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Pedro Sánchez sube el tono contra Iglesias para redoblar la presión a las puertas de la investidura
Pedro Sánchez no hará muchos más movimientos antes del debate de investidura. El presidente en funciones dio por sentenciadas las negociaciones con Pablo Iglesias este lunes después de que el que ha sido hasta ahora su socio preferente convocara una consulta a las bases que los socialistas consideran que es una “trampa” y una “mascarada” para “blindarse” ante una decisión que aseguran ya había tomado anteriormente: votar de nuevo en contra de la candidatura a la presidencia de Sánchez.
Con ese panorama de desconfianza total y reproches cruzados a través de los medios, Sánchez da por zanjadas las conversaciones. De hecho, el lunes aseguró que todas las ofertas que había hecho hasta ese momento decayeron en el momento en el que Podemos pulsó el botón de publicar la consulta a los inscritos. El PSOE volvió al punto de partida y expondrá su programa de Gobierno en la sesión que arranca el lunes a mediodía.
Esa será la oferta que tendrán que votar los grupos parlamentarios. Sánchez lo fía todo, en este momento, a que el resto de formaciones faciliten la investidura con su abstención. “España no puede estar más tiempo sin gobierno y por ello, les pedimos a todas las formaciones que no impidan que pueda gobernar quien ha sido elegido”, expresó la número dos del PSOE, Adriana Lastra.
Los socialistas sostienen que “no hay alternativa” a un Ejecutivo encabezado por Sánchez, por lo que consideran que el resto de formaciones deben facilitarlo. Ese sería el último movimiento que hará el presidente en funciones antes del proceso de investidura de la próxima semana: llamar a Pablo Casado, Albert Rivera y Pablo Iglesias para pedirles que “no bloqueen” su nombramiento.
Casado y Rivera se han negado abstenerse en la votación en múltiples ocasiones y no hay nada que, al menos por ahora, apunte a un cambio de posición. El líder de Ciudadanos rechazó incluso reunirse con Sánchez las últimas veces que el socialista le ha convocado. “A lo largo de estas semanas hemos visto muchas reuniones pero muy pocos esfuerzos de Sánchez para lograr acuerdos”, expresó este martes el portavoz interino del PP, José Antonio Bermúdez de Castro, que aseguró que “para gobernar hay que pactar y esforzarse”. “Si no lo consigue será el fracaso de la izquierda, será su fracaso”, advirtió a Sánchez.
La guerra entre PSOE y Unidas Podemos es total desde que Sánchez dio por rotas las negociaciones. A pesar de que en una entrevista en Al Rojo Vivo, Iglesias ha asegurado que tiene la mano tendida a los socialistas y dijo que estaba dispuesto a “ceder” más para lograr a un acuerdo, en Moncloa creen que la oportunidad ya ha pasado.
De hecho, esa entrevista de Iglesias ha causado un profundo malestar en las filas socialistas porque consideran que el líder de Podemos ha vuelto a faltar al respeto al secretario general del PSOE al acusarle de estar sucumbiendo a las presiones del Ibex 35. “Estas teorías de la conspiración caen por su propio peso y conociendo al secretario general y presidente son bastante ridículas –dijo Lastra sobre Sánchez–. Tiene una trayectoria acreditada de integridad, convicciones y mucho criterio. No se deja llevar por las presiones de nadie. Debería conocerle un poco mas el señor Iglesias y también respetarle un poco más”.
En Moncloa ha enfadado mucho que Unidas Podemos señale al jefe de gabinete del presidente, Iván Redondo, como urdidor del fracaso de las negociaciones cuando los socialistas tienen el convencimiento de que Iglesias nunca ha querido sentarse en serio. “Se ha negado a abrir una negociación y ha propuesto una consulta para justificar una decisión que ya había tomado hace tiempo”, expresó la vicesecretaria general.
Además de acusarle de mantener una “posición maximalista” con su exigencia de una coalición, el PSOE sostiene que Iglesias ha priorizado su entrada en el Consejo de Ministros a la posibilidad de que hubiera un acuerdo. “Parece claro que no se trata de incluir a personas expertas de Podemos sino a personas de Podemos en los puestos que decida Iglesias y eso no es negociar”, aseguró Lastra.
El cruce de acusaciones es constante entre ambas formaciones a cinco días de que comience el debate de la investidura mientras el resto de grupos contempla la situación con un ojo puesto en la posible repetición electoral del 10 de noviembre. Los socialistas sostienen que están en contacto con el resto de potenciales aliados para la investidura, aunque solo han conseguido amarrar un voto favorable: el del diputado del Partido Regionalista de Cantabria.
ERC se ha vuelto a mostrar en una posición conciliadora al asegurar que no es su intención “bloquear” la gobernabilidad de España. Gabriel Rufián instó a Sánchez e Iglesias a sentarse a negociar hasta el último minuto: “No hay ningún ministerio, ni ningún veto que merezca según qué cosas que están pasando estos días. Se nos vota y se nos paga para aportar soluciones y no conflictos”.
La formación independentista aún no ha decidido el sentido de su voto en la investidura y lo hará en una reunión de la Ejecutiva este viernes. “Unas nuevas elecciones serían una decepción y una frustración que solo pagaría la izquierda –reflexionó el diputado republicano tras reunirse con Lastra–. Entre los que no van a ir a votar y los que nos van a meter en el mismo saco, aquí palmamos todos”.
La reflexión la comparten en las filas socialistas, donde reconocen que unas nuevas elecciones son un “riesgo” y “tirar una moneda al aire”. Los más optimistas en Moncloa y en Ferraz consideran que Sánchez mejoraría su ventaja al hacerse con voto de Unidas Podemos, pero también del centro al mismo tiempo que creen que Iglesias tendría un relato complicado si vota en contra del candidato socialista y se enfrentaría a la posible competición de una nueva plataforma nacional liderada por Iñigo Errejón. Casado también contempla esa opción como su posibilidad de llegar a Moncloa gracias a la división en la izquierda.
En Unidas Podemos, por su parte, creen que Sánchez se juega la presidencia del Gobierno si vuelve a las urnas y que, por tanto, cederá antes de hacerlo. Ni unos ni otros descartan que el PP moviera ficha para presentarse a esos comicios de la mano de Vox o de Ciudadanos para aumentar sus posibilidades.
Esos cálculos han llevado a la portavoz de JxCat, Laura Borrás, a acusar al PSOE de “preferir echar mano de las encuestas y hacer pasar a toda la población por unas elecciones”. “No se dan las condiciones para que pueda ser investido”, reprochó: “Van hablando del diálogo pero luego no quieren dialogar con nadie”.
El PNV también señaló el camino de unos nuevos comicios el próximo 10 de noviembre: “Algunas personas lo están contemplando como normal”, expresó el portavoz, Aitor Esteban. Los nacionalistas vascos no contemplan votar en contra de la investidura y dudan entre la abstención o el 'sí'. Fuentes socialistas aseguran que están en contacto con ellos así como con Compromís en conversaciones discretas. No obstante, su respaldo es insuficiente incluso si Unidas Podemos se abstiene –una opción que no descarta el grupo confederal–. El bloque de PP, Ciudadanos y Vox sumaría más, por lo que la abstención de Casado o Rivera sería necesaria.
Los socialistas se encaminan a una investidura fallida negando por ahora que en septiembre haya una segunda oportunidad. Rufián también lo deslizó: “Septiembre nos complica la vida a todos”.
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