El curso pasado fue el más complicado en los diez años de vida de Podemos. Con cuatro diputados en el Congreso, sin poder institucional tras la salida del Gobierno en noviembre y relegados al Grupo Mixto tras romper la coalición que habían firmado en verano para ir con Sumar a las elecciones. La formación consiguió dos eurodiputadas en las elecciones de junio y con la coalición de Yolanda Díaz en retroceso experimenta una ligera recuperación en las encuestas. Conscientes de que sus diputados en la Cámara Baja son claves para que el Gobierno pueda sacar adelante cualquier ley, avisan de que su apoyo estará condicionado a que se produzcan avances sociales en la legislatura.
Podemos arranca ahora el nuevo curso con la mirada puesta en el horizonte de junio, cuando está prevista por estatutos una nueva Asamblea Ciudadana, la quinta de la formación desde su nacimiento. El partido tiene pendiente resolver la renovación de liderazgos en algunos territorios, algo que está previsto que ocurra antes de que termine el año. Euskadi, Extremadura, Andalucía , Galicia, Castilla-La Mancha y La Rioja celebrarán asambleas en los próximos meses.
Las campañas electorales del curso pasado, en Galicia, en Euskadi y en las europeas, sirvieron al partido para perfilar un discurso y una estrategia diferenciadas de Sumar. Aunque en las dos primeras citas la formación salió malparada y quedó sin representación, el 9J, con Irene Montero de candidata, consiguió dos escaños que redibujaron el espacio político de la izquierda salido de las generales un año antes.
Montero hizo una campaña centrada en su perfil de izquierda, con discursos contra la guerra en Gaza y en Ucrania y con las banderas del feminismo y los derechos LGTBI que impulsó durante su etapa en el Ministerio de Igualdad. “La izquierda se tiene que poner en pie” es el lema que sobrevoló su campaña y repiten desde entonces.
“Podemos comienza el curso político con fuerza, energía y la plena convicción de que es posible volver a poner en pie en España una izquierda verdaderamente transformadora que resuelva los problemas de la ciudadanía, como el altísimo precio de la vivienda, e impulse políticas feministas, antirracistas y ecologistas valientes”, señalan fuentes del partido.
Desde el verano, en el partido dan por amortizada la “legislatura progresista”. El punto determinante, sostienen, fue el pacto que sellaron el PSOE y el PP para renovar el Consejo General del Poder Judicial después de más de cinco años de bloqueo. Un acuerdo que, según sus dirigentes, entierra las posibilidades de una verdadera regeneración democrática como la que prometió Pedro Sánchez tras los cinco días de reflexión que se tomó en mayo ante las noticias que afectaban a su pareja, Begoña Gómez.
“Este nombramiento [el de Isabel Perelló como presidenta del CGPJ] es una suerte de lavado de cara, pero realmente nada va a cambiar porque el PP va a seguir controlando el PJ y va a bloquear todas las decisiones progresistas que se puedan tomar”, dijo este miércoles el secretario de Organización del partido, Pablo Fernández, en una entrevista en Radiocable en la que criticó a un PSOE que, dijo, ha “cogido el carril derecho y no lo suelta”.
Para Podemos, “es evidente” que el PSOE “ ha renunciado a cualquier ”transformación“ y que ”su apuesta son políticas conservadoras que le acercan más al PP que a la mayoría que invistió a Pedro Sánchez como presidente hace un año“. ”El acuerdo para el CGPJ que legitima la guerra sucia judicial o su propuesta en materia migratoria son buenos ejemplos de ello“, sostienen.
La formación intentará sacar partido a sus cuatro diputados en el Congreso, y así explican que tumbaran en enero el decreto con el que el Gobierno buscaba impulsar la reforma del subsidio de desempleo, al negarse entonces el Ejecutivo a retirar la rebaja de la cotización de los mayores de 52 años del 125% al 100%, como pedía Podemos. También lo hizo en el último pleno de julio, con el decreto que llevaba el Ejecutivo para renovar el escudo anticrisis, el paquete de medidas para paliar los efectos económicos de la guerra en Ucrania. Entonces Podemos arrancó el compromiso al PSOE de no recortar el bono social eléctrico que implica un descuento en la factura de la luz para los consumidores vulnerables.
Según fuentes del partido, la apuesta por la diplomacia y la paz en Gaza y en Ucrania seguirán siendo ejes importantes del discurso del partido, más aún con la presencia de su secretaria política, Irene Montero, en el Parlamento Europeo. Allí, el partido acaba de materializar su alianza con La Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon y el Bloco de Esquerdas portugués en un nuevo partido político, junto a otras formaciones europeas, en un movimiento para alejarse de la izquierda tradicional que representa el Partido de la Izquierda Europeo (PIE), la Alianza Europea de Izquierdas por los pueblos y el planeta.
Una nueva Asamblea Ciudadana en el horizonte
Pero la tarea más urgente de Podemos es reorganizarse internamente. Tras la ruptura con Sumar, activó un proceso de renovación de liderazgos en sus principales territorios. Belarra impulsó las candidaturas de personas afines a la dirección para controlar los aparatos de Madrid, con Isa Serra, la Comunitat Valenciana, con María Teresa Pérez, o Murcia, con Javier Sánchez Serna.
El partido comenzó a principios de año un proceso de primarias para renovar los liderazgos en prácticamente la mitad de los territorios, aquellos en los que los mandatos actuales caducaban por estatutos pero también los territorios en los que en los últimos meses se produjeron dimisiones o afrontan crisis internas desde hace tiempo: Madrid, Catalunya, Comunitat Valenciana, Baleares, Aragón, Asturias, Murcia y Canarias afrontarán primarias en los próximos meses.
Ahora, tiene previsto hacer lo mismo con otro grupo de territorios. Euskadi, Extremadura, Andalucía, Galicia, Castilla-La Mancha y La Rioja celebrarán primarias autonómicas, en principio antes de que termine el año, para elegir a sus nuevos coordinadores. Es el segundo proceso de renovación de liderazgos territoriales que afronta Pablo Fernández como secretario de Organización, un puesto que asumió tras la sorpresiva salida del partido de Lilith Verstrynge.
Junto a la articulación orgánica, Podemos actualizará también este cursos sus tesis ideológicas para la nueva etapa de la izquierda. Un proceso que continuará con la conferencia política que celebró hace aproximadamente un año, con la aprobación de un documento para justificar su ruptura con Sumar, y que tendrá en el corto plazo su primer paso con la Universidad de Otoño, el 19 y 20 de octubre.
Pero el evento más importante en este sentido será la Asamblea Ciudadana, la quinta en la historia del partido, que según los estatutos debe celebrarse como máximo cuatro año después de la anterior. Ese plazo vencerá en verano y aunque en los últimos meses se había especulado con un posible adelanto, parece que las fechas se mantendrán. En esa asamblea Podemos renovará sus órganos de dirección y aprobará unos nuevos documentos político, organizativo y ético, así unos estatutos actualizados.
La última asamblea aupó a Ione Belarra a la Secretaría General, en sustitución de Pablo Iglesias, que había dejado oficialmente la política unos meses atrás. Cuatro años después la situación del partido ha cambiado por completo. Las continuas dimisiones de dirigentes en la última etapa han mermado al partido pero también han dejado sin contestación interna aparente a Belarra para renovar su puesto como líder de la formación. Aunque hasta entonces queda todo un curso en la tumultuosa arena política española.