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El PSOE prefiere a Pablo Casado

Los socialistas miran con cierta satisfacción la batalla abierta en el PP por el liderazgo del partido y la sucesión de Mariano Rajoy. En la historia reciente de la políticia española, los papeles solían repartirse al revés. Los conservadores hiperdisciplinados constituían un partido monolítico con un férreo seguidismo al líder y sus 'dedazos' mientras los socialistas se habían acostumbrado a vivir en una interminable batalla interna. Todo eso cambió el mismo día que se votó la moción de censura en el Congreso y Pedro Sánchez salió presidente.

Oficialmente, Gobierno y Ferraz mantienen una exquisita neutralidad en las primarias, pero tanto Sánchez como gran parte del partido prefieren que su rival sea Pablo Casado.

En el PSOE creen que el discurso escorado a la derecha de Casado les beneficia electoralmente para movilizar a su electorado. Los posicionamientos del dirigente conservador en asuntos como el aborto, la memoria histórica o la eutanasia, que son banderas de los socialistas, les permiten reivindicarse. “Casado polariza más”, reconoce un alto cargo del PSOE comparándolo con su rival, Soraya Sáenz de Santamaría. “Es más inconsistente”, agrega otro destacado miembro de la Ejecutiva que admite, no obstante, ciertas reservas de lo que pueda pasar más adelante si el vicesecretario de Organización consolida su liderazgo y logra coser la herida abierta en el partido.

Otro motivo por el que prefieren que el PP opte por Casado como líder es el escándalo de su máster. La jueza que investiga ese caso ha preguntado ya al Congreso si es aforado, señal de se plantea elevar la causa al Supremo tras apreciar indicios de delito. Casado aprobó un máster similar al Cristina Cifuentes en la misma universidad, sin acudir a clase y cursando solo ocho asignaturas. Los socialistas consideran que el procedimiento judicial le desgastará si sale elegido nuevo líder del PP.

Además, creen que la pelea estará en la derecha y que, por tanto, afectará especialmente a Ciudadanos, que ha perdido su posición cómoda de liderazgo en las encuestas. A Albert Rivera la renovación en el PP le quita uno de sus principales argumentos: el de la regeneración en el espacio de centro-derecha. Los socialistas consideran, además, que Casado y Rivera compiten por el electorado más conservador y que por eso pugnan en temas que a ellos les benefician como el mantenimiento de posiciones más radicales respecto a Catalunya.

Por el contrario, en el PSOE asumen que el perfil moderado de Soraya Sáenz de Santamaría les puede hacer más daño en las urnas, aunque son muchos en la dirección los que están convencidos de que saldrá derrotada del congreso de este fin de semana. Aseguran que ha hecho una campaña errónea basándola en que “es mujer, tiene capacidad de gestión y es la única capaz de ganar elecciones”. De hecho, hay quien comparar su estrategia con la de Susana Díaz, que perdió frente a Sánchez.

“Casado deja más despejado el centro”, coinciden varias fuentes socialistas consultadas por eldiario.es. De hecho, la exvicepresidenta usa un argumento que comparten muchos de los estrategas electorales del PSOE: “Se gana elecciones ocupando el centro del tablero”. Para Sáenz de Santamaría, Casado intenta situar el partido en “una esquina”. La derecha.

Esa es la lectura mayoritaria cuando se analizan las primarias del PP desde la perspectiva electoral. Sin embargo, hay voces socialistas que consideran que Sáenz de Santamaría le vendría mejor al Gobierno de Sánchez por su perfil más pactista. El que más claro lo dejó fue el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero al alabar esta semana su “capacidad de diálogo”. Siempre me ha parecido una persona dialogante“, dijo Zapatero esta semana provocando que tanto José María Aznar como el colectivo ultra Hazte Oír se aferrasen a esas palabras para defender que el elegido ha de ser Casado.

En la dirección socialista tienen, no obstante, dos argumentos en contra de esa tesis. Por un lado, consideran que en el equipo de Casado también hay perfiles con los que llegar a entendimientos: “Ahí hay gente con la que se puede pactar en los temas de Estado”, dice una dirigente próxima a Sánchez. El otro y más extendido es que ni Casado ni Sáenz de Santamaría les darían tregua ni allanarían el camino y, en el caso de la exvicepresidenta, tienen una advertencia más: “Fue portavoz cuando era oposición y nos daba por todos lados”.