Ya hay fumata blanca. El Gobierno ha pactado un sistema de coordinación para la negociación de la reforma laboral después de que Unidas Podemos denunciara una “injerencia” de Nadia Calviño, que intentó pilotarla. Moncloa asumió este martes que el Ministerio de Trabajo lideraba las conversaciones en el seno del diálogo social, pero ha conseguido que en esas reuniones se sienten representantes de los ministerios de Economía y Seguridad Social. Pedro Sánchez ha convocado el próximo martes a Yolanda Díaz, Nadia Calviño y el resto de ministros implicados en la negociación del nuevo marco de relaciones laborales para “fijar la posición del Gobierno en la mesa de diálogo social, en los términos del acuerdo del Gobierno de coalición”, ha informado la Secretaría de Estado de Comunicación.
Pedro Sánchez, que coincidirá con Calviño y Díaz este jueves en una cumbre hispano-lusa en Trujillo, se reunirá con las vicepresidentas y los ministros de Hacienda, de Seguridad Social y de Educación y Formación Profesional el próximo martes 2 de noviembre “para fijar la posición del Gobierno en la mesa de diálogo social, en los términos del acuerdo de Gobierno de coalición”. Ese será el primer hito en la nueva etapa de negociación de la reforma laboral que hasta ahora ha pilotado en solitario el Ministerio de Trabajo.
A partir de ahí, todos los martes a las 17 horas “se celebrará una reunión para fijar la posición del Gobierno” en la mesa de diálogo social con los sindicatos y patronales mayoritarias, que se reúne todos los miércoles por la mañana. A ese encuentro posterior al Consejo de Ministros asistirán los secretarios de Estado de Trabajo (Unidas Podemos), de Economía y de Seguridad Social y Pensiones (PSOE). “En función de los temas a tratar, podrán acudir otros secretarios de Estado o representantes de los otros Ministerios afectados”, apostilla el comunicado de Moncloa.
Las reuniones técnicas del diálogo social seguirán siendo los miércoles por la mañana, pero ya no acudirá solo el Ministerio de Trabajo, como ha sucedido hasta hoy mismo. “La delegación del Gobierno de España en esa mesa la encabezará el secretario de Estado de Empleo”, dice el comunicado pactado por los socios de coalición. También participarán un director general de la vicepresidencia económica y otro del Ministerio de Seguridad Social. Esos departamentos se reunirán, igualmente, los miércoles por la tarde “para analizar el desarrollo de la mesa y coordinar el trabajo de preparación de la siguiente mesa de diálogo”.
“Cuando sea necesario por la importancia o complejidad política de los asuntos, se producirán reuniones a nivel de vicepresidentas y ministros/as”, zanja el comunicado que ha llegado después de un primer encuentro entre PSOE y Unidas Podemos el lunes que acabó sin acuerdo y de varias conversaciones, entre ellas una presencial este martes en la que participaron Félix Bolaños y María Jesús Montero por la parte socialista; y Díaz, Ione Belarra e Irene Montero, por Unidas Podemos. A partir de ahí se sucedieron los contactos, también con el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez, dado que la vicepresidenta segunda estaba en Roma, según fuentes gubernamentales.
En Unidas Podemos se dan por satisfechos con el resultado porque consideran que se han cumplido las peticiones de Yolanda Díaz de que el presidente se implicara y se aborden específicamente los contenidos ante las dudas que tienen de que la parte socialista del Gobierno pretenda suavizar el alcance de la reforma. Fuentes socialistas aseguran que cuando la vicepresidenta segunda ha reclamado que Sánchez liderara la negociación el Ministerio de Trabajo ya estaba informada de que el presidente iba a convocar una reunión para la semana que viene en la que abordar el asunto y establecer las bases en la recta final de la negociación. En Trabajo, lo niegan. Aseguran que estaba negociándose la mesa de contenidos, pero no que la encabezara Sánchez.
Celebran el acuerdo, aunque persisten algunas diferencias
En Moncloa celebran que se haya establecido una metodología para negociar la recta final de la reforma laboral y que vaya a haber un sistema de coordinación entre los distintos departamentos implicados, especialmente con la participación de Economía, que era la principal resistencia de Unidas Podemos.
Yolanda Díaz ha aplaudido el acuerdo interno desde Roma, desde donde se ha mostrado “muy satisfecha” y ha dado las “gracias al presidente del Gobierno” por liderar una reunión sobre el contenido de la legislación. “Por fin, vamos, de nuevo, a fijar los límites, el alcance de la reforma laboral más importante que vamos a hacer del mercado de trabajo en nuestro país. Así que satisfacción y quedo a resultas de que hablemos de contenidos. Lo importante es el qué y no el quién”, ha insistido Díaz, como ha defendido en los últimos días.
Desde el grupo confederal señalan que lo que más ha costado ha sido fijar la reunión sobre contenidos con Moncloa y subrayan la importancia de que los directores generales del ala socialista (Economía y Seguridad Social) se incorporen a la mesa de negociación una vez esté pactada la reforma que quiere acometer el Ejecutivo.
El temor de Díaz es que la involucración de Calviño en la negociación supusiera una rebaja de los términos de la derogación de la reforma laboral que pactaron PSOE y Unidas Podemos antes de conformar el Gobierno de coalición. En concreto, la vicepresidenta segunda apuntó a que el ala socialista del Ejecutivo tiene reticencias a devolver la primacía de los convenios sectoriales sobre los de empresa y, desde Unidas Podemos, apuntan también a que no quiere recuperar la ultraactividad indefinida.
La parte socialista del Gobierno asegura que no hay problemas en cuanto al contenido. “Está escrito”, ha dicho este mismo miércoles la portavoz, Isabel Rodríguez, refiriéndose al acuerdo programático. Moncloa también recuerda que el nuevo marco laboral es un compromiso que Sánchez adquirió en su discurso de investidura y ante Bruselas. Sin embargo, los socialistas evitan pronunciarse sobre las dos cuestiones concretas que Trabajo cree que están en peligro.
El conflicto en el seno de la coalición mantenía en vilo a sindicatos y patronal. Desde CCOO se han apresurado a celebrar el acuerdo alcanzado, aunque precisan que para el sindicato lo importante son “los resultados en la mesa que mejoren las condiciones de Trabajo”. El líder del sindicato, Unai Sordo, ha sostenido que espera que no haya un intento de rebajar el compromiso del Gobierno de coalición con el desmontaje de la legislación laboral del PP, porque en tal caso los sindicatos se desmarcarían de un pacto, ha explicado en una entrevista en La Sexta. En el mismo sentido se ha expresado Pepe Álvarez, secretario general de UGT, que se ha aferrado a las palabras del presidente Sánchez desde Valencia hace unos días en las que apostaba por la derogación de la reforma del PP.
Por su parte, el líder de los empresarios, Antonio Garamendi, se había pronunciado al principio de la mañana reclamando una postura única del Ejecutivo en la negociación de la reforma. “La decisión es del Gobierno. A mí no me vale decir 'es que esta [reforma] es de esta [Díaz], pero yo soy el Gobierno y no lo comparto'. Pues no lo entiendo, porque es un órgano colegiado con una Presidencia. No voy a entrar en el juego de si quiero a papá o mamá. Nuestra función es hablar de los temas”, ha afirmado el presidente de CEOE en un desayuno informativo de Nueva Economía Fórum. El dirigente empresarial ha reafirmado su rechazo a la derogación de elementos clave de la reforma laboral del PP, como la primacía del convenio de empresa sobre el sectorial, aunque ha advertido de que la patronal “no tiene derecho de veto”. “Ojalá”, ha añadido entre risas.