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Sánchez defenderá la amnistía como una herramienta política para la convivencia y no como una enmienda a la Justicia

Ha llegado el “momento Sánchez”. El presidente del Gobierno en funciones y líder del PSOE ha esquivado desde el 23 de julio cualquier pregunta o debate que tuviera que ver con sus negociaciones con los partidos independentistas catalanes y también cualquier detalle de la futura ley de amnistía, a la que ni siquiera se ha referido en público. Pero la derrota de Alberto Núñez Feijóo de este viernes en su segundo intento de investidura en el Congreso abre una nueva etapa política en la que Pedro Sánchez tiene previsto defender la amnistía como una herramienta política para la convivencia y no como una enmienda a la Justicia.

“No es mi momento”, dijo durante su viaje a la cumbre de la ONU en Nueva York en una de sus contadas comparecencias ante la prensa desde las elecciones. Ese planteamiento le llevó incluso a no intervenir en ningún momento del debate parlamentario sobre la investidura del líder del PP que, una vez fracasada, da paso, ahora ya sí, a un nuevo escenario político para los socialistas. 

Tras la confirmación de que la mayoría del Congreso votó en contra de la investidura de Feijóo el Jefe del Estado se dispone a celebrar una nueva ronda de consultas a principios de semana con los portavoces de las diferentes formaciones políticas con representación en el Congreso, a excepción de las fuerzas independentistas que declinan expresamente acudir al Palacio de la Zarzuela.

En esa ronda, Pedro Sánchez se dispone a plantearle al rey que está en disposición de asumir el encargo de una investidura que puede alcanzar si llegan a buen puerto las conversaciones que los socialistas mantienen desde hace semanas, principalmente, con los independentistas de Junts. 

Ambiente enrarecido entre los interlocutores

En las últimas horas, el ambiente entre los socialistas y los independentistas catalanes se ha visto enrarecido por los pasos dados por Junts y ERC. Y eso que, según todas las fuentes consultadas, el clima ha estado marcado en las últimas semanas por la voluntad expresa de ambas partes de evitar una repetición electoral y de alcanzar un acuerdo. Las dos formaciones catalanas han acordado y aprobado este viernes una propuesta de resolución que incluye instar al Gobierno central a “a trabajar para hacer efectivas las condiciones para la celebración del referéndum”. Una línea roja para los socialistas. 

“Por ese camino, no hay avance posible”, respondieron el jueves PSOE y PSC en un comunicado conjunto en el que insistieron en que no hay negociación posible fuera de la Constitución y en el que volvieron a subrayar la línea roja de la autodeterminación. “El diálogo ha de servir para superar la división y no para profundizar en la ruptura y la discordia que tanta tensión generó de forma estéril en Catalunya y en el resto de España”, rezaba también el comunicado. 

En la calle Ferraz mantienen el optimismo ante el escenario de una investidura de Pedro Sánchez y de una reedición del Gobierno de coalición a pesar de los pronunciamientos de Junts y ERC, que encuadran más en un intento de mantener la liturgia del independentismo en pleno aniversario del 1 de octubre y de escenificar una posición de fuerza en la negociación. “Es una resolución del Parlament donde estos años hemos visto resoluciones de todo tipo. La negociación está en otro sitio y la lleva quien la lleva”, apuntan fuentes del máximo nivel en el PSOE, que añaden: “No sabemos si van de farol o lo piden de verdad, pero nosotros tenemos la obligación de dejar claro que hay pantallas por las que no vamos a pasar”.  

Aunque los socialistas reconocen cierta incomodidad por los postulados de ERC y Junts respecto a una autodeterminación que en las negociaciones fue descartada desde primera hora, se mantiene el optimismo sobre la investidura de Pedro Sánchez. Una vez sea propuesto oficialmente por el Jefe del Estado, el guion de la calle Ferraz contempla toda una ofensiva comunicativa que protagonizará el presidente del Gobierno en funciones en primera persona. 

“No se trata de anular los delitos que existieron, se trata de escribir una nueva página que deje atrás el conflicto y abra una etapa de entendimiento para varias generaciones entre Catalunya y el resto de España”, explican en el PSOE, donde se defienden de la hemeroteca en la que rechazaban expresamente esta demanda del independentismo al aludir a la “coherencia” de la hoja de ruta desplegada hasta ahora en Catalunya. 

“Los resultados nos avalan”, afirman en el PSOE

“Tomamos las riendas de este país en 2018 con una sociedad que estaba traumatizada por un desgarro y una crisis institucional y constitucional como no se había vivido en 40 años y los resultados son visibles y nos avalan. La ciudadanía ha dicho sí a la política del reencuentro con decisiones arriesgadas y, a veces, hasta incomprendidas. Cuando digo que voy a ser coherente con la política de normalización que he hecho en Catalunya, estoy diciendo mucho”, dijo Sánchez durante una comparecencia ante la prensa. 

Durante el debate de investidura de Alberto Núñez Feijóo esta semana en el Congreso, el diputado de Sumar y secretario general del PCE, Enrique Santiago, ya deslizó como experto en derecho internacional la base jurídica de la futura ley. “La amnistía es una institución recogida en tratados internacionales vigentes en España, y que también está contemplada en la ley de enjuiciamiento criminal y en nuestro ordenamiento jurídico interno. Se trata de alentar la reconciliación y ayudar a restablecer las relaciones normales en la vida de un país”, dijo desde la Tribuna. 

El reto que asume el PSOE en las próximas semanas es el de hacer algo similar a lo que consiguió con los indultos, una decisión a la que acompañó una estrategia comunicativa que en la Moncloa se considera un absoluto éxito. “De lo que se trata es de dar carpetazo por fin a una anomalía y de devolver todo el protagonismo a la política, justo lo contrario a lo que hizo el Gobierno del PP”, explican los socialistas.