El rectorado de la Universidad Complutense de Madrid ha denunciado que efectivos de la Policía Nacional han entrado esta mañana, a las 8.30, en el Campus de Somosaguas de esta universidad “sin conocimiento de las autoridades académicas”, en el primer día de las protestas en contra de la LOMCE.
La Jefatura Superior de Policía, por su parte, ha informado de que las unidades de intervención han entrado “dos metros” en el campus al tratar de retirar una de las barricadas con las que los estudiantes han cortado esta mañana cinco de los accesos a la zona. A continuación, se han retirado cuando han sido advertidos por un responsable de la Universidad de que habían entrado en el campus, según las mismas fuentes que han indicado que no ha habido detenidos durante esta intervención.
El Rectorado de la universidad ha señalado en un comunicado que considera “legítimos los motivos de la protesta” e invita a quienes participan en la misma a que “se haga en el marco habitual de la convivencia en el Campus”.
Los alumnos de los centros públicos de enseñanzas medias y universitarias están convocados por el Sindicato de Estudiantes a tres jornadas de huelga consecutivas desde hoy contra los “recortes” y el proyecto de Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa, en tramitación parlamentaria. Según el Sindicato de Estudiantes, entre un 80 y un 90% de los estudiantes llamados a la huelga no han acudido a clase.
Este paro coincidirá el jueves con la huelga convocada por profesores, alumnos y padres en todos los niveles de la educación pública y concertada. Para la secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, “las razones de la huelga no están para nada relacionadas con la reforma educativa”. Gomendio ha criticado la convocatoria apelando a la condición de funcionarios de los profesores: “El colectivo de docentes tiene un puesto de trabajo asegurado, pero los padres se están enfrentando a una tasa de desempleo muy elevada y a una serie de dificultades económicas importantes. Por tanto evitar que los alumnos acudan a las aulas y no permitir que sigan mejorando su formación no beneficia a nadie, ni a padres ni a alumnos ni a la sociedad en su conjunto”.