La publicación por parte de elDiario.es del último borrador del texto del discurso de Ramón Tamames en la moción de censura contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cayó como un jarro de agua fría en Vox, donde jugaban con el factor sorpresa ante un debate que llevaban bastante tiempo preparando. “En el texto definitivo hay más novedades”, afirmó Tamames tras conocer la publicación del discurso, para tratar de mantener algo de interés. Este martes, en la primera jornada de la moción, se evidenciaron esos cambios introducidos en el texto, se supone que tras consensuarlos con los dirigentes de Vox.
Lo más significativo fue el recorte en su duración: Tamames se saltó capítulos completos de su disertación que redactó inicialmente, y otros los redujo considerablemente. También añadió algunas alusiones más en la línea del discurso de Vox, como la mención al “gobierno Frankenstein”. La omisión más destacada del candidato fue, no obstante, el de no señalar el objetivo que persigue la moción y que incluía en su borrador: “Señor Sánchez es urgente la convocatoria de elecciones generales como se propone en esta moción, convocándolas para el próximo 28 de mayo fijado ya para los comicios municipales y autonómicos”. Eso decía el discurso escrito, pero Tamames se olvidó de mencionarlo en el Congreso. Igualmente, no acusó al presidente del Gobierno de haber convertido a España en “una autocracia absorbente”, como ponía en su borrador.
En el mismo arranque del discurso y después de recordar su paso por la cárcel de Carabanchel, en la que estuvo preso junto con otros dirigentes que plantaron cara a la dictadura franquista por defender la necesidad de impulsar la Constitución, Tamames se refería a la Guerra Civil, y a “los dos bandos” que lucharon en ella. El borrador sentenciaba que “no hay un lado bueno y otro malo” y añadía que en aquella contienda “se cometieron atrocidades en los dos bandos”, pero aludía a “rojos y azules”. En la versión que leyó este martes omitió, sin embargo, esa última referencia a los colores de ambos bandos.
El candidato resumió mucho las referencias personales que había incluido en un principio en su borrador, como el asegurar que afrontaba el reto de la moción “en el tramo ya casi de sus 90 años de edad cuando muchos piensan que el mutismo y la aceptación de todo lo convencional debería ser lo más lógico” por su parte.
En el capítulo cinco, dedicado a la ley electoral y la “fuerza política de los separatistas”, Tamames eliminó algunas consideraciones, como esta frase: “En realidad, un nuevo Gobierno de la Nación ha de plantear al poder legislativo un nuevo escenario en el que los partidos nacionalistas estén representados en la soberanía nacional con un sistema electoral adecuado que los de la actual sobrerrepresentación”. No obstante, más adelante hizo una observación sobre las concesiones que han otorgado los sucesivos presidentes del Gobierno a los nacionalistas, sin atreverse a impulsar cambios en la LOREG para evitar ese fenómeno y “para que la generalidad del pueblo español sea el que salvaguarde el futuro de España, y no su disolución”.
Sin alusión al objetivo principal de la moción
En ese punto, el candidato se olvidó incluso de pedir elecciones generales, uno de los principales objetivos de la moción, según Vox, el grupo proponente. “Es más que necesaria la convocatoria urgente de elecciones generales. Para evitar que continúen las cesiones legislativas más nocivas a ciertos socios suyos de la coalición de investidura, que están poniendo en riesgo la arquitectura constitucional de 1978. Votada que fue en el referéndum de ese año por la inmensa mayoría del pueblo español”, decía su borrador, pero no su discurso final.
Tamames añadió en el capítulo seis que “la división de poderes debe prevalecer”, una dura crítica al “Gobierno Frankenstein” que, parafraseando a Alfredo Pérez Rubalcaba, asegura que preside Pedro Sánchez. Un Gobierno que, a su juicio, está poniendo en cuestión la separación de poderes, para el que “Montesquieu es un invitado molesto”. El candidato aseguró, además, que el PSOE no puede ir “de la mano” de partidos independentistas que quieren “romper la nación española”. Tamames añadió ahí una referencia a Alfonso Guerra y a un reciente artículo en el que el exvicepresidente del Gobierno de Felipe González mostró “la decepción ante los pactos y la inquietud ante la cesión permanente a los condenados por sedición y malversación” que, a su juicio, “generan un malestar inmenso en los que viven el socialismo”.
