Los investigadores del caso Villarejo siguen tirando del hilo del dinero para determinar las responsabilidades penales del espionaje al extesorero del PP Luis Bárcenas con fondos reservados. El juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón ha citado para el próximo martes a Miguel Ángel Bayo Herranz, el facultativo de la Dirección General de la Policía que manejaba las partidas procedentes del Ministerio del Interior a las órdenes directas de Eugenio Pino, artífice de la brigada política durante la primera legislatura de Mariano Rajoy.
Bayo Herranz era el “hombre del maletín”, la persona encargada de recoger personalmente las partidas libradas desde la Secretaría de Estado de Seguridad para las operaciones secretas, y en teoría legales, de la Policía. Sin embargo, la investigación de la denominada Operación Kitchen ha permitido acreditar pagos con fondos reservados al topo que la Policía tenía en casa de los Bárcenas, el chófer de la familia Sergio Ríos Esgueva, hoy policía nacional.
Junto a Bayo Herranz declararán el próximo día 10 los comisarios José Manuel Benavides y Felipe Lacasa, ambos secretarios generales de la Dirección Adjunta Operativa de la Policía sucesivamente y en tiempos de actividad de la policía política, han informado a eldiario.es fuentes del caso. Los tres están citados como testigos en la pieza secreta del caso Villarejo que investiga la denominada Operación Kitchen, por el apodo que sus responsables pusieron al topo, El Cocinero.
Ya lo hicieron el pasado 26 de febrero en la misma condición de testigos, pero la Fiscalía Anticorrupción y el juez consideran que deben aportar mucha más información de la que ofrecieron aquel día sobre el manejo de los fondos reservados. Su testimonio entonces presentó importantes contradicciones, según las mismas fuentes.
Bayo se jubiló de la Policía el pasado mes de abril. Nunca antes había trascendido el puesto clave que ocupó durante tres décadas en la Dirección General. S u conocimiento de la legislación que afecta al funcionamiento del Cuerpo lo convirtió, con diferentes gobiernos, en una figura muy valorada por las cúpulas policiales. Con la llegada del Partido Popular al poder en 2011, sus atribuciones crecieron hasta convertirse en el 'hombre del maletín'.
eldiario.es informó el pasado marzo de un escrito firmado por el comisario Eugenio Pino en el que el exdirector adjunto operativo revela el papel de Bayo, facultativo y por tanto miembro del Cuerpo pero sin rango de agente de la autoridad. “ Es el encargado de la gestión y control de todo lo relativo a los FONDOS o GASTOS RESERVADOS del Cuerpo Nacional de Policía, a nivel nacional, teniendo la información que maneja en este ámbito carácter SECRETO, de acuerdo a la normativa de secretos oficiales”, explicaba Pino a los jueces que tenían que decidir sobre el recurso presentado contra la concesión al facultativo de una medalla pensionada, decisión tomada por el propio director adjunto operativo en ese momento.
En la pieza número siete del caso Villarejo están imputados todos los responsables de la policía política que operó entre 2012 y 2016 contra el proceso soberanista, Podemos y en favor del Partido Popular, esto último según señalan indiciaramente la Fiscalía y el juez por el espionaje al que fue sometido el extesorero de la formación tras revelar la financiación irregular del PP en la Audiencia Nacional.
La evidencia que motivó la apertura de la pieza separada del caso Villarejo fue la aparición entre la documentación del comisario de punta de recibís firmados por Sergio Ríos Esgueva, el chófer de la familia Bárcenas que cobró durante dos años 2.000 euros mensuales de los fondos reservados. Era el pago por informar de todos los movimientos del tesorero y por robarle documentación que entregaba a la policía política. Cuando acabó su misión fue recompensado con un ingreso tardío en la Policía (42 años) y un cambio rápido a un destino muy codiciado en el cuerpo.
En el documento aportado al recurso contra la medalla de Bayo, el comisario Pino defendió su idoneidad y alegó que el facultativo se encargaba de la “dirección y coordinación de todos los servicios operativos de la Policía, y principalmente de lucha contra el terrorismo, delincuencia organizada e inmigración ilegal”. Varios integrantes de cúpulas policiales anteriores, que coincidieron con Bayo cuando éste ya estaba en la DAO, aseguran que en sus épocas, el facultativo nunca realizó labor de coordinación alguna, ni tuvo contacto con cuestiones operativas.
Tan delicados y peligrosos son los asuntos que un simple facultativo llevaba a cabo que Pino le entregó dos pistolas. “Las anteriores labores que viene desarrollando el señor Bayo Herranz, así como otras tareas que no se pueden señalar por su carácter confidencial y reservado, hacen que el mismo esté sometido a un nivel de riesgo considerable, estando dotado de dos armas reglamentarias por la Dirección General de la Policía”, explicaba el director adjunto operativo en su escrito.