Sumar busca candidato para las elecciones europeas

Alberto Ortiz

3 de enero de 2024 22:22 h

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Quedan todavía varios meses, pero el movimiento de Podemos para que Irene Montero sea su candidata en las europeas ha removido a la izquierda y, en concreto, a Sumar. El proyecto que lidera Yolanda Díaz, hoy solo una coalición en el Congreso que aspira a convertirse en una plataforma más amplia, afrontará un movido inicio de curso con elecciones en Galicia y Euskadi, además de la celebración de una asamblea constituyente en primavera. Con este calendario en mente, Sumar descarta agilizar demasiado la preparación de las europeas, pero ya comienza a sondear nombres que puedan encabezar esa futura lista. 

Las elecciones europeas se celebrarán entre el 6 y el 9 de junio. Suelen ser unas elecciones de poca participación o, al menos, bastante menor que las que concitan las generales. Pero las de junio tendrán una importancia especial por la competición que se dará en el espacio a la izquierda del PSOE, con la candidatura de Podemos por un lado y la de Sumar, por otro, teniendo en cuenta a los partidos que consiga aglutinar esta última en una nueva coalición. 

El partido que lidera Ione Belarra ha marcado esta cita electoral como objetivo para empezar a recomponer la hegemonía perdida en ese espacio. Después de distanciarse de Sumar una vez firmado el acuerdo de coalición y tras la ruptura definitiva con el proyecto de Yolanda Díaz, consumada en diciembre con la salida al Grupo Mixto en el Congreso, Podemos ha comenzado una larga precampaña con la candidatura de Irene Montero a las primarias del partido para ser cabeza de lista en esas elecciones.

El movimiento era más o menos predecible desde hace meses, aunque en algunos partidos del resto del espacio político sorprendió la celeridad del anuncio, que tuvo lugar el pasado 16 de diciembre. En la formación defienden que la decisión sirve para centrarse ya en los objetivos del próximo año y dar claridad a la militancia sobre los pasos que vienen a continuación. 

Sumar acogió la noticia con cierta indiferencia. “Los tres millones de votantes de las pasadas elecciones nos quieren donde estamos, que es luchando para que se mantengan las medidas de apoyo a las familias, para que se mantenga el impuesto a la banca, para que los costes no los asuman las familias sino para que sean repartidos justamente”, dijo su portavoz, Ernest Urtasun, tras conocer el anuncio. “Pleno respeto, pero nosotros estamos centrados en hacerle la vida más fácil a la gente”, añadió. 

En privado, sin embargo, las opiniones entre los dirigentes y personas que forman parte del núcleo de decisiones de Sumar divergen. Una de ellas, consultada por elDiario.es, expresaba dudas acerca de la capacidad que puede tener Podemos para reunir medio millón de votos en una cita como esta. Son los apoyos que necesitaría el partido para obtener un escaño según sus propios cálculos. En las últimas elecciones europeas, las de 2019, a la coalición de partidos nacionalistas y regionalistas CEUS (donde estaban PNV, Geroa Bai o Coalición Canaria entre otros) le costó 633.000 votos su único escaño, un 2,83% del total.

Ese umbral efectivo podría bajar o subir en función de la participación, aunque es probable que se reduzca ligeramente porque a España este año le corresponden más asientos en el Parlamento derivados del nuevo reparto tras la salida del Reino Unido. 

Pero hay otras voces consultadas por este medio en Sumar que consideran un error minusvalorar la figura de Montero como referente electoral y apuestan por convencer a alguna figura de reconocido prestigio en la izquierda, con bagaje y la suficiente aceptación entre el electorado, para evitar que Podemos les pueda suponer un buen mordisco electoral por la izquierda. El problema es que no hay tantos perfiles que puedan cumplir esos requisitos. 

Después de la confección de las listas electorales y el reparto de ministerios, las principales caras de la izquierda tienen ya un destino. Es poco probable, por ejemplo, que Ernest Urtasun dejase el Ministerio de Cultura para volver a las listas al Parlamento Europeo donde ha pasado los últimos ocho años. Fuera de funciones de alto vuelo está por ejemplo Ada Colau, que mantiene su acta de concejal en el Ayuntamiento de Barcelona después de quedarse sin la posibilidad de repetir un tercer mandato como alcaldesa. Dentro del cartel de diputados, solo Íñigo Errejón cuenta ahora mismo con el suficiente conocimiento dentro del electorado como para sonar como opción en esa carrera. El partido de Yolanda Díaz también cuenta con María Eugenia Rodríguez Palop, que ya fue la cabeza de lista de Unidas Podemos en las pasadas europeas y forma parte del grupo ejecutivo de Sumar.

Más allá de los nombres, Sumar tendrá que volver a articular para esas elecciones una nueva coalición en la que aspira a agrupar a buena parte de los partidos que le dieron su respaldo para las generales. Aunque ya no contará evidentemente con Podemos y difícilmente con otras formaciones de menor tamaño como Drago Canarias o Alianza Verde que en los últimos meses han mostrado su descontento con algunas decisiones de Díaz al frente del espacio político. 

En el debate para articular la coalición, más allá del candidato, será importante también conocer qué perfiles incorporará Sumar a su lista y, sobre todo, si esos nombres responden más a un perfil ecologista o a uno de izquierdas. Aunque el proyecto de Yolanda Díaz aspira a reunir perfiles de los dos ámbitos, como hizo en el pasado Unidas Podemos, una candidatura en la que la mayoría de los eurodiputados se fuesen al grupo de Los Verdes podría suponer un problema para fuerzas como Izquierda Unida. 

La influencia de los alemanes en el grupo ecologista lo ha empujado hacia posiciones menos de izquierdas, algo que se ha notado especialmente con su posición durante el conflicto entre Israel y Palestina o en el debate para el nuevo pacto migratorio europeo. Con Unidas Podemos, la proporción era de 1 a 6: solo Urtasun se sentaba en la bancada ecologista, algo que ahora podría cambiar dada la estrecha relación que ha forjado Díaz con las fuerzas verdes europeas. 

Ese será, junto con el feminismo, uno de los principales terrenos de disputa a los que previsiblemente llevará Podemos el debate político en los próximos meses. Irene Montero tratará de marcar distancias de su pelea por el Ministerio de Igualdad, que quedó en manos del PSOE en esta nueva legislatura. Y, mientras tanto, el partido de Belarra ha aprovechado ya cada debate público para distanciarse de lo que denomina el bloque “socioliberal” en Europa, representado, remarcan, por el grupo socialista y los verdes. 

Sumar atiende con calma por el momento a este debate mientras empieza una búsqueda de perfiles para completar esa lista. La carrera hasta las europeas no será sencilla, con otras dos elecciones previas, en Euskadi y en Galicia –estas últimas con fecha ya fijada, el 18 de febrero–, y las negociaciones con el resto de fuerzas para el despliegue de la asamblea constituyente de la formación que aspira a ser el eje central de una futura coalición amplia de partidos, un frente estable para las competiciones electorales de los próximos años.