Las movilizaciones de este viernes en Santiago de Chile acabaron con el incendio de un autobús, algunos enfrentamientos con las fuerzas del orden y la denuncia de ciudadanos y políticos por el presunto uso de sustancias químicas en el agua que la Policía arroja para dispersar a los manifestantes.
Estos hechos fueron la nota discordante de un viernes que de nuevo reunió a miles de personas en la céntrica Plaza Italia de la capital chilena en un ambiente festivo, cuando se cumplen 12 semanas del inicio del estallido social, que tiene su diana en la desigualdad del país y que hasta la fecha ha causado al menos 27 muertos.
Las movilizaciones, que comenzaron el 18 de octubre del año pasado, han quedado relegadas casi exclusivamente a los viernes y aunque han perdido fuerza sigue existiendo descontento en las calles y la crisis parece lejos de solucionarse, pese a las medidas sociales anunciadas por el Gobierno y al plebiscito sobre una nueva Constitución.
Este viernes los agentes policiales de Carabineros intentaron evitar que los manifestantes entraran a la Plaza Italia, pero acabaron desistiendo y a mitad de la tarde el lugar, epicentro de las protestas, estaba completamente tomado.
En paralelo y en esquinas aledañas a la plaza comenzaron a darse enfrentamientos entre manifestantes y agentes policiales, con los primeros lanzado piedras y cócteles molotov y los segundos haciendo uso habitual de los carros lanzaagua y gases lacrimógenos.
El color amarillo del agua que arrojaba la Policía, según se apreció en algunos vídeos, despertó las suspicacias sobre si se estaría mezclando con algún producto químico.
“¿Alguien en el Gobierno puede explicar porque el agua del guanaco (nombre coloquial que reciben en Chile los vehículos lanzaagua) tiene ese color? ¡Están quemando rostros y cuerpos de manifestantes en este momento! Esta brutalidad policial debe detenerse”, escribió en su cuenta de Twitter el diputado opositor Pablo Vidal Rojas.
El también diputado opositor Miguel Crispi difundió en esa misma red social algunos fotos de personas con presuntas quemaduras en la piel fruto del agua que arroja la Policía e instó a “actuar con prontitud para conocer qué contiene” ese agua.
Otro de los hechos graves que dejó esta jornada fue el incendio de un autobús urbano en las inmediaciones de la Plaza Italia, exitosamente apagado por los bomberos.
MARCHA PRECEDIDA POR EL BOICOT A LA SELECTIVIDAD
La marcha de esta jornada estuvo precedida por el boicot que al comienzo de la semana protagonizaron los estudiantes de secundaria contra la prueba de acceso a las universidades públicas y privadas, que motivó varios llamados a marchar este viernes por esta causa en el centro Santiago.
Los pasados lunes y martes algunos grupos de estudiantes ocuparon varios centros en los que se iba a dar la llamada Prueba de Selección Universitaria (PSU), impidiendo su desarrollo y provocando su suspensión de forma parcial.
Esta rebelión fue alentada por la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (Aces), que considera que esta prueba segrega a los estudiantes porque sus resultados reflejan el poder adquisitivo de sus familias, con base en el cual los más pudientes se forman en mejores escuelas de secundaria y consigue acceder a la universidad mediante la PSU.
Mientras que los más desfavorecidos llegan a esta instancia peor formados y sin garantías de éxito.
“Yo estudié en una escuela pública y desgraciadamente no todos los colegios públicos son de calidad como el que estudié yo y eso automáticamente segrega a la sociedad”, dijo a Efe Felipe, un estudiante de 25 años que se manifestó este viernes en Santiago.