Todas las encuestas publicadas vaticinan la derrota de la izquierda en las elecciones andaluzas del próximo 19 de junio. Los estudios apuntan a un triunfo del PP de Juan Manuel Moreno Bonilla que, para reeditar mandato al frente de la Junta, previsiblemente necesitará a Vox, la fuerza de la extrema derecha que también incrementaría notablemente su apoyo electoral. Entre otras causas, los sondeos apuntan a una desmovilización del electorado progresista en Andalucía, el que durante tres décadas fue uno de los principales feudos inexpugnables del PSOE, y donde también ha solido tener una fuerza notable el espacio a la izquierda del socialismo.
El Pleno del Congreso de los Diputados de esta semana, el único que se celebra en medio de la campaña andaluza, se ha convertido, en ese contexto, en un cruce de reproches entre los dos socios del Gobierno de coalición, PSOE y Unidas Podemos, por esa desmovilización progresista a la que apuntan las encuestas. Todo ello mientras las derechas trataron de aprovechar todas y cada una de las rencillas internas del Ejecutivo para obtener réditos electorales infundiendo el pesimismo entre los votantes de izquierdas.
La sesión de este miércoles llegaba además precedida de otra aciaga jornada para los miembros del Ejecutivo que, por segundo Pleno consecutivo, se fracturó el martes en las votaciones de dos normativas con profundo peso ideológico: la ley de Unidas Podemos para crear un impuesto a las grandes fortunas, tumbada por el 'no' de los socialistas; y la norma para abolir el proxenetismo, que fue aprobada con el apoyo de Podemos, IU y el PP, pero con el 'no' de En Comú Podem, el partido catalán de Unidas Podemos.
Ese acercamiento al partido de Alberto Núñez Feijóo que el PSOE ha realizado para sacar adelante varias normativas –la de la prostitución, pero también la Ley Audiovisual, aprobada el 26 de mayo con el voto en contra de Unidas Podemos– ante las diferencias con su socio minoritario, sirvió precisamente a este último para lanzar este miércoles su primer reproche a la parte socialista del Gobierno. Ocurrió durante la comparecencia en el Pleno del presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, para informar del último Consejo Europeo, pero también sobre el giro en la posición española sobre el Sáhara Occidental asumiendo las tesis de Marruecos, que no es compartida por la parte de Unidas Podemos.
Unidas Podemos pide “gobernar con valentía”
El portavoz del grupo confederal en el Congreso, Pablo Echenique, dedicó de hecho casi la mitad de su intervención a tratar de explicar el auge de PP y Vox en las encuestas. “Esa es una de las preguntas fundamentales de nuestro tiempo y que nos hacemos las personas que estamos temporalmente en política”, dijo. “¿Cómo frenar el ascenso de la extrema derecha?”, se preguntó. “Ahora mismo hay mucha gente preguntándoselo en Andalucía y dentro de un año habrá mucha gente preguntándoselo también en todos los municipios de nuestro país y en muchos territorios. Y a finales de 2023 todos los españoles nos haremos esta pregunta”, añadió, en alusión a las próximas citas electorales.
Echenique, a renglón seguido, lanzó varios dardos a Sánchez. “En primer lugar, señor presidente, pensamos que para frenar el avance de la reacción, hay que evitar blanquear al PP porque Vox no deja de ser una escisión del PP”, le espetó. A su juicio, “voces ultraderechistas no solamente viven en Vox sino que también viven en el PP”. “La señora Ayuso en estos días está a cuatro cervezas de ponerse a quemar libros de texto en la Puerta del Sol”, citó como ejemplo.
Al PSOE, Echenique le dijo que “no hay que blanquear al PP porque además de muchos poderes mediáticos que legitiman a la extrema derecha difundiendo sus mensajes, el principal legitimador institucional de la extrema derecha es el PP”. Con todo, el portavoz de Unidas Podemos concluyó esa parte de su argumentación con un claro mensaje a Sánchez, que además de haber alcanzado algunos acuerdos parlamentarios con el PP lleva semanas insistiendo a la nueva dirección de los populares para sentarse a negociar la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), pendiente desde hace casi cuatro años: “Tenderle la mano Feijóo es darle alas a Abascal”.
