El peor tiroteo masivo en la historia moderna de Estados Unidos, que causó 58 muertos y medio millar de heridos en un concierto al aire libre en Las Vegas (Nevada), cumple hoy un mes sin que la Policía haya establecido aún el motivo de la masacre.
El pasado 1 de octubre, Stephen Paddock, un estadounidense de 64 años, abrió fuego desde su habitación del piso 32 del hotel Mandalay Bay, pasadas las 22:00 hora local, contra una multitud de más de 22.000 personas que asistían en la calle a un concierto al aire libre del festival country Route 91 Harvest.
Paddock disparó durante un intervalo de 10 minutos con rifles semiautomáticos, equipados con dispositivos en las culatas para poder abrir fuego contra la multitud más velozmente.
El uso de esos accesorios permitió que el tirador disparara 9 balas por segundo.
Días después de la tragedia, la Casa Blanca afirmó que daba “la bienvenida a un debate” sobre la posibilidad de aumentar la regulación de esos dispositivos (“bump stocks”).
Sin embargo, el Congreso sigue, hoy día, sin aprobar nuevas medidas al respecto incluso con el beneplácito de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), un poderoso grupo de presión contrario al control de armas.
¿Por qué actuó así Paddock? ¿Preparó la matanza solo? Esas son algunas de las preguntas para las que la Policía aún no tiene respuestas.
El atacante se suicidó antes de que las autoridades irrumpieran en su habitación del hotel.
En total, las autoridades recuperaron 47 armas de fuego pertenecientes a Paddock en tres localizaciones: la habitación del hotel Mandalay Bay desde donde abrió fuego -allí se encontraron 10 bolsas y 23 armas- y dos residencias, situadas en Mesquite y Reno, ambas en Nevada.
El asesino, además, guardaba unos 22 kilos de explosivos y cerca de 1.600 balas en su automóvil.
“¿Creen que todo eso lo consiguió por sí solo?”, se preguntó el “sheriff” del condado, Joe Lombardo, en una conferencia de prensa celebrada el 5 de octubre. “Hay que asumir que, en algún momento, debió de contar con ayuda”, agregó.
La Policía recalcó que el ataque fue “premeditado” y “cautelosamente planificado”.
En la semana previa al incidente, en lo que se estima fue parte de la organización de la masacre, Paddock alquiló una habitación en el hotel The Ogden, de Las Vegas, durante la celebración de otro festival de música, Life is Beautiful.
Además, llegó a reservar dos habitaciones en un hotel de Chicago, el Blackstone, durante el mes de agosto con vistas al festival Lollapalloza, aunque finalmente no se presentó. La fecha de salida era el 6 de agosto, coincidiendo con el final de los conciertos, que reúnen a miles de personas cada año.
Hoy día, la investigación sigue en marcha. Las autoridades indicaron que Paddock planeaba escapar, ya que encontraron una nota en su habitación del hotel que apuntaba a ello, aunque la Policía no ha dado a conocer su contenido.
El guardia de seguridad Jesús Campos, que fue a investigar una alarma cerca de la habitación de Paddock y recibió un balazo por parte del asesino, se reincorporó a su puesto de trabajo este martes, según informó el diario local Las Vegas Review-Journal.
Paddock, que había instalado cámaras en el exterior de su habitación para controlar la entrada de la Policía, disparó unas 200 veces contra Campos desde el otro lado de la pared y le hirió en la pierna.
“Fue un milagro que sobreviviera”, reconoció Lombardo.
A Marilou Danley, novia del atacante, nunca se le pasó por la cabeza que su pareja pudiera llevar a cabo una acción tan terrible.
“Él nunca me dijo nada ni tomó ninguna decisión de la que yo fuera consciente, que yo entendiera, como una advertencia de que algo horrible como esto pudiera suceder”, señaló la mujer, de origen filipino y quien se ha comprometido a colaborar con las pesquisas.
Cuando ocurrió el tiroteo, Danley estaba fuera de Estados Unidos. Había viajado a Filipinas porque Paddock le compró un billete para visitar a su familia allí, y a su llegada él hizo una transferencia de 100.000 dólares para ayudar a comprar una casa.
“Yo estaba agradecida, pero, honestamente, estaba preocupada por que fuera una forma de romper conmigo, primero por el inesperado viaje a casa y luego por el dinero”, agregó.
El grupo yihadista Estado Islámico (EI) se atribuyó la matanza horas después de la masacre e indicó que el autor del atentado era “un soldado del Estado Islámico”, pero las autoridades no han encontrado “indicios de ideologías o afiliaciones a grupo alguno”.
Antonio Martín Guirado