Los tribunales estadounidenses decidieron reabrir el caso que enfrenta a la familia Cassirer y al museo español Thyssen-Bornemisza sobre un cuadro del pintor francés Camille Pissarro que fue expoliado por los nazis y que en la actualidad forma parte de esta pinacoteca de Madrid.
El medio especializado The Art Newspaper reflejó hoy la reacción de Thaddeus Stauber, abogado del museo, quien argumentó que la obra fue adquirida “de buena fe”; mientras que Steve Zack, uno de los letrados de los demandantes, subrayó “los muchos años de agonía” de la familia Cassirer para intentar recuperar un cuadro que consideran es de su propiedad.
Según la decisión del lunes del Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito, con sede en San Francisco, los descendientes de Lilly Cassirer tienen derecho a que se juzgue si son los dueños legales o no del lienzo “Rue Saint-Honoré por la tarde. Efecto de lluvia” (1897).
Este fallo corrige el del Tribunal Central del Distrito de California, que en 2015 había dado la razón al museo Thyssen, por lo que el caso regresará ahora a esta corte para dilucidar quién es el propietario del cuadro del artista impresionista Camille Pissarro.
En sus argumentos para aceptar la apelación, el tribunal expuso que los demandantes están todavía en el plazo legal para reclamar la obra expoliada por los nazis, así como que el museo podría ser juzgado bajo la figura del “encubridor” en el supuesto de un hurto, recogida en su interpretación del artículo 1956 del Código Civil de España.
Asimismo, consideraron que el museo Thyssen todavía no ha demostrado legalmente que no tenía conocimiento de que el lienzo fuera robado.
El cuadro es una escena callejera parisina pintada en 1897 por Pissarro, que ha estado expuesto en el museo desde 1993 y que el Estado español adquirió como parte de la colección del barón Heinrich Thyssen-Bornemisza.
La demanda original fue presentada en 2005 por el fotógrafo Claude Cassirer, residente de La Mesa (California), quien descubrió cinco años antes que el cuadro estaba expuesto en Madrid.
Cassirer, que falleció en septiembre de 2010 a los 89 años, recurrió a los tribunales californianos para exigir a la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza y al Reino de España que le entregaran el Pissarro.
Tras su muerte, sus herederos mantuvieron el caso abierto al considerar que la obra perteneció a Lilly Cassirer Neubauer, abuela de Claude Cassirer, una mujer judía que logró huir de la Alemania nazi y se vio forzada a deshacerse del cuadro por 360 dólares, en marcos alemanes, en su intento por conseguir el visado para salir del país.
Tras la guerra, Lilly Cassirer reclamó judicialmente la obra y el Gobierno federal alemán la reconoció como su propietaria legal y le entregó 120.000 marcos como compensación.
El cuadro fue localizado en Estados Unidos en 1951, cuando fue comprado por el coleccionista de arte Sydney Brody.
Posteriormente, fue adquirido por el barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza en 1976.
Pese a que en 2015 el juez John F. Walter determinó que las leyes españolas se “aplicaban en este caso” y que no exigían la devolución de la obra, la resolución de la corte de apelaciones devolverá este caso a los tribunales.