La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha defendido que los datos del informe Pisa conocidos este martes demuestran la necesidad de abrir paso a un “nuevo modelo”, recogido en la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE).
En rueda de prensa en Lisboa, donde se ha reunido con el primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, la vicepresidenta ha sostenido que el nuevo modelo busca sobre todo “fortalecer las materias comunes”, evaluadas por el Informe Pisa y que señala que España continúa por debajo de la media de la OCDE en matemáticas, lectura o ciencia.
“Lo que perseguimos desde la escuela pública y desde cualquier sistema es garantizar que todos los españoles puedan tener un nivel educativo que les permita disfrutar de las mismas oportunidades”, ha argumento Sáenz de Santamaría, para quien el informe Pisa arroja datos que un país como España “no se puede permitir”.
Los expertos recuerdan que el uso de este argumento no tiene en cuenta una variable: que con la misma ley educativa hay comunidades que obtienen resultados en PISA que se sitúan por encima de la media de la OCDE y otras que se encuentran muy por debajo. Por esa regla de tres, podría decirse que la LOE funciona perfectamente. “La diferencia no puede ser la ley porque es constante, la misma en toda España”, sostiene Elena Martín, catedrática de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad Autónoma de Madrid. “No se puede atribuir a una variable que no varía un resultado”. Incluso dentro de una misma región los resultados entre una población o barrio y otra u otro pueden ser notablemente diferentes.