Debate estéril en el fondo, pero bronco en las formas, con un final más que esperado. El Senado ha tumbado la senda de déficit que el Gobierno logró sacar, a la segunda, en el Congreso. El PP, junto a sus socios regionales y Ciudadanos, han votado en contra, por lo que el Ejecutivo dispondrá de un déficit máximo del 1,3% para elaborar los Presupuestos de 2018. La votación se ha saldado con 97 votos a favor, 150 en contra y una abstención.
Con el resultado ya conocido de antemano, el giro a la derecha del Parlamento andaluz ha copado buena parte de los discursos. Tanto el Gobierno, como los grupos que sacaron adelante la moción de censura, han acusado al PP y Ciudadanos de echarse en brazos de la extrema derecha, o la ultraderecha según el caso, con tal de impedir el avance de las políticas del Ejecutivo.
La respuesta del bloque que comandan Pablo Casado y Albert Rivera ha sido señalar al Gobierno por apoyarse “en la extrema izquierda y los filoetarras”, así como en los partidos independentistas.
Precisamente ERC y PDeCAT han aprovechado sus turnos para recordar al PSOE que el apoyo al Gobierno es circunstancial y responde a una petición expresa del Govern. El portavoz republicano, Bernat Picornell, ha lanzado un serio aviso al Ejecutivo, representado únicamente por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. “¿Cuándo habrá una respuesta de Pedro Sánchez? ¿Cuándo van a traernos una solución? Después del juicio será demasiado tarde”, ha espetado desde la tribuna.
Recurso ante el Constitucional
La Ley de Estabilidad presupuestaria obliga a que Congreso y Senado ratifiquen las previsiones de déficit y deuda del Gobierno. La norma contiene una rareza: la Cámara Alta tiene la última palabra. Es la única, salvo la aplicación del artículo 155, que confiere este poder a un Senado dominado históricamente por el PP.
Precisamente el PP fue el partido que, en 2012, aprovechó su mayoría absoluta para introducir este parámetro. La modificación de esta norma está bloqueada en el Congreso, gracias al control de PP y Ciudadanos de la Mesa, quienes impidieron votar una reforma exprés que hubiera permitido sortear el veto del Senado.
El PSOE anunciaba el propio jueves por la mañana, horas antes de la votación, un recurso ante el Tribunal Constitucional contra la decisión de la Mesa. La decisión de los magistrados, sea cual sea, llegará cuando ya únicamente valga para sentar jurisprudencia, no para modificar un bloqueo, cuya misión está cumplida: impedir la aprobación de la senda de déficit.
“Patriotismo de bandera y de balcón”
Los portavoces se han lanzado cifras y han recurrido a la hemeroteca para justificar unas posiciones que ya venían definidas del debate en el Congreso de hace una semana. Conocidas las posiciones, el debate ha servido más para construir relatos a futuro que para argumentar sobre los objetivos de déficit.
La ministra Montero ha acusado al PP y Ciudadanos tener “una visión cortoplacista de cuanto peor, mejor” y de esgrimir un falso patriotismo. Derrotada de antemano, Montero ha a atacado a ambos partidos: “Su patriotismo es de quita y pon, de bandera y de balcón, de pulsera y de cinturón. La verdadera patria se encuentra en el interés general y el bien común”.
Montero ha recordado que el PSOE apoyó al PP “siempre que propuso ampliar la senda de déficit”. “Ustedes nunca han creído en el Estado de las Autonomías y ahora, cuando es posible mejorar las políticas de austeridad, se oponen. No era un problema de que se lo impusiera la UE. Ustedes piensan que es mejor debilitar el Estado del bienestar”, ha concluido.
La primera réplica al Gobierno ha llegado de Ciudadanos. El senador Francisco Alegre, que ha lamentado compartir su tiempo con el PP, ha incidido en el cambio de voto de los aliados del Ejecutivo, que en verano rechazaron esta misma senda presupuestaria. “¿Qué ha cambiado del 27 de junio al 20 de diciembre?”, se ha preguntado, para responderse: “El apoyo por parte del señor Torra por unos pactos secretos que ustedes sabrán”.
La referencia a la reunión mantenida entre el presidente del Gobierno y el de la Generalitat, con ministros y consellers, la semana pasada ha despertado al Pleno y soliviantado a las bancadas socialista y catalanas.
