más de 13.000” afiliados en el extranjero “fundamentalmente en Europa y América”, aunque los datos pueden no estar actualizados ya que figura como responsable de la Secretaría Ramón Moreno Bustos, quien fue relevado en 2018 por Ana Vázquez.
El PP no ha querido responder a este medio sobre su política orgánica fuera de España. Según la misma web, el partido tiene sedes en 11 países europeos; 14 de América del Sur, así como en México, EE UU y Canadá; una en Oriente Medio(Israel); y una más en Australia.
El voto exterior siempre ha sido clave para el PP. Especialmente para el PP de Galicia, desde que Manuel Fraga lo convirtiera en uno de los puntales de sus posibilidades de gobernar. Hasta el 15% del censo electoral gallego llegó a estar formado por residentes en otros países, especialmente de Latinoamérica. Un botín muy jugoso por el que pugnaban todos. “Te pagaban 50 dólares por ir a votar y votamos todos a Fraga”, llegó a decir el músico Juan Carlos Cambas hace dos años en la Radio Galega. En otras ocasiones, eran altos cargos del PSOE los que repartían cheques de comida entre los asistentes a los mítines.
“No es la primera vez que el voto exterior decide mayorías”, recuerda Jacobo Blanco, decano del Colegio de Sociólogos y Politólogos de Asturias. En el año 2005, Fraga se quedó a un escaño de la mayoría absoluta y el recuento del voto exterior mantuvo la tensión varios días, aunque finalmente no cambió las cosas y PSOE y BNG le arrebataron el poder. En 2012, Javier Fernández consiguió un diputado más gracias al voto exterior que, con el apoyo de IU y UPyD, le convirtió en presidente del Principado arrebatándole el poder a Francisco Álvarez-Cascos.
Marea Granate, una victoria agridulce
Pero si alguien ha luchado contra el ruego del voto ha sido la Marea Granate, una organización cuyo germen está en Juventud Sin Futuro y en las movilizaciones bajo el lema “No nos vamos, nos echan” que llenaron las calles y plazas en los peores años de la crisis financiera y que confluyeron, como otros, en el 15M.
Aunque celebra la victoria de eliminar con carácter general el voto rogado, María Almena, una de las portavoces de la plataforma, lamenta que aún va a quedar “mucha gente excluida”. “El censo está infrarrepresentado porque te tienes que registrar en el consulado y a veces está a 500 kilómetros. Esa era una de las medidas que queríamos, pero no se ha cambiado”, explica en conversación telefónica con elDiario.es desde París. También recuerda que los residentes temporales no formarán parte de ese censo.
Su mayor preocupación es que la información no llegue a todos los exiliados, que tienen que inscribirse en los consulados antes del 31 de diciembre para participar en las elecciones de mayo, y por eso Marea Granate pretende impulsar campañas. Fuentes del Ministerio de Exteriores aseguran que están preparando ya las oficiales. Almena es consciente de que los partidos comenzarán a dar importancia a los mítines en el exterior, aunque advierte de que la participación siempre ha sido menor en el extranjero que en España, incluso antes de la reforma del voto rogado.
¿A qué partido beneficia la eliminación del voto rogado?
Como toda estimación electoral, los expertos coinciden en que es complicada, aunque hay datos que pueden arrojar algunas señales. Jacobo Blanco divide a los votantes en el exterior en dos grandes bloques: los “jóvenes profesionales” que se han ido en busca de oportunidades en los últimos años de la crisis y la emigración antigua que son los exiliados de la República y sus descendientes.
“Los jóvenes profesionales son partidarios de los nuevos partidos. Es un perfil de derecha moderada o de izquierda que no es el PSOE –Yolanda Díaz, Unidas Podemos, Íñigo Errejón…–. Con las mutaciones del sistema, podemos llevarnos una sorpresa. Con Ciudadanos desaparecido, ni idea de dónde puede ir ese voto. No acabo de ver gente que sale fuera y vota a Vox”, resume Blanco, decano del Colegio de Sociólogos y Politólogos de Asturias.
Unidas Podemos, y el espacio político articulado a su alrededor, ha sido quizá el actor que con más ahínco reclamó acabar con el voto rogado, “más por una cuestión de justicia que partidista más que partidista”, indican fuentes de la organización. “Miles de conciudadanos son hoy iguales en su derecho a voto. El voto joven, en particular, podrá ejercer su derecho”, apuntan las mismas fuentes, informa José Enrique Monrosi. Este hecho contrasta con la casi nula presencia internacional de los partidos que integran la coalición. Ni Podemos, ni IU, ni por supuesto la muy incipiente plataforma Sumar, tienen casi representación ni capacidad de movilizar sufragios, más allá de los mensajes que lleguen desde España.
Blanco señala que la emigración tradicional, focalizada en países en México, Venezuela o Cuba, “suele votar al PSOE”. En el Ejecutivo confían en que les den rédito políticas como el plan de recuperación del talento fugado o la ley de memoria, que reconoce la nacionalidad a los nietos de los exiliados.
También el profesor de la Universidad Carlos III Lluís Orriols ve dificultades para estimar lo que puede pasa, pero explica que hay “patrones” de conducta electoral. “En términos agregados votan más a la izquierda, pero hay cierta tendencia a ser un voto de partido gobernante, un fenómeno de caballo ganador”, señala el politólogo. Con las encuestas en empate técnico, Sánchez y Feijóo se lanzan a por el voto en el exterior.