El presidente del Gobierno acude al Congreso para un pleno monográfico sobre pensiones en el que espera obtener dos resultados fundamentales: acallar la crítica en la calle y avanzar en la presión sobre el resto de formaciones para conseguir los apoyos que aún no tiene para sacar adelante sus presupuestos. Fuentes de Moncloa aseguran que “el presidente no se plantea golpes de efecto durante el debate”.
Con esta afirmación, el Partido Popular y el Gobierno quieren despejar la expectativa creada sobre la posibilidad de un gran anuncio durante el debate de pensiones. En Génova enfrían esa posibilidad afirmando que “lo que va a hacer el presidente es apelar a la responsabilidad de los grupos para que vuelvan al Pacto de Toledo”.
La formación conservadora reconoce ahora que Rajoy acude al Congreso empujado por la iniciativa de Unidos Podemos, primera formación en solicitar una comparecencia que, finalmente, se ha tramitado con el formato de “a petición propia”. Para el portavoz popular, Rafael Hernando, la oposición no podrá criticar que la comparecencia se sustancie sin grandes anuncios “cuando es la oposición la primera que ha pedido este pleno”.
Así las cosas, Rajoy pretende vincular cualquier revindicación sobre pensiones al bloqueo que, ahora mismo, pesa sobre los Presupuestos Generales del Estado. “Si aprobamos los presupuestos, las pensiones volverán a subir”, ha asegurado Hernando.
La intervención preparada por Rajoy para el pleno de pensiones todavía no ha sido trasladada a la dirección de su grupo parlamentario. “Conocemos las principales ideas, pero no el contenido de su discurso”, aseguran en el Grupo Popular.
La formación conservadora se ha entregado a la búsqueda de acuerdos para la aprobación de las cuentas públicas de este 2018. Ciudadanos mantiene sus condiciones sobre la mesa, entre las que se encuentra pedir la dimisión de la senadora del PP, Pilar Barreiro, imputada en la Púnica. Los contactos entre Ciudadanos y el PP son frecuentes y principalmente por vía telefónica. En Ciudadanos creen que el PP esperará hasta el último momento para dejar caer a su senadora y cumplir con sus exigencias a cambio del apoyo a las cuentas del Gobierno.
Mientras tanto, el partido de Rajoy quiere insistir en el mensaje de que los partidos que no apoyan sus números están bloqueando, de facto, cualquier medida económica como una subida a las pensiones por jubilación. El PP, utilizará su turno en el debate para cargar contra el Partido Socialista, al que acusan de agitar la calle y culpan de vaciar la caja de las pensiones. Al PSOE le recriminarán además haber sido congelado las pensiones en los primeros años de la crisis, una medida que -dicen- “apoyó con su voto el propio Pedro Sánchez”.