La Constitución establece que el proyecto de Presupuestos Generales del Estado debe ser registrado en el Congreso como muy tarde el 30 de septiembre del año anterior a su entrada en vigor, y la Ley Electoral precisa que el decreto de disolución de las Cámaras y de convocatoria de los comicios debe publicarse en el Boletín Oficial del Estado (BOE) 54 días antes de la celebración de las elecciones.
Las generales de 2011 tuvieron lugar el 20 de noviembre y para que las próximas elecciones se celebren el domingo más cercano a esa fecha (22 de noviembre de 2015), las Cortes tendrían que disolverse el 29 de septiembre. Si se llevaran las elecciones generales a diciembre, las Cortes deberían disolverse a mediados de octubre.
SE DESCARTA COMPLETAR EL CALENDARIO
Es decir, que no hay opción a completar el calendario de tramitación parlamentaria de los Presupuestos, que normalmente se completa la última o penúltima semana de diciembre, pero estos dirigentes del PP quieren obviar las previsiones electorales y mantener el calendario presupuestario hasta donde sea posible.
Según indicaron a Europa Press en fuentes 'populares', se trata de hacer valer las previsiones europeas y la legislación presupuestaria, que establece que el Gobierno debe presentar su cuadro macroeconómico para 2016 en abril, así como debatir en las Cortes antes del verano el techo de gasto presupuestario del año siguiente.
Se pretende incluso que Hacienda lleve al Congreso el proyecto presupuestario de 2016 antes del 30 de septiembre y que los altos cargos del Gobierno defiendan sus cuentas ante la Cámara en las comparecencias que normalmente se celebran la segunda semana de octubre. Como mucho, podría dar tiempo, estirando los plazos, a que la oposición presentase sus enmiendas de totalidad, pero se da por descartado que haya margen para el de debate de totalidad de los Presupuestos, que normalmente se celebra en torno al 22 de octubre.
OPORTUNIDAD PARA LANZAR ANUNCIOS ELECTORALES
Los defensores de este calendario buscan que el PP, en la precampaña electoral, deje claro a la sociedad que es una fuerza de Gobierno capaz de redactar unos presupuestos que, conforme a su discurso de la recuperación, podrían permitir incluso lanzar atractivos anuncios electorales respaldados por partidas presupuestarias concretas.
Además, argumentan que el esfuerzo de presentar unos Presupuestos que no se van a aprobar no sería baldío porque, si el PP consigue suficiente respaldo electoral, podría recuperar ese texto en las nuevas Cortes Generales.
La alternativa sería limitarse a prorrogar los presupuestos vigentes, pero precisamente ésa fue una de las cosas que el PP echó en cara en 2012 al Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. Como el PSOE no cumplió sus deberes, decían, el Gobierno del PP tuvo que redactar dos proyectos, el del ejercicio en curso y el de 2103.
Uno de los dirigentes que ha verbalizado públicamente la apuesta por presentar el proyecto de Presupuestos es el portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Rafael Hernando, quien considera que las cuentas públicas son un elemento de estabilidad y que hacer el esfuerzo de presentarlas en septiembre no sólo sería “importante” para el PP, sino para el país, ya que así se fijaría una “orientación política” y se daría “confianza y credibilidad” a España.
“Nosotros tuvimos que hacer los del 2012 y los del 2013 y fue muy difícil --declaró recientemente en un encuentro informativo--. Hay que intentar hacerlos y presentarlos, y ya veremos hasta dónde llegamos”.