Podemos ha anunciado en la tarde de este martes que sus cinco diputados abandonan el Grupo Parlamentario de Sumar en el Congreso. Es una decisión que oficializa la ruptura con la coalición que lidera Yolanda Díaz, que abre nuevos interrogantes en torno al Gobierno de coalición y que también alterará la vida parlamentaria de sus diputados. A partir de ahora, pasarán a formar parte del Grupo Mixto, donde se integran los diputados que no cumplen los requisitos para tener un grupo propio. Esto es, haber logrado un 15% de los votos en las circunscripciones donde se han presentado o un 5% en el conjunto del Estado.
Así, los cinco diputados de la formación que dirige Ione Belarra pasarán a compartir grupo con otros tres representantes de formaciones minoritarias: Unión del Pueblo Navarro (UPN), Bloque Nacionalista Galego (BNG) y Coalición Canaria (CC). Su ubicación pasará a estar fuera del tiro de cámara de las televisiones, en el denominado “gallinero”, que es como se conoce a las últimas bancadas del hemiciclo rodeadas de columnas.
Con esos diputados tendrán que negociar a partir de ahora el reparto del tiempo de intervenciones. Según el artículo 75 del Reglamento de la Cámara si no hay acuerdo para que uno de ellos tome la palabra en nombre de todos —lo que parece probable dadas sus diferentes sensibilidades—, sólo podrán intervenir tres diputados y no podrán hacerlo por más de la tercera parte del tiempo establecido para cada grupo parlamentario.
En caso de que no se pongan de acuerdo sobre quién interviene, será la presidenta del Congreso, Francina Armengol, la que “decidirá en el acto en función de las diferencias reales de posición”. En función de esas circunstancias también podrá “denegar la palabra a todos”. Además, el Reglamento establece que todos los turnos generales de intervención de los Grupos Parlamentarios serán iniciados por el Grupo Mixto.
El paso al Grupo Mixto también tiene implicaciones económicas. Las Cámaras reparten una subvención fija al mes igual para todos los grupos: en el Congreso esta ayuda es de 30.346,72 euros, que los miembros de Podemos tendrá que repartir con los representantes de UPN, BNG y CC. Además, existe una “retribución variable”, también mensual, que depende del número de parlamentarios que tenga cada grupo: 1.746,16 euros por cada diputado. Podemos tendrá que abrir una cuenta aparte con la entidad bancaria que opera en la Cámara para que se le transfieran en ella esa subvención institucional que sus diputados deben utilizar únicamente para gastos relacionados con su actividad en el grupo. Son partidas que se deben justificar si así se lo requieren.
¿Qué gastos se permite hacer con estos 1.700 euros de la subvención? Pues desde celebrar comidas protocolarias a contratar, por ejemplo, los servicios de una entidad jurídica —nunca a particulares— para que le asesoren a la hora de elaborar iniciativas u otras actividades como parlamentario. ¿Y si sobra dinero de esa cuenta porque el diputado no lo ha gastado? Las fuentes consultadas señalan que debe devolverlo a la Cámara o al grupo, porque no es del diputado.
Por otro lado, los parlamentarios de Podemos seguirán cobrando su sueldo base de 3.142,14 euros mensuales, una retribución que es igual para todos los diputados. Además, los que resultaron elegidos por circunscripciones diferentes a Madrid —todos salvo Belarra— mantienen su complemento de 2.018,41 euros para gastos de manutención y pernoctación. Para los electos por Madrid esa cuantía es de 963,43 euros.