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CRÓNICA

Las quinielas del nuevo Gobierno, Ayuso, el 'teatro' ultra y Palestina: el otro debate en la trastienda del Congreso

15 de noviembre de 2023 23:14 h

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La investidura está cantada. En realidad, todas las investiduras suelen estarlo cuando se celebran los debates. Tanto las fallidas, como la de Alberto Núñez Feijóo, como las exitosas. Y este jueves Pedro Sánchez saldrá del Congreso como nuevo presidente del Gobierno. La emoción, así, no hay forma de encontrarla en el hemiciclo: se quedó casi toda en Bruselas, en esos días intensos de negociación con Carles Puigdemont cuyos siete escaños en el Congreso resultaban imprescindibles para la investidura.

Y esos siete escaños ya están comprometidos, entre otras cosas, por la ley de amnistía pactada entre Junts y el PSOE que es el gran spoiler de esta sesión de investidura. Despejada esa duda, que se arrastró durante meses, este día y medio de debates, en realidad, están siendo casi un trámite para una votación que se da por descontada: 179 síes frente a 171 noes.

Pero el género humano, y en particular el político, es una noticia en potencia. Y si en el hemiciclo falta suspense, el suspense se multiplica fuera. ¿Quiénes de los que hoy se sientan en el banco azul seguirán en el Gobierno? ¿Cuándo anunciará Pedro Sánchez los ministros socialistas? ¿Cuándo se confirmarán las carteras de Sumar?

Los corrillos en el Congreso, en el patio, en los pasillos, en la cafetería este miércoles no tenían tanto que ver con las propuestas del candidato Sánchez ni la impugnación de Feijóo que, por otro lado, sonaban a discursos ya pronunciados, como sobre lo que pasará a partir de que este jueves salga Sánchez como presidente reelegido. ¿Irá el viernes Sánchez a Zarzuela? Tendría sentido, porque así sería fiel a su tradición de anunciar ministros el sábado, que jurarían y traspasarían carteras el lunes para estrenar Gabinete el martes, día del Consejo de Ministros.

Reparto de carteras

“Pero con Sánchez puede pasar cualquier cosa”, comentan los que más saben, que recuerdan cómo destituyó a José Luis Ábalos, después de haber contado con su opinión para la remodelación del Gobierno.

¿Se quedará Sumar con una vicepresidencia, Trabajo, Sanidad, Derechos Sociales, Cultura y Juventud e Infancia? “Con Sánchez nunca se sabe”, insisten los expertos, para poner en cuarentena el reparto de carteras con Sumar, que dicen que puede cambiar hasta la última conversación entre el presidente del Gobierno y Yolanda Díaz.

¿Y se quedará definitivamente el PSOE con Igualdad? ¿Y se quedará Podemos fuera del Gobierno? ¿Y sí tendrán cartera Más Madrid (¿Mónica García?), comunes (¿Ernest Urtasun?) e IU (¿Sira Rego?)? “Hay que esperar hasta el final”, insisten las fuentes conocedoras de la negociación, que evitan confirmar que haya un reparto definitivo: “Aún queda una reunión última entre Sánchez y Díaz para terminar de rematar el Gobierno, y eso sólo ocurrirá después de la votación de investidura”.

“Que Pedro Sánchez y Yolanda Díaz vayan a echar a Podemos del Gobierno creo que va a dificultar que pasen de las palabras a los hechos, que es lo que verdaderamente necesitamos para frenar a esta ofensiva reaccionaria”, decía la ministra de Igualdad, Irene Montero, en el patio del Congreso.

Todos los votos cuentan

En efecto, qué vaya a pasar con Sumar y Podemos, el concurso o no de los de Ione Belarra en el Gobierno, es otro de los elementos que han atravesado las conversaciones durante un pleno que marcará el arranque de una legislatura que se prevé complicada por la necesidad de cada uno de los votos de la investidura para sacar adelante cualquier iniciativa parlamentaria, en tanto que el Gobierno contará de entrada con 171 noes de forma permanente. Y los cinco de Podemos, afirman en el partido, son tan fundamentales como los siete de Junts y de ERC, los seis de EH Bildu, los cinco del PNV y el del BNG... Todos y cada uno de los votos serán vitales en cada sesión.

