El presidente del Gobierno ha comparecido ante los grupos parlamentarios del PSOE del Congreso y el Senado para explicar las razones del adelanto electoral y arengar a su partido ante la decisiva cita electoral del 23J. En un claro cambio de tono que enfatiza aún más el choque frontal ante el bloque de las derechas, Sánchez ha definido al PP y a Vox como discípulos del trumpismo y ha alertado sobre la ola reaccionaria que podría marcar el porvenir de España en la próxima década.
“¿Ortega Smith despreciando a una mujer en silla de ruedas que había sido víctima de violencia de género representa a España? ¿Ayuso poniendo macetas contra el cambio climático se parece a España? ¿Se parece a España Feijóo premiando a los jóvenes con mejores expedientes con una maleta para que se vayan fuera de Galicia? ¿Abascal exigiendo acabar con el derecho de las mujeres a abortar? Yo creo que España es mucho mejor que todo eso”, ha dicho Sánchez entre los aplausos de sus diputados y senadores.
Durante toda su intervención el presidente del Gobierno ha equiparado el fondo y las formas del PP y Vox, a los que se ha referido como “derecha extrema y extrema derecha”, y ha denunciado las similitudes de esa forma de hacer política con las del populismo de Donald Trump o Bolsonaro.
“La tormenta y las mentiras que vamos a tener que aguantar van a ser tremendas. Van a tratar de crispar hasta límites insospechados para que no se escuchen los argumentos con el único empeño de que bajemos los brazos y no movilicemos a la mayoría . Va a ser una campaña feroz en insultos, se van a inventar barbaridades. Y no es nuevo, van a copiar los métodos de sus maestros norteamericanos”, ha señalado.
En un discurso en el que ha expuesto las líneas estratégicas que marcaron su decisión de adelantar las elecciones y también el enfoque de la campaña que está por venir, el presidente del Gobierno ha alertado de que el 23 de julio “se discute qué España queremos. Hay que decidir si avanzamos o retrocedemos. Nosotros nos definimos por un proyecto de progreso y la alternativa frente a eso son PP y Vox, que ha quedado claro que no hay distinción”, ha enfatizado.
El líder socialista también ha advertido que “España no es inmune a esa corriente reaccionaria”, aunque ha hecho hincapié en que nuestro país, a diferencia de otros, aún está a tiempo de frenarla. “Podemos pararla, por nuestros y nuestras hijas, por nuestros mayores. El PSOE debe parar esta corriente reaccionaria y vamos a ganar las elecciones”, ha dicho con sus diputados en pie.
Pedro Sánchez también ha incluido durante su intervención numerosos gestos hacia su partido tras la debacle electoral del pasado domingo, en la que el PSOE se dejó la inmensa mayor parte de su poder institucional. Volcado también en cortocircuitar cualquier amago de revuelta interna, el secretario general de los socialistas ha argumentado su decisión de adelantar las elecciones en base a la corresponsabilidad por esa debacle.
“Tomé una decisión pensando en vosotros y en vuestro trabajo porque ningún líder que se merezca serlo puede mirar hacia otro lado cuando los suyos han sufrido un castigo tan injusto”, ha dicho Sánchez, que ha revelado que tomó la decisión con su “conciencia”. “No podía continuar como si no hubiera ocurrido nada”, ha añadido.
“Me duele perder, pero cuando más me duele perder es cuando las consecuencias inmediatas recaen sobre personas a las que quiero y a las que admiro. Por todos ellos tenía que asumir los resultados del domingo pasado, no me costó tenerlo claro”, ha contado.