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El tramabús de Podemos cierra el sábado su ruta frente a la sede del Gobierno de Cristina Cifuentes

El tramabús cierra su periplo por España en el epicentro de los escándalos de corrupción que están acorralando al Partido Popular y al Gobierno: Madrid. El sábado 20 de mayo Unidos Podemos ha convocado una concentración en apoyo de la moción de censura contra Mariano Rajoy que se celebrará en la Puerta del Sol, justo frente a la sede del Gobierno regional que preside Cristina Cifuentes, hoy señalada por la Operación Púnica.

En un mes casi exacto de tramabús la realidad ha dado la razón a Podemos, que tras Vistalegre 2 se planteó entre sus principales retos el de señalar con nombres y apellidos a los personajes clave del “bloque de poder y la corrupción” en España. El significante elegido para aglutinar a esos políticos y empresarios fue el de trama. Un intento de superar el concepto de casta, que tantos éxitos había dado desde su fundación al partido de Pablo Iglesias, pero que ya había perdido capacidad de generar antagonismo y de aglutinar consensos: Podemos ya estaba en las instituciones.

El secretario general puso a Podemos a trabajar para desentrañar a la trama. A explicarla. Él mismo y otros portavoces sacan a relucir el concepto en ruedas de prensa y entrevistas. Pero el nuevo significante no terminaba de calar, o no a la velocidad que la dirección del partido quiere.

En Podemos saben desde antes de nacer que la imagen es un gran generador de opinión, quizá el que más. Ahí surge la idea del tramabús. “Nuestro cerebro piensa mejor con imágenes”, señala el secretario de Comunicación de Podemos, Juan Manuel del Olmo, a eldiario.es. “Sin este tipo de imágenes los años harían más fácil que se pudieran olvidar los detalles que hoy reconocemos perfectamente por tenerlos recientes”.

¿Ejemplos? Del Olmo, diputado de Unidos Podemos, señala dos: “La crisis y el saqueo de Caja Madrid siempre se recordarán con la imagen de Rodrigo Rato tocando la campana el día de la salida a Bolsa. O la peineta de Luis Bárcenas, que siempre será el símbolo de la financiación ilegal y de la caja B del PP”.

En Podemos sostienen que la idea funcionó desde el primer día. Es difícil constatar si en la opinión pública la recepción fue buena, pero la opinión publicada la criticó duramente. También a la interna fueron múltiples las opiniones en contra desde el momento en que echó a andar, el lunes 17 de abril. Al vehículo se subió Iglesias; la portavoz de Unidos Podemos, Irene Montero; o el sociólogo Rubén Juste.

La fecha en la que arrancó el tramabús no es baladí. Al día siguiente, martes, el tribunal que juzga el caso Gürtel anunció que llamaba a testificar al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. El miércoles estallaba la Operación Lezo, que llevaría al expresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, a la cárcel y empujaría su jefa, Esperanza Aguirre, a dimitir de todos sus cargos electos y orgánicos.

De Murcia a Galicia (pasando por Catalunya)

A partir de ese momento todo cambió. El tramabús culminó su periplo por Madrid recibiendo incluso los aplausos de los trabajadores de OHL. La constructora, que tiene su sede en una de las conocidas como torres del Real Madrid de la capital, al estar edificadas en su antigua ciudad deportiva, está implicada en la supuesta financiación irregular del PP que investiga por varias vías hasta este mismo miércoles el juez Eloy Velasco. Tanto, que su presidente, el marqués Juan Miguel Villar Mir, ha acabado imputado. Otra imagen del tramabús que fue criticada hasta que dejó de serlo y Juan Carlos Monedero fue recibido con aplausos mientras protestaban contra un ERE en marcha.

Tras Madrid, el vehículo viajó a Murcia, hasta donde llega la investigación de la Púnica. Eloy Velasco imputó al presidente de la Región, Pedro Antonio Sánchez, quien se vio obligado a dimitir para no enfrentarse a una moción de censura promovida por PSOE y Podemos y que Ciudadanos se veía abocado a secundar.

La siguiente etapa fue la Comunidad Valenciana. Otro de los focos de corrupción del PP. El más mediático en causas y afectados hasta el estallido de Lezo. Si Ignacio González fue el “invitado de honor” en Madrid y Sánchez en Murcia, en el Levante fue Carlos Fabra, expresidente de la Diputación de Castellón y condenado en firme por corrupción. En Catalunya fueron los Pujol-Ferrusola los protagonistas especiales. Y en Galicia, el presidente Alberto Núñez-Feijóo.

En Podemos creen que el tramabús ha cumplido el objetivo con el que nació: poner cara a los integrantes de la trama. Con las expectativas superadas, según sus promotores. Y cierra el círculo de vuelta a Madrid, donde la realidad informativa se pone de cara para Podemos otra vez. Los informes de la Guardia Civil que apuntan a la presidenta regional, Cristina Cifuentes, llegan a pocas horas de la manifestación prevista en la Puerta del Sol, donde se sitúa el despacho que han ocupado, consecutivamente, Alberto Ruiz-Gallardón, Esperanza Aguirre, Ignacio González y Cifuentes.