Por eso, de repente, han empezado a cundir nervios cuando ha trascendido el disgusto de Junts por el discurso de Sánchez. ¿Por qué? Porque, explican las fuentes, Sánchez ha defendido la amnistía como si fuera una medida de gracia, no tanto como una medida legislativa, que es como figura en la exposición de motivos –en tanto que es una ley que requiere el refrendo del Parlamento–. En definitiva, el partido independentista no se sentía identificado políticamente por el discurso de Sánchez –“No tiente a la suerte”, le espetó la portavoz, Miriam Nogueras–. Se llegó a especular con que hubiera un susto, una segunda votación, un gesto... Pero, por esta vez, las fuentes aseguran que la sangre no llegará al río este jueves. Eso sí, después de una conversación entre Nogueras, y el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, en mitad de la sesión de investidura. Pero la señal de alarma es clara: cada voto es imprescindible.

Conversación definitiva Sánchez-Díaz

Entre tanto, que la conversación de Díaz y Sánchez vaya a producirse a partir del jueves por la tarde no quiere decir que no esté siendo una conversación permanente fuera del hemiciclo, entre diputados, asesores y periodistas.

Unos diputados, asesores y periodistas que se han ido asomando con curiosidad a las vallas del Congreso para comprobar que, este miércoles, el 'rodea al Congreso' ultra ha sufrido un buen pinchazo, a la espera de que puedan hacer una mayor demostración de fuerza este jueves, día de la votación. “Se ha comunicado a los grupos parlamentarios que los diputados lleguen con tiempo”, comentaba un asesor, “que estén a las 8.30, por si hay problemas para entrar”. También se ha adelantado la hora de recoger a los ministros, con la idea de evitar contratiempos y que la sesión empiece en hora.

Y el PP, mirando desde la barrera cómo Vox abandona el pleno, y aseguran que así les deja todo el carril institucional cuando se marchan los diputados ultras a secundar a los suyos en las calles... Buscándolos, porque no estaban en la Carrera de San Jerónimo, ni en Neptuno, por lo que han tenido que ir a buscarlos a Ferraz. Eso sí, siempre y cuando se considere carril institucional el exabrupto de Ayuso. “Eso son chascarrillos de Twitter, lo importante es lo que se ha hablado dentro, que se está rompiendo España”, decía un dirigente popular en el patio del Congreso.

Y a la espera de qué pueden hacer los ultras fuera del Congreso de madrugada o este jueves, en la tribuna de invitados del hemiciclo, una de las mayores referentes del PP más duro, Isabel Díaz Ayuso, le regalaba un “hijo de puta” a Pedro Sánchez después de que éste recordara las generosas comisiones que se llevó el hermano de la presidenta madrileña por un contrato en pandemia otorgado por el Gobierno presidido por ella misma. Tan elocuente era el vídeo que su equipo ni se molestó en negarlo. Y la dirección del PP la disculpó.

“Matanza en Gaza”

Al tiempo que todo esto ocurría en la carrera de San Jerónimo, cientos de pacientes, incluidos decenas de bebés, permanecían atrapados en el hospital Al Shifa –el mayor de la Franja de Gaza– mientras las tropas israelíes y los milicianos de Hamás libran intensos combates en sus alrededores: las autoridades palestinas acusan al Ejército de cometer un “crimen contra la humanidad”.

En este contexto, Díaz –quien tuvo un guiño a la lucha antifranquista del PCE, con menciones a Marcelino Camacho, el MDM y Nicolás Sartorius, además de Aníbal Vázquez– ha reclamado en su intervención el embargo de armas a Israel; las ministras de Igualdad y Derechos Sociales, Irene Montero y Ione Belarra, que han pedido juzgar a Netanyahu por crímenes de guerra, vestían en el pleno pañuelos palestinos; la bancada de Sumar llevaba un pin con el símbolo de la resistencia palestina –que también lucía el ministro de Cultura, Miquel Iceta–.

Así, Sánchez ha afirmado desde la tribuna: “Rechazamos la matanza en Gaza y llamamos a la entrada inmediata de ayuda humanitaria y al alto el fuego. Hemos visto la flagrante violación de derechos humanos por parte de Putin en Ucrania, y con la misma determinación exigimos el alto el fuego en Gaza y el cumplimento del derecho humanitario que hoy no se está cumpliendo”.