Sombreros, facsímiles, libros, una espada, una reproducción de un Goya y equipaciones deportivas. Son algunos de los 307 regalos institucionales que han recibido a lo largo de 2021 Felipe VI, la reina Letizia y sus hijas y la reina emérita, según la lista que ha publicado este viernes la propia Casa Real, y en el que no hay ni rastro de los obsequios recibidos por Juan Carlos I, como el viaje en jet privado que realizó para venir a España y que fue cortesía del emir del que es huésped en Abu Dabi, por estar apartado de la actividad institucional de la familia desde 2019, pese a que estas dádivas excederían “los usos sociales o de cortesía” a los que obliga la normativa.
De estos más de 300 obsequios institucionales, entre los que no se incluyen los que la familia recibe con carácter personal, 170 se los ha llevado Felipe VI. La reina ha recibido 73. Durante el pasado ejercicio, el rey ha recibido obsequios de personalidades como el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, durante su visita a aquel país, o del de Colombia, Iván Duque, cuando visitó España. Ambos le regalaron un sombrero. Durante su visita de Estado, el presidente de la República de Corea, Moon Jae-In, trajo un juego de té para el rey y unos jarrones de cristal reciclado para la reina, además de un cuadro con pintura regia para la pareja.
El año 2021 ha sido el segundo menos prolífico en regalos institucionales para la Casa Real desde que hay registros. En el caso de Felipe VI, no obstante, el último ejercicio ha recibido más regalos que en 2015, 2016 y 2020. Cuando menos obsequios recibieron fue en 2020, cuando la pandemia paralizó la actividad de todo el país y obligó al confinamiento durante semanas. También se redujeron los actos institucionales y los viajes internacionales por las restricciones a las que obligó la pandemia. Ese año, la Casa Real recibió 246 regalos.
Ocurre lo mismo si se desgrana por meses. En 2020, se aprecia claramente un bajó en el mes de marzo, cuando se decretó el confinamiento a causa de la crisis sanitaria y se ve un aumento de cara a los meses de verano, cuando se relajaron las restricciones. En aquel momento, los reyes iniciaron una gira para dejarse ver por todo el país. Salvo el de ese verano, el mes de agosto es el mes con menos actividad y, por tanto, con menos actos en los que se dan detalles institucionales, como puede comprobarse en los gráficos referentes al resto de ejercicios.
En 2021, los miembros de la Casa Real tuvieron 411 actividades dentro y fuera de España, 240 audiencias, recibieron a 1.258 personas y realizaron 13 viajes al extranjero. Estuvieron en Francia, Portugal, Senegal, Colombia, Ecuador, Perú, Paraguay, Liechtenstein, Andorra y en Suecia, una visita que tuvo gran relevancia dentro de la agenda de la Casa Real, por ser la primera de esta tipo a aquel país. Allí fueron agasajados por las autoridades suecas. Fotografías, libros, jarrones y portavelas por parte de los reyes; candelabros de cristal y un álbum de fotografía del parlamento; o las llaves de la ciudad de Estocolmo.
Los miembros de la familia han recibido gran cantidad de libros. Por ejemplo, la Real Academia Española obsequió a Felipe VI con un ejemplar del 'Romancero Gitano' y otro de 'El médico de su honra y el alcalde de Zalamea', durante una reunión del patronato de la fundación en noviembre. Otros obsequios han tenido un carácter más informal: una camiseta de la selección portuguesa, regalo de el presidente de Portugal, Rebelo de Sousa con motivo de la presentación de la candidatura ibérica para la Copa Mundial de la Fifa 2030; una del Atlético de Madrid, en el mismo evento; o la equipación de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, a cargo del Comité Olímpico Español.
Precisamente, Rebelo de Sousa es quien más regalos institucionales ha hecho a los miembros de la Casa Real desde que se publican, en 2015, ha dado 25 obsequios. Por debajo, una lista de instituciones españoles: la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, el Cervantes, Correos, la Real Federación Española de Fútbol, la Real Casa de la Moneda, la Fundación Princesa de Asturias, el Comité Olímpico Español y la Real Academia Española.
Aunque los libros son de los regalos más repetidos, la reina Letizia también ha recibido broches, pulseras, vestidos y manteles. Una buena parte de los 73 obsequios institucionales que recibió en 2021, se los dieron durante su viaje a Paraguay, en noviembre. Artesanía, ropa, sombreros, camisetas, cerámica, bolsos y carteras, colgantes, abrigos y alpargatas, hasta completar 21 casillas de la lista de la Casa Real.
En enero de 2015, tras la abdicación de Juan Carlos de Borbón y seis meses después de la coronación de Felipe VI, la Casa Real publicó una normativa con la que quería regular los regalos a favor de los miembros de la Familia Real. A imagen de la ley de Transparencia, que había entrado en vigor en diciembre, esta institución se autoimpuso un conjunto de normas sobre los obsequios que reciben los reyes y sus hijas. La principal novedad era que deberían hacer públicos, cada año, todos los regalos recibidos. Pero no todos: solo aquellos que les entregasen con carácter institucional. Esto es, los ofrecidos por autoridades anfitrionas y organizadores de actos, por administraciones públicas o entidades e instituciones nacionales e internacionales o por autoridades de un Estado extranjero.
Estos regalos no pueden exceder “los usos sociales o de cortesía”. Es la misma coletilla que se aplica en la ley que regula las dádivas a los miembros del Gobierno y restos de cargos públicos, pero en ningún caso se establece qué obsequios o qué valoración económica de estos se considera superior a la permitida. Por lo tanto, decidir qué es excesivo o no queda al arbitrio de quien recibe el regalo. Además, “en el caso de obsequios de una mayor relevancia institucional se procederá a su incorporación al patrimonio de la Administración Pública correspondiente”, recoge la normativa.
Quedan fuera del radar otro tipo de regalos, los que los miembros de la Familia Real reciben con carácter personal. Sobre estos, no están obligados a rendir cuentas, aunque solo “se podrán aceptar cuando no superen los usos sociales o de cortesía”. Si exceden dichos usos, deberán seguir “el mismo tratamiento que los regalos de carácter institucional, o bien ser cedidos a una entidad sin ánimo de lucro”.