“España tenía que haber pedido perdón mucho antes por esta infamia”. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha pronunciado este domingo estas palabras en la localidad francesa de Argelès-sur-Mer, cerca de donde estaba situado el antiguo campo de refugiados en el que, al finalizar la Guerra Civil española, decenas de miles de republicanos que cruzaron la frontera fueron confinados. Hasta allí y hasta las localidades de Montauban y Colliure se ha desplazado el jefe del Ejecutivo convirtiéndose así en el primer presidente español en homenajear al exilio español en Francia.
A primera hora Sánchez ha visitado Montauban, donde se ha acercado hasta las tumbas del expresidente de la Segunda República española Manuel Azaña y el poeta Antonio Machado –que falleció en esa localidad en 1940–, que tuvieron que huir del país durante la Guerra Civil.
Sánchez ha hecho una ofrenda floral (una corona con los colores de la bandera española y la leyenda 'El Gobierno de España rinde homenaje a Manuel Azaña'), se ha guardado un minuto de silencio y después se ha descubierto una placa conmemorativa ('El Gobierno de España, con motivo del 80 aniversario del exilio republicano español, rinde homenaje a D. Manuel Azaña, presidente de la II República, fallecido en el exilio') en homenaje al último presidente de la II República, hasta 1939.
También en Montauban, el presidente había visitado poco antes el Liceo Público Manuel Azaña, el centro educativo que lleva su nombre. En el acto han estado María José Navarro Azaña –sobrina del antiguo presidente–, Santiago de Rivas Salas –sobrino– y Jean Pierre Amalric, responsable de la Asociación Manuel Azaña, entidad que cuida la tumba.
En Argelès-sur-Mer, hasta donde se ha desplazado después, Sánchez ha pronunciado unas palabras de homenaje pese a que unos 250 independentistas catalanes se han concentrado coincidiendo su visita y han tratado de boicotearla.
El grupo ha recibido al jefe del Ejecutivo español minutos después de las 14 horas tras un cordón policial a unos 100 metros del punto adonde el coche del presidente ha llegado, y han pitado a su paso. A Sánchez, que homenajeaba precisamente a españoles exiliados por la irrupción del franquismo, estos manifestantes le han llamado “fascista” y, entre otros cánticos, han coreado: “Ni Francia ni España: Països Catalans”.
“Hoy estoy aquí para recordarles a todos en nombre de España”, ha dicho Sánchez en el discurso de su visita, con la que ha querido rendir homenaje a la democracia española “derrotada por la tiranía” y a “todos aquellos que dieron lo mejor de sí mismos luchando para que eso no ocurriera”.
Sánchez ha recordado la defensa de la libertad y de la democracia española, y los valores de tolerancia y rechazo a los modelos totalitarios, que encarnan estas dos figuras: “Dos personas dialogantes, cultas, creativas, pacíficas y sensatas, que cualquier país decente habría querido tener entre sus ciudadanos”, ha subrayado.
“España tendría que haberles pedido perdón mucho antes. Lo hace hoy, a deshora, pero lo hace con el orgullo de recuperarles para siempre”, ha dicho, asegurando que sus escritos hoy son leídos por muchos españoles, “porque sus palabras nunca fueron de confrontación, sino de encuentro”. Este hecho, ha señalado el presidente, “es la prueba de que España nunca ha renunciado a su libertad”, la España “unida, diversa, democrática, tolerante y en continuo progreso con la que soñó Azaña”.
Sánchez también ha recordado las consecuencias de la Guerra Civil española y de la II Guerra Mundial para advertir de que hoy en Europa “no cabe pensar que el antisemitismo, la homofobia, la xenofobia y el nacionalismo excluyente son pequeños vientos sin importancia que se apagarán solos”.
A los actos de homenaje han asistido también la ministra de Justicia, Dolores Delgado, la portavoz del Ejecutivo y ministra de Educación, Isabel Celáa, representantes y familia de exiliados y asociaciones así como la escritora Almudena Grandes. En Argelès-sur-Mer también han estado presentes supervivientes de la guerra y del campo de concentración que se construyó en la localidad.
En la visita a las dos tumbas se han colocado placas conmemorativas, al igual que en el cementerio español y en el lugar donde existió un campo de concentración, del que ya no queda vestigio alguno. Sánchez ha visitado también una exposición fotográfia que se ha instalado en la zona y ha descubierto una placa conmemorativa también en esa playa.