Se han pasado todas las líneas rojas. Es una conclusión que comparte una abrumadora mayoría parlamentaria, en la que se incluyen tibiamente PP y Ciudadanos, ante las palabras machistas de una diputada de Vox contra la ministra de Igualdad, Irene Montero, durante el debate de los Presupuestos. Pero algunos grupos, entre los que se encuentran los aliados del PSOE, quieren que la Mesa del Congreso haga algo contra la “violencia política” que denuncian existe en el Parlamento.
Varias de esas formaciones, lideradas por Unidas Podemos, están preparando un comunicado de los grupos parlamentarios en el que pedirán que se detengan determinados discursos que hasta ahora se permiten desde la tribuna con leves apercibimientos que no pasan de la eliminación de algunas expresiones del diario de sesiones. Es algo insuficiente para esos grupos, entre los que también se encuentran Más País y Compromís.
“Insto a la Mesa a que se haga valer. Aquí hay agresores y hay agredidos, sobre todo agredidas. Ya basta”, ha expresado el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, que ya salió en defensa de Montero hace dos días, antes de las palabras de la diputada de la extrema derecha Carla Toscano, cuando el PP se refirió a la titular de Igualdad como “inútil”. Tanto los republicanos como Unidas Podemos acusan al PP de haber contribuido a ese caldo de cultivo en el Hemiciclo.
El portavoz del PNV, Aitor Esteban, ha reclamado en declaraciones a los periodistas en el Congreso que la Presidencia del Congreso “haga su trabajo” para impedir los “ataques políticos” que, ha asegurado, “protagonizan casi siempre” los diputados de Vox.
Esteban ha recordado que el Reglamento del Congreso permite a la Presidencia reconducir los discursos de los oradores en la tribuna cuando no se ciñen al tema. Algo que, ha dicho, no ocurrió este miércoles cuando los exabruptos de la diputada de Vox Carla Toscano contra la ministra de Igualdad, ajenos a la tramitación de los Presupuestos.
El PSOE también salió en tromba en defensa de Irene Montero tras el ataque de la parlamentaria de la extrema derecha y el vicepresidente primero, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, ha estado especialmente pendiente del orden durante el debate, aunque tampoco ha cortado algunos discursos que nada tenían que ver con los Presupuestos. “Le corresponde a los grupos parlamentarios discutir si se sancionan determinadas conductas”, ha dicho la ministra y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero. El artículo Artículo 70.3 del Reglamento del Congreso recoge que “nadie podrá ser interrumpido cuando hable, sino por el Presidente, para advertirle que se ha agotado el tiempo, para llamarle a la cuestión o al orden, para retirarle la palabra o para hacer llamadas al orden a la Cámara o a alguno de sus miembros o al público”.
La propia Irene Montero ha asegurado que el miércoles “se pasaron todos los límites” en el Congreso y ha apelado a las instituciones y los medios de comunicación para dejar de “naturalizar”, “normalizar” o “blanquear” determinados discursos machistas que se convierten en “violencia política”, especialmente dirigida a las mujeres. “Es una tarea del conjunto de la sociedad”, ha reflexionado.