Pedro Sánchez intenta zafarse de la presión que está recibiendo para que los socialistas se abstengan y permitan gobernar a Mariano Rajoy. El pretexto: evitar que los españoles vuelvan a pasar por las urnas por tercera vez en un año. La última maniobra ejecutada por el candidato del PP ha sido fijar para el 31 de agosto la primera votación de su investidura, lo que supone que en caso de repetición de los comicios estos se celebraría el día de Navidad.
Los socialistas hablan directamente de “chantaje” y han amagado en los últimos días con promover una reforma de la ley electoral que obligaría al PP a votar en contra, lo que desvelaría sus supuestos planes, o a votar a favor y que se evapore la amenaza del 25 de diciembre.
En el PSOE admiten que buscan la manera de evitar que las terceras elecciones coincidan con el día de Navidad. “Hay distintas fórmulas y no hay nada cerrado”, aseguran fuentes del grupo parlamentario, que reconocen que “existe la intención” de presentar alguna iniciativa en el Congreso con ese objetivo.
El planteamiento, según esas fuentes, es “reducir a la mitad la campaña electoral”, tal y como adelantó El Español. Según los cálculos de los socialistas, pasar de dos a una semana de propaganda electoral mediante la reforma del artículo 51 de la ley electoral (LOREG) permitiría ganar siete días y que los comicios fueran el 18 de diciembre.
La modificación solo de ese precepto resultaría inútil. El artículo 42 de la LOREG establece que las elecciones deben celebrarse 54 días después de la disolución de las Cortes, que de no haber Gobierno se produciría en la madrugada del 1 de noviembre, como establece la Constitución. Para que las elecciones pudieran celebrarse el 18 de diciembre tendría que cambiarse ese texto y establecer que el periodo entre la desaparición de las Cortes y el paso por las urnas fuera de 47 días, independientemente de lo que dure la campaña.
En el PSOE evitan dar detalles de cuál es la propuesta en la que están trabajando. “Hay muchas opciones”, se limitan a señalar. La dirección socialista no quiere adelantarse a los acontecimientos y busca que, por el momento, todos los focos estén en Rajoy. “El PSOE en este momento está en la investidura, en que se forme Gobierno. Y eso no toca”, ha dicho la presidenta del partido, Micaela Navarro, después de que El País haya abundado en la medida que estudia el grupo parlamentario.
La presentación de una iniciativa de este tipo tiene como fin obligar a que el PP se retrate tras haber fijado la fecha de la investidura “sin pensar” en las consecuencias, dicen en el PSOE. Desde el mismo momento en que la presidenta del Congreso, Ana Pastor, anunció el calendario, dirigentes del PP comenzaron a trasladar la presión de la repetición electoral a Pedro Sánchez. El presidente del partido en Catalunya, Xavier Garcia-Albiol, conminaba en Twitter al líder del PSOE a tener las “narices de enviar a 36.000.000 de españoles a repetir elecciones el día de Navidad”.
El PSOE intenta así pasarle la pelota al PP, aunque no lo tendrá fácil. Desde el partido de Rajoy ya han acusado a los socialistas de “estar pensando” en las terceras elecciones en lugar de en evitarlas. Ante las distintas informaciones aparecidas en los últimos días, el Gobierno ha filtrado que también estudia fórmulas para evitar que los españoles tengan que acudir a las urnas en Navidad, según Colpisa. A pesar de que fue el propio Rajoy, avalado por Albert Rivera, quien eligió la fecha para su investidura.
Unidos Podemos sí se ha mostrado más favorable a tramitar la reforma. Su portavoz parlamentario, Íñigo Errejón, ha criticado el “chantaje” de Mariano Rajoy y las “trampas” que el presidente en funciones hace con los tiempos. Pero cree que la solución no debería ser un parche a la LOREG. “Si Pedro Sánchez no quiere elecciones el 25 de diciembre, que piense en un Gobierno alternativo”, ha señalado este jueves a los medios en referencia a un entendimiento del PSOE con su grupo.
Un calendario de reforma apurado
La propuesta conlleva una modificación de una ley orgánica. El primer trámite pasa por que sea calificada (es decir, aceptada) por la Mesa del Congreso, que de momento no ha dado trámite a ninguna de las propuestas presentadas por los diputados en lo que llevamos de legislatura.
La presidenta de la institución, Ana Pastor, ha asegurado este jueves en una rueda de prensa que la Cámara baja recuperará su actividad habitual “en septiembre”. El órgano de gobierno del Congreso no se reunirá así hasta el 6 de septiembre, que sería el primer día para comenzar la tramitación de la hipotética propuesta del PSOE.
La proposición de ley, tras ser calificada, se eleva al Gobierno para que “manifieste su criterio sobre su toma en consideración”. El Ejecutivo tendría un plazo de un mes para emitir el dictamen (no vinculante). Si en ese periodo no se pronuncia, el Congreso tiene vía libre para iniciar el trámite parlamentario.
Las leyes orgánicas exigen una mayoría absoluta de las cámaras para ser aprobadas. El PP domina con amplio margen el Senado, donde podría ralentizar el proceso. En caso de votar contra la norma, o simplemente de enmendarla aunque sea mínimamente, la proposición tendría que regresar al Congreso, donde volvería a necesitar de la mayoría de los diputados.