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Rubiales dice al juez que está “totalmente seguro” de que Jenni Hermoso le dio su consentimiento

Vista de la pantalla en la sala de prensa de la Audiencia Nacional donde se ve la declaración de Luis Rubiales.

Elena Herrera

11 de febrero de 2025 12:28 h

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El expresidente de la Real Federación Española de Futbol (RFEF) Luis Rubiales ha mantenido este martes en el juicio en el que se enfrenta a una pena dos años y medio de cárcel acusado de delitos de agresión sexual y coacciones que está “totalmente seguro” de que Jenni Hermoso le dio su consentimiento antes de besarla en la ceremonia de la entrega de medallas del Mundial, en agosto de 2023. “Ella me apretó muy fuerte de las axilas, me levantó. Y, al caer, le pregunté: '¿puedo darte un besito?'. Y me dijo: 'vale'. Eso fue lo que ocurrió”, ha afirmado a preguntas de la fiscal, Marta Durántez.

La fiscal le ha recordado en ese punto que eso no es lo que se ve en las imágenes grabadas. “Eso es lo que usted cree, pero no es lo que ocurrió”, ha respondido entonces el acusado. Durante una hora —y respondiendo a todas las partes—, Rubiales ha tratado de minimizar las consecuencias de su conducta, que ha definido en diferentes momentos de su declaración como algo “espontáneo” y como un “signo de cariño” sin “ninguna importancia” ni para él, ni para la jugadora. A preguntas de su abogada, Olga Tubau, también ha negado que hubiera ningún tipo de intención sexual detrás de ese acto. “¡Jamás!”, ha enfatizado.

La declaración de Rubiales se contrapone a la de la jugadora, que fue contundente al afirmar que el beso fue inesperado y que, en ningún momento, él le pidió permiso. “No busqué ese acto y mucho menos lo esperé”, dijo la futbolista, que relató también los diferentes episodios que vivió con Rubiales y con personas de su entorno que le reclamaron que saliera públicamente a restar importancia a ese acto. El expresidente de la Federación también ha negado que él presionara a la jugadora o diera órdenes para ello.

En un interrogatorio que ha tenido algunos momentos tensos, la representante del Ministerio Público también ha tratado de subrayar una contradicción entre lo afirmado por Rubiales en fase de instrucción —cuando habló de “piquito”— y lo dicho este martes en el juicio. “¿Le dijo un 'besito' o un 'piquito'?”, ha preguntado Durántez. “En ese momento [cuando compareció ante el instructor del caso] no lo recordaba, pero fue besito’. Son palabras sinónimas. La incidencia es la misma”, ha respondido Rubiales. Además, ha reiterado que no percibió ningún tipo de “rechazo” por parte de la futbolista después del beso. Sí ha admitido que su comportamiento “no fue adecuado” y que debió tener un “papel más institucional” aunque la jugadora hubiera mostrado su consentimiento.

Rubiales también ha tratado de rebatir las tesis de las acusaciones, que apuntan a que desde instantes después del beso, Rubiales trató que ella saliera públicamente a justificarlo. El acusado ha reconocido que tuvieron una primera conversación en uno de los pasillos contiguos al vestuario minutos después de la final y mientras la selección celebraba el triunfo, pero que fue para abordar el viaje a Ibiza organizado por la Federación del que algunas jugadoras iban a disfrutar días después. Hermoso, sin embargo, dijo que en ese momento Rubiales ya le dijo que se estaba montando “mucho revuelo” y que podían “pararlo”.

Según la declaración de la jugadora, las maniobras habrían seguido en el viaje de vuelta a España, algo que Rubiales también ha negado. Así, ha mantenido que él no redactó el comunicado exculpatorio que incluía supuestas frases de la jugadora. Y que en el avión habló con ella en una única ocasión para pedirle que hicieran un vídeo juntos. “Me dijo que no quería, que quería celebrar el Mundial. Y, viendo que no quería, lo hice solo”, ha explicado. En ese vídeo intentaba de manera velada corresponsabilizar a la jugadora del beso al decir que no había habido “mala fe por ninguna de las dos partes”. 

Además, ha asegurado que “en ningún caso” dio órdenes al entonces seleccionador, Jorge Vilda, de que acudiera a hablar con el hermano de la jugadora para tratar de convencerla y que saliera públicamente a restar importancia al beso. Tanto Rafael Hermoso, hermano de la futbolista, como un amigo de la familia señalaron a Vilda como autor de unas presiones que atribuyeron al mandato de Rubiales. El familiar aseguró que el entrenador le dijo que si la jugadora colaboraba con el entonces presidente tendría abiertas las puertas de la RFEF, pero que si no lo hacía tuviera en cuenta “las consecuencias profesionales y personales”.

El último escenario de las supuestas coacciones es Ibiza, donde una decena de jugadoras —Hermoso entre ellas— disfrutaron de unos días de vacaciones financiados por el Consell de Ibiza y empresarios de la isla. Las acusaciones sostienen que hasta allí se trasladaron los otros dos procesados siguiendo las órdenes de Rubiales: Rubén Rivera, exresponsable de Marketing que era el representante de la Federación en ese viaje y quien atendía las necesidades de las jugadoras; y el exdirector deportivo de la selección masculina Albert Luque. El expresidente ha negado que les ordenara ir a Ibiza para mediar con la jugadora.

Un perito sin cualificación

El expresidente federativo ha apoyado su defensa en un informe pericial aportado por su letrada que vendría a corroborar que Rubiales sí pidió permiso a la jugadora antes de darle el beso. Ante el juez, el perito experto en lectura de labios David Morillo ha asegurado que sin ningún tipo de duda Rubiales se dirigió a la jugadora antes de darle un beso y le preguntó “¿te puedo dar un besito?”. 

No obstante, Morillo ha mantenido que no pudo examinar la hipotética respuesta que le hubiera dado la jugadora porque “no se ve” en la grabación. “¿Se preocupó en buscar otros vídeos en los que se viera?”, le ha preguntado entonces la fiscal. “No”, ha respondido el perito, que ha reconocido que únicamente analizó ese vídeo, publicado en la red social TikTok, en el que no se podía apreciar si la futbolista llegó a hablar. La ley de libertad sexual establece que el consentimiento debe ser expreso. 

Además, la fiscal ha tratado de poner en duda la profesionalidad del perito, que ha reconocido que sólo ha intervenido “dos veces” en pericias judiciales y que su única cualificación es que es una persona sordomuda de nacimiento que pertenece a una asociación. A continuación ha comparecido otro perito experto en análisis forense de imágenes que ha certificado que ese vídeo de Tik Tok, realizado a través de un montaje de varios pasajes, no había sido manipulado. 

Las declaraciones de ambos peritos han dado paso a la fase de prueba documental, en la que se han expuesto vídeos del momento del beso y de la celebración posterior. También se ha escuchado un audio que Hermoso mandó a sus agentes desde Ibiza, donde parte de las jugadoras fueron a celebrar la victoria, y en el que relataba a sus agentes las presiones que estaba sufriendo. “Podéis avisar a la Federación de que dejen a mi familia y a mi gente. O paran o al final ya verás”, dijo la jugadora en ese mensaje de voz.

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