Nuevo choque entre los socios de Gobierno por la posición de España sobre la guerra de Ucrania. La ministra de Derechos Sociales y secretaria general de Podemos, Ione Belarra, ha rechazado este miércoles el envío de tanques Leopard II al país europeo porque entiende que podría suponer una escalada del conflicto y conllevar una “respuesta imprevisible” por parte de Rusia. “La paz nacerá negociando y desescalando. Es la condición de posibilidad para cerrar la brecha de desigualdad y garantizar los derechos sociales en Europa”, ha dicho Belarra en un acto del Ministerio en el que ha pedido al Gobierno que España lidere la “vía diplomática” en el seno de la Unión Europea.
España estaba esperando a conocer la decisión de Alemania sobre el envío de estos carros de combate a territorio ucraniano, después de la presión del Gobierno de Volodímir Zelenski y de otros países europeos. El canciller alemán, Olaf Scholz, ha confirmado finalmente este miércoles en el gabinete de ministros que Berlín entregará a Ucrania 14 carros de combate Leopard 2, de fabricación alemana, y que permitirá además a otros países el envío de ese tipo de vehículo, uno de los modelos más utilizados a nivel europeo.
Este miércoles, después de que trascendiese la posición alemana, la ministra de Defensa, Margarita Robles, ha confirmado que España está dispuesta a participar en el envío de tanques Leopard a la guerra, así como a participar en el adiestramiento de las tropas ucranianas para su uso, siempre en “coordinación con los aliados”, si bien ha precisado que esas unidades necesitarían una puesta a punto
Podemos, que desde el inicio del conflicto se ha opuesto al envío de armas o a cualquier movimiento que suponga una “escalada” del conflicto, considera, en base a la visión de algunos expertos, que un movimiento así podría implicar un punto de no retorno en el conflicto porque la respuesta de Rusia podría ser imprevisible. “Es el momento de liderar la vía diplomática en Europa. Los expertos están alertando de que el envío de tanques Leopard solo contribuiría a la escalada bélica y podría tener una respuesta imprevisible por parte de Rusia”, ha dicho Belarra en un acto de su ministerio en el que ha reiterado que la posición del Gobierno debería encaminarse hacia la negociación.
Poco después de estas palabras, el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, ha colgado un vídeo en sus redes sociales en el que ha recordado unas declaraciones de la ministra de Defensa de hace “unos meses” en las que descartó la posibilidad de enviar los vehículos de este tipo con los que cuenta España ya que se encuentran, dijo, en un estado “lamentable”.
Echenique ya dijo este martes en el Congreso que era necesario apostar por “la vía del diálogo y no pedir más tanques”, y el sábado, en un acto de Podemos en Zaragoza, había avisado de que su partido está en contra del “furor bélico otanista” y de “calentar” la guerra con “más y más armas”. También ayer, el portavoz adjunto del grupo confederal y secretario general del Partido Comunista de España (PCE), Enrique Santiago, advirtió desde la tribuna de las “posibles consecuencias de elevar el grado de implicación militar” y avisó de una situación de “empate catastrófico con escalada militar de consecuencias imprevisibles y con implicación de potencias nucleares”.
Izquierda Unida también se ha sumado al rechazo de esta medida. “No podemos compartir que la solución a la guerra pase por el permanente incremento del envío de armas. Lograr un alto el fuego y apostar por la diplomacia para conseguir el fin de la guerra debe ser la prioridad, a nivel nacional e internacional”, ha aseverado la portavoz federal de la coalición, Sira Rego. La eurodiputada ha afirmado que la UE debe desvincularse de las posiciones de Estados Unidos en la toma de decisiones sobre la guerra: “Europa debe tener una agenda y una política de defensa propias, no sometida a presiones de ningún tipo y fuera de la influencia de Estados Unidos. Los intereses europeos no se defienden con una escalada armamentística en nuestro continente, sino mediante una agenda de paz”.
El grupo confederal ya mostró discrepancias en este punto con el presidente del Gobierno al inicio del conflicto. En un pleno a principios de marzo en el que Sánchez anunció la decisión de enviar armamento letal a Ucrania, ninguno de los diputados del espacio aplaudió y en declaraciones en los pasillos, Belarra, que siempre ha apostado por la mediación, cargó contra la decisión. “Esta no es la medida más eficaz para que el conflicto acabe cuanto antes”, dijo. La ministra alertó entonces de que una política de este tipo podría incluso llevar a “un escenario incierto de guerra mundial”.
“Es evidente que todos queremos pararles los pies a [Vladimir] Putin y que la guerra termine cuanto antes, es un consenso absoluto. La clave es hacerlo de la manera más eficaz y, desde nuestro punto de vista, contribuir a la escalada bélica no va a resolver antes el conflicto y puede llevarnos a un escenario completamente incierto y muy peligroso de conflicto mundial”, recalcó.
La guerra volvió a ser un foco de tensión entre las partes de la coalición unos meses más tardes, en el contexto de la cumbre de la OTAN en Madrid, tras la que Sánchez anunció la intención del Ejecutivo de aumentar el gasto militar, en consonancia con las peticiones de al alianza atlántica a sus países miembros. El choque se mantuvo vivo hasta octubre, cuando se tuvo que concretar ese aspecto en el Congreso de los Diputados. “No puede haber un incremento en gasto de Defensa. En este momento lo que necesita este país es aumentar el gasto social, no más tanques y no más aviones. Todo el incremento del gasto en los Presupuestos debe ser en partidas sociales y no un solo céntimo en Defensa”, dijo en aquel momento, antes de la votación, el portavoz de la formación, Pablo Fernández.
Finalmente, la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, medió para que cualquier aumento en políticas de defensa no supusiese ninguna merma en las cantidades destinadas para gasto social. “Para dar un mensaje de tranquilidad a mi país sé que desde el cuidado que profeso a una coalición que quiero el presidente [Pedro Sánchez] y yo misma vamos a buscar todas las fórmulas imaginativas para alcanzar un acuerdo no solo acerca del presupuesto de Defensa sino en lo que a mí me interesa más: que las gentes de mi país no sufran”, había dicho en julio, apenas unos días después de solicitar una reunión de seguimiento de la coalición por este tema que estuvo al borde de generar una crisis de magnitud en el seno del Gobierno.
Unidas Podemos también se enfrentó a su socio de Gobierno cuando se votó en el Congreso la adhesión de Finlandia y Suecia a la OTAN. En aquel momento, la división caló incluso dentro del espacio: Podemos y los comuns se abstuvieron e Izquierda Unida votó en contra.