PSOE y PSC avanzan hacia la reconciliación

PSOE y PSC avanzan hacia la reconciliación tras la crisis que atraviesan por la ruptura de la disciplina de voto de los diputados catalanes en la investidura de Mariano Rajoy. Aquella decisión del partido de Miquel Iceta llevó a la gestora a plantear una revisión de las relaciones a través de una comisión designada por el primer secretario catalán y Javier Fernández. En las últimas semanas se han producido gestos entre ambas organizaciones encaminadas a solucionar el enfrentamiento sin llegar a la ruptura.

El PSC tendrá por primera vez este jueves representación en la gestora del PSOE. Teresa Cunillera se incorpora a la dirección interina después de que ambas organizaciones pospusieran la participación de los catalanes hasta la resolución del conflicto por el que pretendían revisar el protocolo que les desde 1978 para acabar con la “asimetría” entre ambas organizaciones -el socialismo español se queja de que los catalanes tienen poder de influencia en su decisiones y no al revés-. Iceta anunció en el Comité Federal del pasado 14 de enero que en las siguientes fechas un miembro del PSC se incorporaría a la gestora.

Otro signo de avance es que el PSC participará en la elaboración de la ponencia política para el congreso de junio. Eduardo Madina, que la coordinará, e Iceta han estado en contacto para que el líder catalán le hiciera propuestas, tal y como avanzó El Confidencial. Meritxell Batet, que participó en el 'comité de sabios' de Pedro Sánchez, y el eurodiputado Javi López serán dos de las incorporaciones. El filósofo Manuel Cruz, que fue número dos por Barcelona y ahora es portavoz de Educación en el Congreso, también. El resto las anunciará Madina este viernes en una rueda de prensa después de que la gestora dé formalmente el visto bueno a su plan en la reunión de este jueves. Otros de los posibles fichajes catalanes son Francesc Vallés, que fue jefe del PSC en el Congreso en la anterior legislatura, y Álex Sáez.

Un registro para las primarias

Pero lo que más preocupaba en ambos partidos era la relación orgánica que mantendrían tras la revisión de las relaciones. Tras el mantenimiento del “no es no” a Rajoy pese a la orden del Comité Federal, algunos dirigentes apostaron por sacar a los catalanes de los órganos de dirección del PSOE para acabar con la “asimetría”. Eso supondría que los afiliados del PSC no podrían participar en las primarias para elegir al próximo secretario general. Sin embargo, la tensión se ha ido rebajando con el paso del tiempo y en Ferraz barajan otra opción que plantearán este viernes formalmente al equipo negociador designado por Iceta: que los militantes del PSC tengan que apuntarse en un registro para poder elegir al líder del PSOE.

En el PSC están a la espera de que Ferraz les formule formalmente la propuesta en la reunión de este viernes y la estudiarán “con interés”. “De entrada merece que la estudiemos como posible vía de solución”, explica un destacado dirigente catalán a eldiario.es. No obstante, en el PSC admiten que la aceptación “dependerá de los términos”.

A los dirigentes socialistas la propuesta les suena bien. En en PSOE desconfían del dato real de censo que ofrece el PSC para participar en sus procesos internos porque consideran que no tienen garantías de que los 17.000 militantes no estén hinchados. Además, reprochan que tengan una representación desproporcionadamente alta en comparación con federaciones socialistas. “No se pretende controlar su censo porque es un partido autónomo sino que se registren para elegir al secretario general de otro partido. Será un censo ad hoc para las primarias, como pasa con las primarias abiertas en todo el mundo”, expresan fuentes socialistas. A partir de que el PSC acepte o no la propuesta vendrá todo lo demás, como el número de delegados en el congreso -tendrán que decidir si depende de los inscritos para las primarias o del censo propio del PSC, por ejemplo-.

La política de pactos del PSC, a examen

En el PSOE sostienen que está “todo abierto” aunque son optimistas respecto a llegar a un acuerdo. “La reconciliación está hecha porque el empeño es que haya un acuerdo. La reconciliación se ha producido ahora falta encontrar fórmulas satisfactorias para ellos y para nosotros desde el punto de vista técnico”, expresa uno de los integrantes de la comisión designada por el PSOE.

“Hemos ido constatando un buen clima de trabajo”, expresa uno de los miembros de la comisión del PSC sobre las dos reuniones que han mantenido con el equipo pilotado por el andaluz Mario Jiménez. Los catalanes son optimistas respecto a la resolución del conflicto, que tendrá que ser antes del mes de marzo, cuando el PSOE debe convocar formalmente su congreso -un paso que conlleva el cierre definitivo del censo-.

Tendrán que abordar otras cuestiones, como la capacidad del PSOE de valorar las alianzas del PSC, que es otro de los asuntos que había enfriado las relaciones entre ambos partidos. Los catalanes quieren mantener su “autonomía” por ser un partido diferente, pero admiten que tendrán que encontrar un punto de encuentro para que ciertos pactos puedan ser sometidos al beneplácito del PSOE.

En Ferraz recuerdan que el Comité Federal -en el que el PSC tiene representación- tiene capacidad de decidir sobre la política de alianzas dentro del margen de autonomía que se da a las federaciones y quieren encontrar una fórmula porque algunos de los pactos del PSC a nivel local y autonómico “tienen impacto” en el PSOE“.

Los gestos del PSC

El PSC también ha hecho varios gestos para tratar de reducir el enfado de los dirigentes socialistas. Se ha reunido con los principales barones, entre ellos con Susana Díaz. La reunión con la presidenta andaluza se produjo en Sevilla a finales de noviembre.

En ese encuentro, Iceta prometió neutralidad del PSC en las primarias del PSOE. Los 17.000 militantes catalanes pueden inclinar la balanza hacia un candidato u otro y en las filas socialistas reconocen que Díaz tiene complicado vencer en ese territorio. De hecho, los críticos temían que la expulsión de los militantes del PSC de las primarias tuviera como objetivo allanar el camino a la presidenta andaluza.

La declaración de intenciones se plasmó en un documento que la dirección del PSC trasladó a los cargos del partido en el que se comprometen a no posicionarse a favor de ningún candidato. También incrementó su crítica al soberanismo.