El pacto en Andalucía
Alegre ha sacado a relucir entonces el flamante pacto en Andalucía entre PP, Vox y su partido para espetar a Montero. Primero, para asegurar con sorna que entendía el enfado de los senadores del PSOE ya que “se van a quedar sin trabajo. 7.500 cargos socialistas”. Después, para dirigirse directamente a Montero: “Cuando deje de ser ministra, no podrá volver a la Junta de Andalucía”.
Tras alegre, el primer portavoz del PP (que ha intervenido dos veces), Juan Antonio de las Heras, ha acusado a Montero de querer “freír con impuestos intolerables a los ciudadanos” y ha coincidido con Alegre en que lo único que “ha cambiado” desde junio es que los socios de la “moción de censura frankenstein” han pasado de abstenerse a votar a favor.
“La Mesa del Congreso es demócrata”, ha señalado en referencia al bloqueo de la reforma exprés de la Ley de Estabilidad. “Como lo es la Mesa de la Junta de Andalucía”, ha apuntado a continuación para defender el pacto que le dará el Gobierno a Juan Manuel Moreno Bonilla.
“Se alarman que PP y Ciudadanos obtengan los votos de Vox y ustedes se apoyan en filoetarras”, ha espetado De las Heras, que ha acusado al Gobierno de tener una “posición preelectoral” y, a la vez, de que su único objetivo “es aguantar la legislatura” y “resistir como sea para aguantar en el Gobierno de España”.
El portavoz de Unidos Podemos, Ferrán Martínez, también ha esgrimido el devenir andaluz durante su intervención. “PP y Ciudadanos están en un naufragio hacia la extremaderecha que les lleva a anunciar un Gobierno con Vox”, ha asegurado.
Martínez ha considerado “insultante la equiparación” que se hace habitualmente entre Podemos y el partido de ultraderecha. “Ustedes son lo que denuncian. Pactan con partidos que sienten nostalgia de una dictadura. Sacan partido a la intolerancia y el odio. Hablan de caos, pero el caos son ustedes”, ha señalado.
“Señor Alegre, se quejaba de repartirse con el PP el tiempo”, ha respondido al portavoz de Ciudadanos. “Dentro de nada tendrá que repartirse el tiempo a tres bandas. Eso dice mucho de con quién se alinea cada uno. Dice mucho de ustedes”.
“Bloquean el futuro de España. Están atrincherados no contra el Gobierno del PSOE o de Podemos. Están ustedes atrincherados en contra de este país”, ha concluido.
Avisos de PDeCAT y ERC ante los Presupuestos
El Gobierno no ha sacado adelante la senda de déficit, pese al voto favorable de Unidos Podemos y de los independentistas. Desde PDeCAT y ERC, además, han advertido al Ejecutivo de que este “gesto” no tiene por qué repetirse con los Presupuestos Generales del Estado que, si se cumple el pronóstico de Montero, serán aprobados por el Consejo de Ministros a finales de enero.
El portavoz del PDeCAT, Josep Lluís Cleríes, ha asegurado que su voto favorable ha venido impuesto desde el Govern de la Generalitat. “No es un primer paso para los Presupuestos”, ha asegurado.
“No habrá Presupuestos para un Estado español con presos políticos y exiliados. Ni para un presidente que trata con desprecio a los más de 2 millones de votantes del 1-O llamándonos 'pandilla”, ha apuntado. Y ha zanjado, en referencia al mensaje de Felipe de Borbón: “El Jefe del Estado nos amargó las fiestas. Dice que hay un problema de convivencia cuando hay un problema de democracia y Estado de derecho”.
El portavoz de ERC, Bernat Picornell, ha llamado “a no romper el último hilo de conexión entre los dos gobiernos”. “Nos lo pide el Govern de Torra y Aragonés”, ha señalado en referencia al president de la Generalitat, de PDeCAT, pero también al vicepresidente, de su propio partido. “Nos comemos el orgullo porque los presos nos lo piden”, ha señalado.
“No queremos levantarnos de la mesa de negociación”, ha apuntado. Picornell ha recordado que en la reunión de hace una semana le entregaron a Sánchez “una lista de iniciarivas para comenzar a solucionar el conflicto”.
Y ha concluido: “¿Cuándo habrá una respuesta? Nosotros votamos hoy a favor. Caminamos. ¿Cuándo van a traernos una solución? Después del juicio [del procés] será demasiado tarde”.