Si todo sale mal, ya hay una fecha encima de la mesa: el 27 de noviembre.
Mariano Rajoy ha admitido este miércoles que se ha marcado el 2 de agosto como fecha para abrir el debate de investidura. Eso sí, si cuenta con apoyos, cosa que de momento no ocurre: no ha logrado sumar más que un posible voto, el de Coalición Canaria.
El presidente en funciones ha insistido en que si no tiene los apoyos para ser elegido abrirá un periodo de reflexión con el resto de partidos. Sin embargo, ha dicho que eso no “prejuzga que no se vaya” a la investidura.
Si el debate de investidura se inicia el 2 de agosto, la primera votación tendría lugar el miércoles 3 y la siguiente –ya sólo necesario mayoría simple– se celebraría el 5 de ese mismo. De esa forma, empezaría a correr el reloj y si no hay acuerdo para investir presidente las elecciones serían el 27 de noviembre.
Vías bloqueadas
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ha anunciado este miércoles que su partido votará no en la primera votación de investidura de Mariano Rajoy, pero que en la segunda, en la que el presidente en funciones sólo necesita mayoría simple, su formación se abstendrá. “Tenemos que elegir entre lo malo y lo menos malo”, ha dicho Rivera.
Se trata –ha argumentado Rivera– de “una abstención técnica” para que el PP gobierne en solitario y evitar así nuevas elecciones, un escenario que el presidente de Ciudadanos quiere evitar a toda costa. Rivera ya insinuó la hipótesis de una abstención en segunda votación este martes tras reunirse en el Congreso con el presidente del Gobierno en funciones durante hora y media.
Pero lo cierto es que esa “abstención técnica”, que pretende mostrar un camino al PSOE, en realidad refuerza las posiciones de Pedro Sánchez: le resultará más fácil a los socialistas votar en contra de Rajoy si se presenta con 138 escaños que si ha logrado sumar 170 votos. La abstención de Rivera ayuda muy poco a las aspiraciones de Rajoy, y le aboca al bloqueo.
Del mismo modo, las tres afirmaciones de Pedro Sánchez tras el Comité Federal del sábado son difíciles de sostener: no a Rajoy; no a las terceras elecciones y sí a liderar la oposición. Una de las tres tendrá que decaer y, lo que ha dejado en el aire este miércoles, es precisamente la tercera. Es decir, que en lugar de liderar la oposición, no cerraría la puerta a intentar una investidura si Mariano Rajoy sigue encallado en los 137-138 apoyos.
Si así fuera el caso, esta vez podría intentarlo primero con Unidos Podemos, con los que sumaría 156 apoyos –26 más que los 130 que sumó con Ciudadanos en la intentona fallida de marzo pasado– y, después, intentar conseguir la misma abstención que Rivera le está entregando a Rajoy.
El candidato de Unidos Podemos y secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, anunció esta semana en una entrevista en eldiario.es que estaría dispuesto a escuchar una propuesta de Pedro Sánchez “basada en el programa electoral del PSOE, no en el 80% del de Ciudadanos como la otra vez”. En la misma línea se ha manifestado el coordinador de IU, Alberto Garzón, en una entrevista en eldiario.es: “Si el PSOE no quiere que gobierne el PP, que ponga en marcha todas las negociaciones para intentar una investidura por la izquierda, pero lo que no vale es que diga que quiere estar en la oposición porque eso es expresar que el PP va a gobernar”.
El éxito de Rajoy o Sánchez deberá llegar antes del 2 de octubre, fecha límite si realmente Rajoy mantiene su idea de iniciar la investidura el 2 de agosto. Pero si todo sale mal, ya hay una fecha sobre la mesa: el 27 de noviembre.