Fue la noticia política de la noche electoral en Euskadi. El ascenso fulgurante de EH Bildu le dejó a las puertas del sorpasso al hasta ahora hegemónico PNV, al que consiguió arrebatar la victoria en dos de las tres provincias por primera vez en la historia de las autonómicas vascas. El resultado, fruto de una trayectoria de permanente ascenso desde hace una década, se atribuye a factores tan diversos como el final de la violencia de ETA, el hundimiento de la izquierda estatal o la propia estrategia de EH Bildu, con la agenda soberanista en barbecho. Y, sin embargo, es utilizado por el PP y el PSOE como arma arrojadiza en su particular combate político.
Tras los cónclaves matutinos de este lunes en los que las direcciones de los partidos se encerraron a analizar los resultados del 21-A, socialistas y populares coincidieron en el diagnóstico: la culpa del éxito de EH Bildu es del de enfrente. Y lo expresaron además exactamente en los mismos términos. “Pedro Sánchez es un creador de independentistas”, dijo en Génova el portavoz de los populares, Borja Sémper. “El PP es una fábrica de independentistas”, concluyó a la misma hora en la calle Ferraz la portavoz socialista, Esther Peña.
En el PP hace meses que señalan a Pedro Sánchez como el responsable del auge electoral de los partidos soberanistas, y de EH Bildu en concreto. Y en esa línea Sémper acusó este lunes al presidente del Gobierno de “blanqueamiento”.
Después de dar por cumplidos “los objetivos prioritarios” que se marcaron para las elecciones vascas, pese a no haber salido de la “irrelevancia” que aspiraban a dejar, el PP defiende sus números frente a los del PSOE: “En el año 2020, gobernaba en 10 comunidades autónomas y 22 capitales de provincia. Cuatro años después, gobierna en tres comunidades autónomas y tan solo mantiene siete capitales de provincia. Este es el balance del 'sanchismo'”.
El motivo, según el PP, es que los socialistas están engordando a los partidos que mantienen a Sánchez en la Moncloa. “Ocurrió en Galicia, con el ascenso del BNG. Ha ocurrido en el País Vasco. Y ha pasado también [en Catalunya] sin que todavía hayan votado los catalanes”, afirmó Sémper.
La tesis del PP es que Puigdemont, por ejemplo, ha pasado “de ser irrelevante” a “convertirse en uno de los actores principales de la política catalana” de la mano del PSOE. Para Sémper, lo ocurrido en Euskadi este domingo es un espejo en el que se puede vaticinar lo que ocurrirá en Catalunya el próximo 12 de mayo. “Uno de los elementos que explica el extraordinario avance de Bildu es el protagonismo que le ha concedido Pedro Sánchez en la política nacional” lo que “ha impactado de manera directa en su imagen ante el electorado vasco”.
La paradoja en la tesis es que el PP asume que al PSOE le fue bien en Euskadi, donde subió dos escaños, y le irá bien en Catalunya, donde Salvador Illa tiene muchas papeletas de volver a ganar, esta vez con opciones de ser investido president de la Generalitat. “Si el PSOE ha ascendido en el País Vasco, puede hacerlo también en Catalunya. Esto es una previsión razonable”, reconoció Sémper, quien advirtió de que “su rechazo es menor en estas dos comunidades autónomas por el entreguismo al independentismo”.
Sémper quiso ejemplificar su tesis: “Si Pedro Sánchez hace alcalde a alguien de Bildu en Pamplona, ¿qué mensaje proyecta a la ciudadanía vasca? ¿Cuál es el mensaje de que el PSOE gobierne gracias al apoyo de Bildu en Navarra? ¿Cuál es el mensaje que se proyecta si el Gobierno de España depende de Bildu? Cuál es el mensaje que se proyecta si destacados dirigentes del PSOE y ministros afirman que Arnaldo Otegui es un hombre de Estado?”.
“Una estrategia marciana”
Los socialistas no ocultan que los resultados de las elecciones en Euskadi han sentado como un auténtico balón de oxígeno para Pedro Sánchez. Tras el batacazo de las elecciones gallegas y en plena cuenta atrás de la trascendental cita de las catalanas del 12 de mayo, las urnas colmaron el domingo las expectativas más optimistas: decisivos para formar gobierno y con mejores resultados que hace cuatro años. Y con el PP sumido en la irrelevancia.
“Son incapaces de reconocer que su política territorial es errática”, valoró Esther Peña en rueda de prensa en la sede del PSOE. La portavoz de Ferraz apuntó que, en su opinión, “el eje independentista no ha estado presente en la campaña vasca: hemos hablado de transporte, de vivienda, de sanidad. No ha habido polarización sobre independencia sí o no”, analizó para recriminar a los Feijóo su estrategia. “Si la ciudadanía vasca no esta en eso, ¿por qué lo hace el PP? ¿Necesita hablar de independencia y de ETA?”.
Cuestionada por el resultado de EH Bildu, Esther Peña no dudó en calificar de “magníficos” los resultados de la izquierda independentista vasca, que achacó a la política territorial de la derecha. “El PP es una fábrica de independentistas. Siempre que gobiernan los índices de personas que quieren irse de España se multiplican. Hay lecciones que el PP no puede dar”, solventó la portavoz sin querer ahondar en otras conclusiones.
En Ferraz hablan directamente de un “voto reactivo” en Euskadi a algunos de los discursos que se escuchan en el resto de España. “Como no dejen de decir barrabasadas y burradas en el resto de España sobre lo que pasa allí, van a seguir subiendo”, apuntan en la dirección del partido donde, sin embargo, sí han hecho una lectura más elaborada del éxito de los de Arnaldo Otegi en base a los datos de la noche electoral.
Para el PSOE, la clave del subidón de EH Bildu se fundamenta en tres ejes: que es el partido con el electorado más fiel (alrededor del 93%), que consigue atraer a casi el 10% del votante del PNV en la disputa nacionalista y que absorbe hasta el 46% de los votantes de Sumar y Podemos.
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