El dirigente de Unidas Podemos fue más allá y quiso dejar entrever que decisiones del PSOE como la del martes, negándose a apoyar un impuesto a los más ricos, también contribuyen a la desmovilización de la izquierda. “Hay que gobernar diferente que ellos [los partidos de la derecha], demostrar todos los días que somos distintos a ellos, que ofrecemos soluciones para ayudar a la gente y que no cedemos a la reacción”, añadió Echenique durante el Pleno. Por todo ello instó a Sánchez a “gobernar con empatía, audacia y firmeza”, además de “con valentía”, girando a la izquierda en las políticas que se pongan en marcha desde el Consejo de Ministros.
Gobernar “con 150 escaños”
La segunda parte de su intervención estuvo sin embargo dedicada a destacar las discrepancias que separan a su grupo del PSOE, como la postura sobre el Sáhara Occidental o el incremento del presupuesto militar en el contexto de las exigencias de la OTAN. Y este segundo bloque de las palabras de Echenique centrado en las diferencias entre los socios sirvió precisamente al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para lanzar sus propios reproches a Unidas Podemos, todo ello enmarcado dentro de la campaña en Andalucía.
“Si me pregunta usted a mí qué es lo que desmoviliza la izquierda, yo creo que es el que nos afanemos en algunas ocasiones más de lo debido en subrayar las diferencias y no las alianzas a favor de las conquistas sociales”, le dijo el jefe del Ejecutivo a Echenique. “Yo soy el presidente del Gobierno de España y soy el presidente del Gobierno de todos los españoles y españolas, voten lo que voten. Y, por tanto, mi deber es no contribuir a la polarización y a la crispación a la que contribuyen PP y Vox”, añadió, tratando de descalificar así los posicionamientos de Unidas Podemos sobre todo respecto a la presencia de España en la OTAN.
“Hay una izquierda que no está de acuerdo con la pertenencia de España a la OTAN, creo que se equivocan. Creo, como secretario general del PSOE, que si algo Putin ha demostrado es la exigencia de que Europa tenga capacidades de disuasión”, añadía.
La brecha entre PSOE y Unidas Podemos sobre la guerra o el Sáhara fue agitada durante toda la sesión de este miércoles, que se prolongó durante más de 10 horas. Por eso Sánchez se vio forzado a poner en valor los asuntos que unen a los dos socios de la coalición en más de una intervención. Por la mañana, recordó que “lo importante es lo que está haciendo el Gobierno con 150 escaños”. Ya entrada la tarde, durante la sesión de control al Ejecutivo, le respondió así a la portavoz y secretaria general del PP, Cuca Gamarra: “Este Gobierno está unido en lo fundamental. Y lo fundamental es proteger a las familias, a las empresas y dar una respuesta justa a la crisis de la pandemia, primero, y a la crisis derivada de la guerra, después”.
La gestión de las discrepancias
Sánchez también destacó que durante la legislatura se han aprobado 140 iniciativas legislativas o dos presupuestos generales del Estado. “Nos queda muchísimo todavía, año y medio hasta las elecciones de 2023. Por tanto, en lo que está el Gobierno es en gobernar, consolidar avances sociales y hacer las transformaciones que necesita el país”, añadió, en su respuesta a Gamarra.
El Gobierno tiene en su agenda inmediata la prórroga de las medidas para hacer frente a las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania, un asunto que también genera discrepancias entre los socios. El PSOE considera que las medidas ya adoptadas deberían prolongarse, pero reconoce también que están hablando con los grupos para “matizar algunos aspectos que mejoren el decreto”. Podemos presiona por su parte para ir más allá al considerar que el “escudo social” ya se ha quedado viejo, principalmente porque “la inflación sigue en cotas muy elevadas”.
La negociación y la gestión de las discrepancias –determinada por el protocolo de funcionamiento del Ejecutivo que suscribieron a finales de 2019– durante la misma determinarán la cohesión de la izquierda en los próximos meses, un asunto que, a tenor del debate parlamentario, preocupa y mucho tanto a PSOE como a Unidas Podemos. El objetivo es garantizarse la movilización de su electorado en próximas citas con las urnas y frenar el auge de las derechas.