Un acuerdo antes de que termine octubre entre PSOE y Sumar. Es lo que han acordado este miércoles Pedro Sánchez y Yolanda Díaz en la reunión que han mantenido de cara a las negociaciones para la próxima investidura. Una ronda que el presidente del Gobierno en funciones ha iniciado esta mañana con la líder de Sumar. Al término del encuentro, Nacho Álvarez, el negociador de la coalición que lidera la vicepresidenta segunda, ha afirmado que “no contemplan otro escenario que el acuerdo”, pero ha asegurado que las posiciones todavía están lejos en cuestiones del “carril social”.
La reunión entre Sánchez y Díaz ha comenzado a las 10.00 en el Congreso de los Diputados y se ha extendido algo más de hora y media. En ella, ambos líderes han constatado los avances en las negociaciones que se siguen desde finales de julio en términos “territoriales” pero también los acuerdos en materia social en los que ambas formaciones están todavía “lejos”, tal y como ha informado Álvarez después del encuentro en declaraciones a los medios.
“Sumar y el PSOE llevamos casi dos meses negociando. Hemos avanzado en una agenda territorial, pero tenemos que seguir avanzado en la dimensión social. No puede ser un acuerdo que haga que el Gobierno funcione al ralentí, tiene que tener un programa ambicioso”, ha dicho Álvarez. “Tenemos diferencias todavía importantes”, ha advertido el secretario de Estado de Derechos Sociales y secretario de Economía de Podemos. Álvarez fue la persona elegida por Díaz para coordinar las negociaciones del programa de gobierno con el PSOE.
Álvarez ha insistido en varias ocasiones en que el acuerdo que negocian con el PSOE tiene que dejar clara una hoja de ruta para la próxima legislatura y no quedar en una mera declaración de intenciones. La idea de Sumar es un texto en el que quede “negro sobre blanco” los objetivos en materia social para una legislatura que no puede ir “al ralentí” como sospecha que desean los socialistas.
Y para ello ha explicitado algunas de las demandas de Sumar para ese acuerdo, tal y como vienen apuntando los líderes de Sumar, entre ellos la propia Díaz, desde el comienzo de la semana. “Tenemos diferencias importantes entre Sumar y PSOE por ejemplo en materia de reducción de la jornada laboral. Tenemos que tener un nuevo estatuto de trabajo del siglo XXI que regule el despido, es necesario impulsar la conciliación con permisos retribuidos, garantizar el derecho de acceso a una vivienda y estas son materias pendientes en esta negociación”, ha dicho hoy Álvarez.
El equipo de Yolanda Díaz tiene en mente lo que ocurrió en la legislatura pasada con el gobierno de coalición entre socialistas y Unidas Podemos, con las dificultades que entrañó, dicen, forzar al PSOE para subir por ejemplo el salario mínimo interprofesional. Y creen que muchas de las medidas que se firmaron no habrían salido adelante sin un acuerdo programático previo, detallado y con compromisos claros como el que firmaron Sánchez e Iglesias hace cuatro años.
Díaz insiste en un acuerdo ambicioso porque en la coalición temen que el PSOE pueda aprovechar la nueva mayoría parlamentaria que está articulando para frenar avances progresistas. De conformarse el nuevo bloque de investidura, ya no será progresista como la legislatura pasada y tendrán mayor peso fuerzas conservadoras como Junts y PNV. Este nuevo escenario podría servir a los socialistas de excusa, según creen en Sumar, donde creen además que esas formaciones están a favor de sus posiciones dentro de ese acuerdo programático.
“El único escenario es el acuerdo, pero cualquier gobierno no vale. Tiene que ser un gobierno ambicioso, tiene que ser capaz de desplegar un programa que despliegue derechos sociales y laborales”, ha reiterado Álvarez en las declaraciones a la prensa esta mañana. “No acudimos a la negociación con líneas rojas pero sí con una clara voluntad de que el gobierno sea útil, de que no se conforme”, ha zanjado.
En Sumar aseguran que todavía no ha comenzado la negociación sobre carteras ministeriales. Es un paso que tendrá que continuar al del acuerdo programático. Primero medidas y luego nombres, dicen. Todo ello a pesar de que en el Partido Socialista ya han dejado claro que en esta legislatura pretenden quedarse con el Ministerio de Igualdad.
Este mismo miércoles, la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, ha vuelto a insistir en que Podemos debe estar en ese gobierno de PSOE y Sumar y que lo debe hacer con Irene Montero al frente de esa cartera de Igualdad que ahora los socialistas quieren recuperar. “En 2019 el PSOE quería todas las carteras para sí. Es normal, es lo que cualquier partido querría. Los votos son los que son y es importante un gobierno de coalición en el que Podemos esté representado”, ha dicho hoy Belarra en declaraciones a los medios. “Quien tiene que dar esa respuesta es el PSOE y Sumar. Los dos. Está en sus manos y les animo a que se tomen en serio esa responsabilidad”, ha dicho la ministra de Derechos Sociales.
“Cordialidad y confianza”
Desde el PSOE valoran que el encuentro se haya desarrollado “en un clima de cordialidad y confianza” y confirman que “han acordado acelerar los trabajos entre las comisiones negociadoras que representarán a ambos partidos para avanzar en la redacción del programa de gobierno que marcará los temas clave en esta legislatura”.
En esa comisión negociadora ha incluido el líder del PSOE a Óscar Puente, el exalcalde de Valladolid y diputado en el que Sánchez delegó la responsabilidad de rebatir a Alberto Núñez Feijóo durante la investidura fallida del candidato del PP. Junto a Puente estarán dirigentes como Santos Cerdán, Pilar Alegría, María Jesús Montero, Félix Bolaños, Hana Jalloul o José Ramón Gómez Besteiro.