Con todo, el candidato se comió varios párrafos de ese capítulo y aunque acusó a Sánchez de no respetar esa separación de poderes, Tamames modificó la redacción inicial en la que lanzaba la siguiente arenga contra Pedro Sánchez: “Desde La Moncloa usted ha hecho lo inimaginable y a cualquier precio por controlar la Corte Suprema y el mencionado Consejo General. Y más o menos, lo mismo ha ocurrido ya con el Tribunal Constitucional, que es el guardián de la Constitución, de sus garantías para los ciudadanos e instituciones”. Este martes, en cambio, no pronunció esas palabra y ni siquiera llegó a afirmar que España “se asemeja a una moderna autocracia absorbente”, como recogía su texto inicial.
El punto del borrado en el que Tamames afeaba a Sánchez abusar de los decretos leyes también lo redujo enormemente en su intervención final, si bien mantuvo su acusación de que Sánchez pretende “gobernar sin límites”, como ha demostrado, según él, con la reforma de la sedición y de la malversación o la del Código Penal, en el marco de la ley del 'solo sí es sí'. Entre las muchas frases que no pronunció estuvo esta: “Se supone que para festejar el final de la larga tragicomedia en la gran manifestación pro Gobierno del 8 de marzo, fecha memorable de 2020, en la que se produjeron decenas de miles de contagios de la COVID-19”.
Tamames se salta capítulos enteros
El candidato fue dando saltos de un tema a otro de forma en muchas ocasiones desordenada y deslavazada, ahorrándose muchos de los datos y comentarios de su borrador, tanto en materia de 'okupaciones' como al problema de la “seguridad” -o inseguridad- , aunque mantuvo su discurso sobre al problema de la vivienda que afecta especialmente a los jóvenes. Sin embargo, omitió directamente todo el capítulo 12, referente al Ministerio de Consumo.
En cambio, Tamames añadió a su discurso un tema que escuece en el PSOE, la corrupción y el caso Mediador, “corrupciones de última hora cuyos límites [afirmó] aún no se conocen”. Así , aprovechó para arremeter contra los socialistas por no enterarse de que el exdiputado canario utilizaba su despacho de la Cámara Baja para hacer “negocios ilegales”.
El candidato se empleó a fondo en hacer un diagnóstico de la situación económica de España. Pero evitó recordar, como sí hacía en su primer borrador, que “Bruselas ha mejorado sus pronósticos para la economía española, que crecerá este año el 1,4%, cuatro décimas más de lo previsto por la Comisión Europea en sus anteriores vaticinios del mes de otoño. Pero ese 1,4% todavía está lejos de la previsión de la vicepresidenta Nadia Calviño, que auguró siete décimas más”.
Tamames fue desgranando algunos datos económicos, pero se saltó prácticamente entero el capítulo 21 sobre el estado del bienestar o el 24, en el que hacía una reflexión sobre el sistema de pensiones, alertando de que será insostenible si estas suben de acuerdo al IPC, como ha aprobado el Pacto de Toledo. En otro de los capítulos, el 26, sobre “seguridad personal”, no dijo que “la elevación de la criminalidad es resultado en gran parte de las políticas que permiten una inmigración muchas veces descontrolada, y que ha sido incapaz de impedir la entrada de toda clase de delincuentes, o de expulsarlos una vez conocidos en su peligrosidad; como se ha visto recientemente con el caso del yihadista de Algeciras”.
En el punto 30 relativo a la Unión Europea, eludió este comentario: “En cualquier caso, recordemos que España fue la proponente en el pasado vía Felipe González, de temas fundamentales en los semestres españoles de la Ciudadanía europea y los Fondos de Cohesión. Hay que proponer nuevamente algo importante para la futura UE. Pero su Gobierno, esperemos, ya no estará ahí después de la cita electoral del 28-M, a la que han de incorporarse las elecciones generales”.
El candidato concluyó su discurso en cerca de una hora, pero se dejó por el camino otra frase lapidaria: “El acto de hoy es para mí como una de las últimas secuencias del propio guion de mi vida”.