De las 19 reuniones con presidentes autonómicos que celebrará Pedro Sánchez en la Moncloa durante las próximas semanas (17 de comunidades más los dos de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla), 13 de ellas serán con barones del PP. La ronda la empezará este viernes el presidente del Gobierno con el lehendakari Imanol Pradales, el gallego Alfonso Rueda y con el andaluz Juan Manuel Moreno. Y el orden del día no invita precisamente al optimismo amplios consensos.
Con la reforma del sistema de financiación autonómica que el Ejecutivo quiere impulsar tras el pacto fiscal comprometido con Catalunya y la gestión migratoria sobre la mesa, el objetivo del Gobierno es conseguir establecer una línea de trabajo bilateral con cada autonomía. Aunque para eso necesita romper la unidad de acción en el seno del PP y que los líderes de los Ejecutivos regionales consigan desmarcarse de las directrices de oposición de la calle Génova.
Alberto Núñez Feijóo puede presumir de unidad de acción de los suyos cuando se trata de oponerse a una financiación singular catalana que no incluya al resto de comunidades autónomas. En el PP tienen claro que un “concierto” o un “cupo” catalán, al estilo de los sistemas propios de País Vasco o Navarra, es inaceptable.
Pero solo porque no se revisaría la financiación del resto de autonomías, según esta tesis que esgrime el PP. Porque los barones del PP, todos ellos, han asegurado que sus regiones también tienen “singularidades” y que todas necesitan más fondos del Gobierno central. Todas dicen estar infrafinanciadas, y Feijóo ha logrado aglutinarlos contra Catalunya.
Una unidad endeble porque el PP no ha presentado su propio modelo de financiación autonómica alternativo. Todo el partido, desde la dirección estatal a las territoriales, asumen que el sistema actual está agotado y que hay que reformarlo. Pero cada comunidad tiene su propia receta y ahí Feijóo no tiene capacidad de ordenar el debate interno.
Un ejemplo es el de la condonación de la deuda autonómica con el Gobierno central a través del FLA. Una promesa del PSOE a ERC para la investidura de Pedro Sánchez que la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, aseguró que iba a extender a todas las comunidades. Y algunas quieren entrar en la negociación.
Es el caso de la Comunitat Valenciana. Su presidente, Carlos Mazón, ha expresado en el pasado su disposición a recibir el mismo trato que Catalunya. O el andaluz Juan Manuel Moreno, cuya comunidad sería la más beneficiada, según los cálculos de Hacienda.
La presión de Feijóo ha logrado que ambos renuncien en público a esa quita de deuda, pero a cambio han reclamado un “fondo de compensación” o una “inyección directa” de financiación. Una suerte de 'bypass' que permitiría a las regiones llegar al mismo punto por otro camino y sin tener que asumir en público un significante que podría blanquear los acuerdos de Pedro Sánchez y ERC.
Así lo acordaron los barones del PP con Feijóo en una reunión en Madrid el pasado 6 de septiembre, en la que pidieron una inyección directa de 18.000 millones de euros provenientes de los fondos europeos Next Generation. Una opción compleja sin contravenir las normas de la UE, que exigen que las entregas sean finalistas, a proyectos concretos con fines específicos. El documento también reclamaba un “fondo transitorio que compense los desequilibrios hasta que se apruebe el sistema renovado”. Sin concretar.
El texto firmado añadía: “Nos comprometemos a contribuir activamente para lograr un nuevo modelo de financiación multilateral con más recursos que desde el régimen común atienda a las particularidades de cada territorio”.
Y para hablar de esas “particularidades” acuden los presidentes del PP a la Moncloa. Pese a la presión de Isabel Díaz Ayuso. La de Madrid es la única presidenta que mantiene la duda sobre qué hará cuando la convoque Pedro Sánchez, los demás barones del PP han mostrado no solo su predisposición a cumplir con su obligación institucional, sino también a debatir sobre las cuestiones que afectan a sus regiones. Incluida la financiación.
Para fijar el objetivo de esta ronda de reuniones en la Moncloa se remiten a las palabras del presidente esta misma semana en el Congreso. “Está claro que hay Gobierno para largo y toca sentarse a negociar medidas que resuelvan problemas y mejoren la vida de la gente. En el Ejecutivo lo tenemos claro. Vamos a hacerlo. Mi mano está tendida. La puerta de la Moncloa está abierta a todo aquel que quiera negociar y sumar”, dijo Pedro Sánchez durante la reunión del Grupo Parlamentario Socialista que presidió.
Aseguran en el equipo del presidente que, más allá de los grandes temas políticos, Sánchez afronta las reuniones con el ánimo de escuchar demandas y propuestas de cada territorio. “Lo que pretendemos es potenciar el entendimiento institucional para poder desarrollar políticas de colaboración que contribuyan a mejorar los servicios públicos”, aseguran en la Moncloa, donde prefieren no entrar al detalle, por el momento, de qué propuesta pondrá encima de la mesa el presidente para buscar apoyos en la reforma de la financiación.
Tras la triple cita de este viernes Pedro Sánchez ya ha agendado reuniones con la presidenta de Cantabria y los presidentes de la Rioja y Asturias para la semana que viene.